Los pacientes con diagnóstico de Covid-19 que requieren cuidados intensivos presentan complicaciones poco usuales y de una gravedad que sorprende a los propios médicos. Así lo explicó a La Capital Alejandro Risso Vázquez , un terapista que lleva más de 14 años atendiendo personas en estado crítico. En esta pandemia, ya acompañó a unos 100 pacientes graves con coronavirus, y esa experiencia le permite hablar con total conocimiento de la situación.
Risso Vázquez, miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, forma parte del equipo de profesionales del Sanatorio Otamendi, de la ciudad de Buenos Aires."Son pacientes distintos, con complicaciones más graves y poco comunes en cuanto a lo respiratorio respecto de lo que veníamos viendo", afirmó. Las estadías en la sala de terapia intensiva son más prolongadas. "Usualmente las personas con un cuadro respiratorio estaban 10, 12 días hasta su recuperación. Ahora, quienes tienen Covid-19 se quedan dos o tres semanas, y más también", señaló el médico y remarcó: "Las estadías son realmente más prolongadas".
"Estamos viendo neumonías graves con cuadros de insuficiencia respiratoria severa que requieren lo que denominamos maniobras de prono, que es colocar al paciente boca abajo para ventilarlos. Precisan muchas más de estas maniobras, muchas sesiones de prono y más extensas en cuanto a tiempo". Risso Vázquez se refiere a una estrategia que permite mejorar la oxigenación arterial en pacientes con distrés respiratorio agudo tratados con ventilación mecánica.
Los días son cada vez más largos en cuanto a horas de trabajo para este profesional que desde hace años, al igual que muchos de sus pares de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), viene advirtiendo que existe un déficit de especialistas en cuidados críticos: una formación que implica un gran esfuerzo, capacitación permanente, adaptación constante a nuevas tecnologías y un ejercicio profesional de altísima demanda con salarios nunca acordes a la magnitud de la dedicación.
"He asistido a muchos pacientes con Covid-19, sobre todo en los dos últimos meses y medio. Son todas personas con problemas respiratorios severos", comentó Risso Vázquez, que inicia su jornada laboral muy temprano, hace un recorrido por las salas y comienza luego con la actividad en terapia y la asistencia a los pacientes. En esta nueva normalidad, el trato y la comunicación con las familias de los internados en grave estado es otro desafío para el médico : "Nos manejamos mucho por teléfono, con llamadas o por whatsapp por razones de bioseguridad. En mi caso paso al menos dos horas y media al día respondiendo mensajes y dando respuestas a los seres queridos de quienes están internados". Admite que "es común llegar a tu casa para intentar descansar y no poder dejar de atender el celular". El profesional puntualizó: "Ser empático por medio de una línea telefónica es mucho más complicado que cuando uno se maneja cara a cara con las familias".
El temido colapso
Después de 14 años de experiencia en terapia intensiva, y siendo además un estudioso del sistema sanitario argentino, Alejandro Risso Vázquez comentó que desde el inicio de la pandemia de coronavirus estuvo bien alerta pensando en lo que podía ocurrir en el país. "Conozco bien los problemas estructurales que tenemos hace tiempo, y de hecho los terapistas los venimos denunciando desde que me acuerdo, así que siempre supe que podía darse un colapso".
"Pudimos prepararnos todos lo posible en los primeros meses pero la verdad es que ninguna terapia estaba lista para abordar a este número de pacientes y con el tipo de problemas que presentan", remarcó. El recurso humano capacitado es el "gran talón de Aquiles de las unidades" de cuidados críticos, dijo Risso Vázquez. Porque son pocos, normalmente, y porque en pandemia, al ser los más expuestos, hay muchos que se han enfermado o que tuvieron que ser aislados. "En un montón de lugares del país las camas están casi todas ocupadas y los pacientes siguen viniendo. Al ser tan prolongadas las internaciones hay poco recambio", agregó.
Otros problemas
El especialista dijo que a la infección por coronavirus que afecta particularmente el sistema respiratorio de una persona se suman complicaciones trombóticas. "Lo vemos con claridad ahora. Si bien son patologías que se pueden dar, no las veíamos habitualmente", señaló. Los trastornos trombóticos son generalmente provocados por la activación desmedida del sistema inmunitario en la lucha contra el virus y pueden llegar a ser graves. Requieren tratamiento específico y en ocasiones de una intervención quirúrgica, según se describe en documentos internacionales sobre Covid-19. "Y esto lo vemos en personas con o sin factores de riesgo previos", dijo Risso Vázquez. "En los primeros meses de la pandemia atendíamos a personas que en su gran mayoría tenían más de 65 años y comorbilidades, pero eso empezó a cambiar. He visto muchas personas jóvenes con problemas severos, pacientes sin antecedentes de enfermedades". Sí mencionó que la obesidad es un factor de riesgo importante y constante en personas jóvenes o de mediana edad que se complican en terapia. Entre las comorbilidades más usuales en las personas que ingresan a cuidados críticos se encuentran: obesidad, hipertensión, pacientes con enfermedad hematológica o personas en tratamiento oncológico, dijo Risso Vázquez.
Ayuda
Hace pocos días la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva emitió un duro escrito en el que manifestaba: "Sentimos que estamos perdiendo la batalla. Sentimos que los recursos para salvar a los pacientes con coronavirus se están agotando. La mayoría de las Unidades Terapia Intensiva del país se encuentran con un altísimo nivel de ocupación y los recursos físicos y tecnológicos como las camas con respiradores y monitores son cada vez más escasos". En esa carta agregaban: "Le pedimos a la sociedad que reflexione, y que cumpla con tres simples pero importantes medidas, recomendadas científicamente: distanciamiento social (permanecer a más de 1,5 metros), uso de tapabocas (cubriendo nariz y boca), lavado frecuente de manos (con agua y jabón o alcohol gel). No aglomerarse, no hacer fiestas, ¡No desafiar al virus, porque el virus nos está ganando! Les suplicamos no salir si no es necesario. El personal sanitario está colapsado". Al respecto, Risso Vázquez mencionó: "Las evidencias están a la luz. Ya no podemos hablar de responsabilidad social sino de responsabilidad individual. Cada uno debe reflexionar cómo se expone cada día. No juzgo y entiendo que muchos están agotados, como lo estamos todos. Pero van a seguir sumándose casos, estamos en una curva amesetada pero que va a seguir subiendo".
Terapias no aprobadas
"Al menos en el sanatorio donde yo trabajo no estamos utilizando terapias experimentales ni de uso compasivo. Recurrimos a la experiencia que es amplia y a los recursos con lo que contamos y que sabemos que pueden darnos resultados", enfatizó.
Emociones
Aún cuando las complicaciones son severas y muchas personas evolucionan mal hay quienes superan, de la mano de los médicos, las peores situaciones y esas son las satisfacciones que actúan como un verdadero motor para los profesionales que dejan todo en este pandemia. "Sabemos que si al día 8 o 10 de internación el paciente presenta cierta estabilidad y no hay grandes complicaciones es posible que empiece a mejorar. Y sin dudas, aunque haya estado en un respirador puede salir, para eso hacemos todos los esfuerzos", dijo Risso Vázquez. "Ver salir de la unidad a un paciente es muy gratificante. Hace poco una mujer que estuvo grave me contó que ella recuerda que en sus días en terapia escuchaba que decíamos: sigue estable, sigue estable". Que un paciente esté estable "es lo mejor que nos puede pasar".