Mauricio Pochettino estaba ilusionado y esperanzado en hacer historia. Su equipo, Tottenham, fue haciendo camino al andar y alimentó el sueño de gloria. Pero cuando se despertó encontró otra realidad. “Es un golpe psicológico difícil de asimilar, pero hay que sacar cosas positivas y empezar a construir el futuro”, deslizó el entrenador oriundo de Murphy y que primero conquistó Europa cuando arribó a ese continente procedente de Newell’s.
No es fácil aceptar una derrota cuando se está ahí nomás de conseguir un título. Pero el fútbol tiene estos sinsabores y es lo que aceptó el conductor. “Preparamos todo, pero después de un minuto nos encontramos 1-0 abajo. Cambia el plan y la dinámica. Nos sorprende. Pero seguimos peleando y jugamos muy bien en el segundo tiempo. No era fácil y tomamos riesgos. Por eso, estoy orgulloso y no tengo nada qué decir. No tuvimos suerte esta vez”, analizó.
Y enseguida agregó: “Que te cobren un penal al segundo, de la forma que pasó, es difícil de asimilar para cualquier equipo. Lo intentamos por todos lados, tuvimos el doble de chances que el Liverpool, 65% de posesión, pero todo eso se va a la basura. El justo vencedor fue Liverpool. Nosotros tenemos que seguir en nuestro camino y llegamos acá por primera vez en la historia”.
En todo momento intentó conservar la cordura y ocultar la desazón. Sentirse fuerte para poder respaldar a sus jugadores. “Me siento muy orgulloso. Peleamos y nos ganamos el derecho de jugar esta final. Estoy muy orgulloso de estos futbolistas, de los hinchas y del club que logró llegar a la final de la Liga de Campeones”, afirmó.
Aunque el año pasado renovó su contrato hasta junio de 2023, el ex defensor rojinegro –entre otros clubes– reafirmó que seguirá al frente pese a la derrota. “Estoy contento y orgulloso de entrenar este grupo. Y felicito a Liverpool porque tuvieron una gran temporada”, resaltó.
“La vara está alta. Es una pena que hoy (por ayer) no se haya ganado. Pero cuando experimentás algo así, uno quiere estar de vuelta. Después del Mundial este es el mejor partido del mundo. Ojalá podamos jugarlo de nuevo. Espero que el club pueda llegar a una final de nuevo porque se lo merece”, concluyó.
La maldición de los DT argentinos
La maldición de los técnicos argentinos en estas finales parece haberse instalado. A tal punto que ninguno pudo quedarse con una orejona en las últimas siete ediciones que tuvieron a un técnico de nuestro país como protagonista. Ayer le tocó a Pochettino con Tottenham. Luis Antonio Carniglia, que jugó en Boca y Tigre entre otros clubes, se consagró con Real Madrid en 1958 y 1959. Y Helenio Herrera fue el otro argentino en conquistar Europa como DT: lo hizo en Inter en 1964 y 1965. Pero después de ahí la maldición comenzó con el propio Herrera cuando en 1967 Inter cayó 1-0 ante Celtic. Siete años más tarde, en 1974, Atlético de Madrid perdió 4-0 ante Bayern Munich, con Juan Carlos Lorenzo. Más cercano en el tiempo están las dos finales perdidas tanto por Héctor Cúper como Diego Simeone. Y ayer fue el turno de Pochettino.