Cuando un equipo es liviano para marcar, duda cuando tiene la pelota y ataca con el freno de mano puesto por lo general le pasa lo que ayer le ocurrió a Newell’s: perdió sin atenuantes. Encima cuando el rival tiene un plan de juego aceitado y en el que cada pieza se mueve con inteligencia y convicción, el destino suele no perdonar.
Por eso la nueva derrota leprosa de visitante ante un rival de los catalogados “serios” no fue novedad. Fue producto del flojísimo partido individual y colectivo de los rojinegros y de un Kudelka al que le costó horrores emparejar el trámite desde la táctica con Argentinos, un equipo al que lo único que le sobran son las ganas y coordinación de sus piezas. Con estos argumentos lo superó. Pero además del desbarajuste en el juego, Newell’s se complicó muchísimo con los números del promedio y el saldo de esta fecha fue negrísimo para la entidad del Parque.
Claro que se puede perder de visitante ante el líder del campeonato como es ahora el bicho junto al xeneize. Por supuesto que nadie les exige a los de Kudelka que ganen todos los puntos. Pero lo curioso es que tras un óptimo arranque de torneo ahora a este Newell’s le está constando hilvanar dos pasos seguidos hacia adelante. De los últimos cuatro encuentros ganó uno (Defensa y Justicia) y perdió tres (Gimnasia, Talleres y Argentinos). Por ello la curva de rendimiento y efectividad entró en una zona de alarma que deberá corregirse cuanto antes.
En esta fecha a Newell’s (79 unidades) lo pasaron en puntos tres equipos de los que pelean abajo como Colón, Banfield y Central (que llegaron a 80), aunque los dos últimos mencionados están abajo de los leprosos en el promedio por el cotejo pendiente que tienen los rojinegros ante Independiente.
Por ellos desde las matemáticas también la campaña entró en una zona gris, justamente cuando el cierre del año debe ser productivo para ir al receso con el mayor oxígeno posible. Encima ahora se viene River de local, visita a Atlético Tucumán y completa con Independiente en Avellaneda.
La postal de ayer de la impotencia de Newell’s fue la de Maxi Rodríguez muy retrasado en la cancha en el complemento y hasta pegando alguna patada, ya con los rojinegros en desventaja y desarticulados para atacar.
Pero todo el trabajo leproso fue deficiente y sólo Aguerre con algunas intervenciones magistrales salvó la ropa. Porque lo del resto fue sencillamente flojo. Incluso el gol del Demonio Hauche aprovechando una contra con el equipo de Kudelka destartalado en el retroceso fue un símbolo de la confusión generalizada.
La lepra deberá primero definir la línea de juego, porque pretende salir jugando y falla pases fáciles desde los zagueros. Y los tres volantes, como ayer fueron Rivero, Villarruel y Formica, no sincronizaron para avanzar ni retroceder. Entonces tiene un perfil de equipo ofensivo, pero que es una invitación a que lo ataquen y Argentinos anoche lo hizo con suficiencia.
Hay mucha tarea por delante para Kudelka. El camino es largo y sinuoso. Pero hoy el principal déficit de Newell’s es la gran distancia que hay entre lo que pretende el DT con un juego de tenencia ancho y profundo y la puesta en marcha que no hace más que colapsar la estructura y hacerlo presa fácil de los rivales, al menos es lo que se vio muy claro ayer y en varios cotejos anteriores como Talleres y Gimnasia.
“Regalamos un tiempo y el rival no nos generó mucho”
Kudelka estaba molesto y no era para menos (hasta discutió con algunos periodistas). Es que su equipo volvió a decepcionar. “Regalamos medio tiempo y de manera inconsciente nos fuimos metiendo atrás. No nos generaron. Cometemos errores que nos cuestan caro”, dijo. Y agregó: “El problema fue el primer tiempo. No nos avasallaron, pero no jugamos bien”. Una y otra vez dejó notar su fastidio por lo hecho y reclamó: “No creo que haya sido un partido para que Argentinos lo gane”. A la vez, se quejó de que el equipo tendrá menos días de descanso que el millonario. “Pasó lo que pasó y River por tener poder cambió su partido, pero este no lo cambiaron”.