Paolo Montero tiene en claro que está en un momento delicado de su carrera. No porque venga cosechando derrotas. Sino porque Central no puede ganar. La ola de empates está ahogando la ilusión en Arroyito en el plano de la Superliga. El termómetro de la calle indica que el hincha tiene un cierto descontento por el pobre presente en la Superliga. Sin embargo, el entrenador cuenta con el apoyo incondicional del plantel. Eso lo mantiene vivo y con esperanza de revertir el cuadro de situación a la brevedad. "Si estoy acá es por la confianza de los jugadores. Si siento que no hay más confianza me tengo que ir", confesó el uruguayo con orgullo hacia sus pupilos. "Es un momento difícil, me da vergüenza mirar la tabla", destacó el técnico al analizar la realidad canalla. "No tengo mentalidad de equipo chico, me crié en Peñarol", señaló.
Después de la euforia vivida en Mendoza por haber dejado en el camino a Boca, el canalla tropezó en San Juan contra San Martín por el torneo doméstico. Lo llamativo es que en Cuyo mostró una imagen opuesta a la exhibida por Copa Argentina.
"Esto es como una moneda. Tiene dos caras y tenemos que ver cuál es la nuestra. Tiene que ser la misma que contra Boca. No puede haber un cambio tan grande de un partido a otro. Los jugadores y nosotros nos tenemos que convencer de que el próximo partido hay que ganar. Es hora de obtener un triunfo en la Superliga ante Argentinos", ponderó a modo de objetivo y deseo el entrenador.
Montero también mostró mucha firmeza a la hora de hacer eje en el futuro inmediato. "Soy un convencido de que la situación se va a revertir", lanzó sin dudar y con mirada firme el uruguayo en la conferencia de prensa que ofreció ayer al mediodía en el country de Arroyo Seco.
"Es un momento difícil, me da vergüenza mirar la tabla por la ubicación que tenemos. Es más, busco no mirarla. Pero estoy convencido, por cómo se están entrenando los jugadores, que vamos a revertir esto. Tenemos que tener la misma actitud que mostramos contra Boca", deslizó a modo de autocrítica. Claro que a la vez dijo que no se pone plazo contra el Bicho.
El motivo que lo mantiene firme y no lo hace tambalear es porque siente el apoyo incondicional del plantel. Tanto es así que se refirió a eso con naturalidad y cierto orgullo. "Si estoy acá es por la confianza de los jugadores. Si siento que no hay más confianza o no escuchan, me tengo que ir. Por suerte ese problema no lo tengo", confesó.
"Esto es fútbol y no quiero ser un peso para nadie. Lo más justo es que si hay un inconveniente, lo más normal es que se vaya un técnico. Porque además no se pueden echar a 25 jugadores. En el mundo es así", retrucó Paolo, quien a la vez remarcó: "Vengo del fútbol y desde los seis años que estoy dentro de un vestuario. Además, soy hijo de un personaje futbolístico que me enseñó mucho y sé cómo se maneja esto".
También aseveró que "no ganarle a Argentinos Juniors (el próximo sábado) sería un obstáculo en nuestro camino. Pero tengo mentalidad positiva. A pesar de que venimos de sufrir una dura derrota, tengo mentalidad ganadora y busco siempre revertir las adversidades".
"El fracaso en mi carrera no entra. Lógico que he tenido muchos en mi carrera, pero siempre soy muy autocrítico y trato de revertir situaciones adversas", acotó el entrenador. A la vez que dijo que al equipo le falta dar la punta final para poder ganar.
Luego se refirió a los juveniles que vienen pisando fuerte. En ese sentido y pese a que muchos de los pibes que están en el plantel profesional o reserva podrían tener su chance en el primer equipo, el entrenador se aferró al raciocinio.
"Los juveniles vienen creciendo. Lo demostraron el otro día en la Copa Santa Fe. En ese sentido, a nosotros no nos tiembla el pulso a la hora de ponerlos. De hecho, el promedio de edad en el banco debe ser de 19 años", señaló el técnico.
Por último, afirmó que "en este momento no podemos pensar en la Copa Argentina. Ahora hay que apuntar al partido con Argentinos Juniors".