La diferencia de jerarquía entre un equipo y otro quedó plasmada en la goleada que sufrió Newell’s anoche en el Monumental. La cosecha loable que venía gestando con el invicto de siete partidos de la era de Héctor Bidoglio como DT quedó totalmente opacada por un equipo que no sólo lo superó en el protagonismo, sino en planteo, individualidades y contundencia. Anoche, el millonario hizo casi todo bien y jugó quizás el mejor partido en lo que va del año. Ñuls pecó al querer plantarse de igual a igual. Osó y le salió mal.
El encuentro se abrió de inmediato. A los 3' Ferreira metió un córner desde la derecha y Martínez Quarta apareció por atrás de todos para cabecear de pique al suelo y mandarla al fondo de la red desde el corazón del área chica. Para entonces, ya tan temprano, De la Cruz mostraba atisbos de lo que vendría. No se cansó de aprovechar el lado derecho de la cancha. Desde ahí, con Nadalín sufriéndolo en carne propia, llegaron las mejores ocasiones del millonario. Por el otro lado de la cancha, el que padeció fue Bíttolo, a merced de la velocidad de Mayada y los arranques de Pratto.
Justamente a los 12' fue el Oso el que se perdió el segundo. Cayó Mayada en el medio, Enzo Pérez ejecutó el tiro libre y fue Pratto el que entrando por izquierda sacó el bombazo que se fue rozando el travesaño. Cinco minutos después Formica perdió con Pratto en el mediocampo y éste dejó solo a De la Cruz ante Aguerre. Pésima decisión del uruguayo para desperdiciar la chance de marcar.
El primer merodeo de Newell’s al área de River llegó desde el córner, Cacciabue intentó en un rebote desde afuera del área pero salió alto.
River no le dio respiro a Newell’s en todo el partido. Este equipo de Gallardo tiene una marca registrada y es la de tratar bien la pelota. Si no puede por un lugar va por otro. A los 23' Enzo Pérez la abrió para De la Cruz, que no prosperó por derecha, volvió la pelota al centro y Ferreira tocó con Mayada. El uruguayo tiró un autopase con el que burló la velocidad de Nadalín. En lo alto por atrás de Aguerre estaba Suárez. Golazo.
Newell’s intentaba hacer pie con ese libreto que repitió en la semana, tener la pelota y ser protagonista. Por eso el equipo se mantuvo abierto en las líneas. Pero no pudo sacársela, apenas merodeó con atisbos individuales. Un par de centros, poca peligrosidad. Hasta que a los 32' Formica se la ganó a Rojas que quiso salir jugando, metió el pase rápido por izquierda para Alexis Rodríguez que definió bien ante la salida de Armani.
El regalo bien capitalizado podía ser la inyección anímica del rojinegro. Sin embargo casi ni lo pudo pensar. Tres minutos después, Ferreira desde la derecha se hizo cargo de un tiro libre cerrado abajo del primer palo de Aguerre, que esta vez no tuvo los reflejos de siempre. Demasiado solo ese palo y el juvenil lo aprovechó. Sobre el epílogo volvió a marrar una chance clara Pratto y la última de esa primera parte fue para Newell’s. Sacó de inmediato un lateral ofensivo por izquierda y
Fydriszewski habilitó de nuevo a Alexis, pero la tiró por arriba.
Para la segunda parte, Bidoglio aguantó unos minutos con la idea inicial y allí Insaurralde metió un centro que otra vez desperdició Alexis. Los puntas estuvieron movedizos pero poco gravitantes. Ante el dominio millonario, el DT intentó contrarrestar con Figueroa (más manejo) y Moreno, el pibe del Sub 20 que ya mostró pinceladas de jerarquía. Estuvieron mejor Rivero y Cacciabué (llegó varias veces al área), aunque la lepra nunca estuvo cerca de llevarse un buen resultado de Núnez.
La historia se cerró cuando a los 29' Fontanini lo bajó a Ferreira en el área. Penal y definición de Scocco. Justo Nacho, un ex, ídolo del Parque, en su vuelta a las canchas después de varios meses.
A los 42' el mismo Nacho se hizo cargo de un tiro libre que no prosperó y si bien River siguió haciendo gala de su poderío quedó tiempo para el gol de Leal (apenas adelantado), quien ingresó sobre el final para maquillar la caída con una linda definición ante la salida de Armani.
Newell’s no pudo hacer pie en el Monumental. Sufrió la primera derrota en la era Bidoglio. Llegó con el libreto de la tenencia y el protagonismo como convicción. Pero no lo pudo llevar a cabo. La caída quizás entraba en la lógica, pero la goleada le arroja más cosas que analizar. Trabajará en la semana a la espera de Talleres. Esta vez el que se lució en demasía fue el campeón de América. Más allá de los nombres propios.