Tres hombres de nacionalidad boliviana fueron condenados por el transporte de 18 kilos de cocaína que llevaban escondidos en el tanque de nafta de un auto que fue interceptado en un control de Gendarmería hace poco más de tres meses sobre la ruta 34, a la altura de Luis Palacios. Se trata de Silvio Veizaga Velarde, de 37 años; César Veisaga Velade, de 45, y Andy Yaco Veisaga Gómez, de 21, quienes admitieron condenas de entre cuatro y seis años de cárcel mediante un procedimiento abreviado acordado en el marco del nuevo Código Procesal Penal Federal (CPPF).
En ese contexto Silvio Veisaga pactó una pena a seis años de prisión, su hermano César aceptó cuatro años y cuatro meses y el hijo de éste, deberá cumplir cuatro años tras las rejas. Además de las penas, los acuerdos prevén el pago de multas de 4.050.000 pesos cada uno. En tanto, una joven de 18 años que también había sido imputada fue finalmente absuelta.
Ladrillos
La causa se originó en un control vehicular, el pasado 6 de junio, sobre la ruta 34 a la altura de la localidad de Luis Palacios, en el departamento San Lorenzo. Efectivos de Gendarmería interceptaron la marcha de un auto Peugeot 408 con tres ocupantes mayores y una niña menor de edad: al volante estaba Andy Veisaga y como acompañante su padre, ambos bolivianos domiciliados en la localidad bonaerense de Esteban Echeverría. También viajaba una chica de 18 años no fue investigada.
A los gendarmes les llamó la atención un fuerte olor a combustible que emanaba del vehículo y, consultado al respecto, el conductor explicó que se debía a una carga de nafta reciente en cercanías de Totoras. La respuesta los hizo dudar más ya que el tablero del auto indicaba que había menos de un cuarto de tanque de nafta.
Al mismo tiempo notaron que el acompañante recibía llamados en su celular y alcanzó a decir que lo estaban revisando. Entonces le preguntaron con quién hablaba y les respondió que se trataba de un familiar que viajaba delante de ellos en otro vehículo. Los gendarmes reportaron ese vehículo y así, en un retén sobre la autopista Rosario-Buenos Aires, fue interceptado el paso de una camioneta Renault Alaskan a dos kilómetros de General Lagos.
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La chata era conducidas por Silvio Veisaga Velarde, quien estaba acompañado de la joven de 18 años que resultó absuelta. Al ser consultado por los gendarmes el hombre les dijo que se habían detenido por un desperfecto mecánico y que se dirigían a Buenos Aires. Los efectivos hicieron una consulta en la Fiscalía Descentralizada de San Lorenzo, jurisdicción en la que había sido interceptado el Peugeot.
En ese marco los gendarmes revisaron la tapa del tanque de nafta del Peugeot y hallaron restos compatibles con estupefacientes, detalle que motivó la requisa de todo el auto. Así se hallaron adentro del tanque de combustible 17 paquetes rectangulares con una sustancia que resultó ser cocaína. Los envoltorios estaban “recubiertos con plásticos finos marrón, doble envoltorio delgado tipo film transparente, otra cobertura plástica envasada al vacío, papel carbónico, envoltorio plástico negro, y una última capa de papel metalizado”, señalaron fuentes judiciales que indicaron que los ladrillos exhibían la figura de un delfín, “sello de un cartel narco hallado frecuentemente en los secuestros de cocaína”, se indicó.
Desde Salta
El caso quedó bajo investigación de los fiscales federales Claudio Kishimoto, de la Sede Fiscal Descentralizada de San Lorenzo, y Matías Scilabra, a cargo de la Regional NEA de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar). Entre las evidencias colectadas los comprobantes de sucesivas cargas de combustible permitieron conocer la ruta completa del auto que había partido el día anterior desde Pichanal, una localidad ubicada en el departamento de Orán, en la provincia de Salta.
En ese marco los Veisaga fueron imputados de haber transportado 18,421 kilogramos de cocaína que tenía como destino la provincia de Buenos Aires. Los 17 paquetes de cocaína demostraron una pureza cercana al 70% aunque algunas muestras llegaron casi a un 90%. Los fiscales calificaron ese tráfico “de manera organizada” con la utilización de dos vehículos, el “puntero” que circulaba adelante con la función de advertir controles y asegurar el transporte de la droga que llevaba el segundo auto.
Los responsables de la carga quedaron acusados como coautores del delito de “transporte ilícito de material estupefaciente agravado por la intervención de tres o más personas”. La calificación fue cuestionado por un defensor al entender que ese agravante no se daba porque la joven de 18 años que iba en la primera camioneta desconocía el transporte de la carga. Y entre los otros tres había una relación de parentesco que llevó a plantear que no se trataba de tres personas organizadas para cometer un delito sino de un núcleo familiar que “consumó en conjunto un hecho ilícito aislado”.
Así, el defensor oficial Fabio Procaljo pidió recalificar los hechos sin el agravante y absolver a la acompañante de la camioneta, una chica de 18 años “en condiciones de vulnerabilidad”, señalaron los voceros consultados.
La causa se fue encaminando hacia su resolución mediante un juicio abreviado pleno, tal como prevé el nuevo CPPF. Los fiscales aceptaron los planteos de la defensa y entonces los Veisaga aceptaron sus condenas por el delito de “transporte de estupefacientes”. El acuerdo fue homologado la semana pasada ante la jueza de garantías Silvina Andalaf Casiello, vocal de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario.