“¿Qué onda, Sapo?”. Esa pregunta dio origen en enero de 2020 al crimen de Brian Tolosa, un joven de 24 años y padre de cuatro chicos que volvía de jugar al fútbol cuando se cruzó con un vecino del barrio La Antenita, al oeste de Mendoza y Wilde. Una cosa llevó a la otra y los dos terminaron midiendo fuerzas en una pelea a las piñas en la que “Sapo”, como le dicen a Néstor Antonio Maturano, terminó desfavorecido. Este lunes llegó a juicio oral acusado de haber ido a la casa de una vendedora de drogas del barrio que luego de esa riña lo proveyó de un arma de fuego con la cual regresó a matar a Tolosa de un disparo al pecho.
El fiscal de Homicidios Ademar Bianchini pidió ante el tribunal integrado por los jueces Hebe Marcogliese, Carlos Leiva y José Luis Suárez que Maturano sea condenado a 15 años de prisión como autor de un homicidio agravado por el uso de un arma de guerra. El debate por el caso se desarrolla en la sala 8 del Centro de Justicia Penal. Si bien arrancó como un simple cruce de palabras y una pelea a las piñas que se fue de las manos, el caso terminó desnudando una trama narco en el barrio, donde los vecinos dijeron que el tirador era soldadito de una transera ligada a Los Monos.
Al barrio La Antenita, frente al Mercado de Concentración de Fisherton, también se lo conoce como “La Chanchería”. A esa zona se había mudado Tolosa con su familia dos semanas antes del crimen. Tenía 24 años, era padre de cuatro niños, se dedicaba a la jardinería y junto con su esposa trabajaba en el mantenimiento de grandes áreas parquizadas como el country Carlos Pellegrini y un complejo en la avenida Jorge Newbery. Era el segundo de ocho hermanos y había crecido en la zona de la avenida Las Palmeras, en el límite entre Rosario y Pérez.
La noche del 19 de enero de 2020 Brian fue a jugar a la pelota con su padre y sus hermanos a una canchita de la zona oeste. Cuando volvió, vestido con un short, botines y sin remera, fue a comprar un porrón y se quedó un rato con otros cuatro familiares en casa de una cuñada en Nochetto al 1100.
Cerca de las 23 salió a fumar con una vecina y un chico de 15 años al que sus vecinos describieron como un “soldadito de esta mujer que parece de 11 años de tanta droga que le dan”. En ese momento, dijeron, pasó Sapito en bicicleta. “Sapo lo miró medio mal a Brian, se ve que se conocían, yo no lo sabía”, contó una mujer.
De acuerdo con las evidencias reunidas por el fiscal Bianchini, Brian fue el primero en hablar: “¿Qué onda Sapo?”, lo encaró. Y éste respondió: “¿Qué onda con qué, Brian? ¿Vos te la aguantás?”. Tolosa contestó que sí y se agarraron a las piñas, a pesar de que no les conocían una rivalidad previa.
Dos piñas de Brian dejaron a Sapito en el suelo. La cuñada y un sobrino del primero intercedieron para evitar que la pelea pasara a mayores. Sapito se fue a su casa pero enseguida volvió con una varilla de hierro que no alcanzó a usar. La cuñada de Tolosa logró quitársela. “Sapo, ¿por qué lo desafiás a pelear si no te la aguantás?”, le dijo.
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"Sapito fue a la casa de la Gi. Esta chica le pasa un arma de fuego”, contó un testigo en alusión a Gisela Bocutti, conocida como “La Gi”, pareja del condenado como referente de Los Monos Leandro Vilches y quien según los vecinos vendía drogas en el barrio donde se movía “con custodia policial”. La mujer fue imputada en libertad en una causa federal por narcotráfico que se desprendió de Los Patrones, acusada de comerciar droga en la calle según las órdenes de su pareja en prisión.
Según la acusación, Maturano regresó caminando arma en mano y le apuntó a Brian, a quien sus familiares no habían logrado disuadir para que se fuera del lugar. “Soltá el arma, cagón”, le gritaron. Brian, en cambio, lo desafió: "Si tenés huevos tirame", gritó mientras abría los brazos. Un certero disparo 9 milímetros le dio en el centro del pecho.
“Cuando recibió el tiro se dio vuelta, me miró y cayó al piso. Comenzó a toser, le salía sangre por la espalda, pedía ayuda", contó su compañera. Como no llegaba la ambulancia lo trasladaron en una chata hasta el Policlínico San Martín, donde murió.
De Sapito, de entonces 35 años, los testigos contaron que se fue del lugar en bicicleta y a una cuadra “la Gi lo cargó en su auto”. Lo describieron como un Peugeot 206 que lo sacó del barrio. Días después, el 3 de febrero, fue detenido en el barrio La Cerámica, en la zona de Pérez y Ciudadela. Desde entonces está detenido a la espera del juicio que comenzó esta semana.