Mientras la fiscal brindada algunos datos sobre la investigación, familiares y amigos del joven asesinado se mostraban consternados. Uno de ellos recordó con una mezcla de bronca y tristeza el asesinato de otro hombre nacido en Murphy hace poco menos de cinco años.
Se trata de Fabio Marcelo Barbona, de 50 años, quien la noche del 3 de diciembre de 2013, mientras esperaba el ómnibus en avenida Pellegrini y Gutemberg para dirigirse a su trabajo de cuidador de enfermos en el Pami II, fue sorprendido por un joven que iba en moto y, tras descender del rodado, quiso asaltarlo y en el forcejeo le aplicó un cuchillazo en la axila que le provocó la muerte.
Sobre cómo se había producido el hallazgo del cuerpo, la fiscal señaló que "al cuerpo lo encuentra una vecina. A la mañana, cuando los ocupantes del edificio empezaron a levantarse para realizar sus actividades, observaron sangre en algunas partes del edificio. Eso les llamó la atención, además de que la puerta del departamento del joven estuviera abierta y así verifican que hay una persona fallecida".
Sin embargo, Pairola aclaró que "todavía no entramos al departamento y no hicimos el relevamiento completo, así que sería aventurado afirmar si está revuelto o no".
Sobre las hipótesis del crimen de Ibáñez destacó que "estamos tomando todos los testimonios posibles y analizamos todas las opciones".
Ante una consulta por el vehículo del especialista en informática asesinado a puñaladas explicó que "aún no relevamos el estacionamiento ni el auto".
Pairola dijo desconocer si los rastros de sangre hallados en distintas partes del edificio "son de él porque estamos en las primeras tareas investigativas. Y en principio no cuento con testigos que indiquen que el muchacho haya querido pedir ayuda".
Acerca de los datos que podrían aportar las cámaras de videovigilancia indicó que "pedimos las imágenes de las cámaras públicas de las inmediaciones y todavía no hicimos el relevo de cámaras privadas porque estamos en el interior del departamento relevando la escena del hecho, que es lo más importante por el momento".
Juan Cruz Ibáñez alquilaba un departamento del 2º piso de Zeballos 2133 y vivía solo. Según allegados al joven, su madre había estado anoche con él y se había vuelto a Murphy, su pueblo. Era un estudiante avanzado de informática y, según la fiscal Pairola, "tenía emprendimientos propios y trabajaba para una empresa informática".