Maradona es sinónimo de polémica. Lo era cuando era el mejor jugador del mundo y también ahora que está alejado de las canchas hace tiempo. Esta vez desató el escándalo con un lilbro, "Mi Mundial, mi verdad. Así ganamos la Copa", que publicó en conmemoración de los 30 años del título mundial que ganó la selección argentina en México en 1986.
Lo curioso es que lo que llamó la atención no fue el relato que hace de la intimidad del triunfo del equipo que dirigió Salvador Bilardo y que logró el campeonato mundial en tierra azteca sino la larga dedicatoria que hizo el 10, en la que están sus padres, deportistas, políticos y jeques árabes.
Pero no menciona a Dalma y Gianina, a las que aluden en con un genérico "mis hijos". Y tampoco le agradece a su exesposa Claudia Villafañe.
También levantó polvareda que le haya dedicado el libro a César Luis Menotti y no a Bilardo, DT de aquel equipo, y que solo se acordó del Negro Enrique entre los compañeros de la victoria del 86.
A continuación se transcriben las 49 dedicatorias de Maradona:
A la memoria de mis queridos viejos, don Diego y doña Tota, que desde el cielo me están dando una gran mano.
A Rocío, mi mujer, que me acompaña siempre.
A José Valiente y Mónica.
A la Abuela Lucy.
A todas mis hermanas: Ana, Kity, Lily, Mary y Caly.
A Benjamín.
A mis hijos.
A mi sobrino Cacho.
A mi sobrino Davu.
A Belén.
Al Papa Francisco.
A todos los que luchan por la paz en el mundo.
A Cristina.
A La Cámpora.
A Moreno.
Volveremos, volveremos.
A Fidel.
A Raúl.
A Maduro.
A Ortega.
Al ministro Malmierca.
A Javier Sotomayor y todo el pueblo cubano.
A los pueblos originarios.
A la memoria de Chávez.
A la memoria del Che.
Al sheik Mohamed bin Rashid Al Maktum.
Al principito Hamdam bin Mohamed Al Maktum.
A la princesa Haya bint Al Hussein.
Al príncipe Alí bin Al Hussein.
Y a todos los sheiks que me brindaron su apoyo.
A los muchachos que trabajan para mí, acá en Dubai: Nasser, Mohamed, Marawan, Gihad y Abu Baker.
A Al Rumaithi y su familia, de Abu Dabi.
A Matías Morla y Víctor Stinfale, que me sacaron del pozo.
A todos los utileros de la Selección argentina.
Al Negro Enrique.
Al Flaco Menotti.
A Fernando Signorini.
Al Gringo Heinze.
A Palermo.
Al Flaco Schiavi.
Al Pocho Lavezzi.
A la gente de Argentinos.
A la gente de Boca.
A todos los napolitanos y a mi amigo, el Tano Stefano.
A Víctor Hugo y su familia.
A la familia Casillo.
A Valerio Antonini.
A Dubai, que es mi casa.
A la paz y el respeto que hay en los Emiratos Árabes Unidos.
A todos los maradonianos.