El Millonario sacó chapa de campeón ante su gente. Nada menos que para quedarse con la Copa Libertadores de América. La tercera para sus vitrinas. Y la disfrutó al máximo en un Monumental repleto, a pura fiesta en una noche que se hizo esperar 19 años. En la que terminó goleando 3-0 a Tigres de México, en la revancha, tras el 0-0 de ida.
Este partido era el más importante de los últimos años y todo River lo disfrutó al máximo, tanto que casi ni importa que hoy mismo viajará a Japón para afrontar la Suruga Bank. Eso sí, ahora los cañones apuntarán de lleno al Mundial de Clubes, que será en suelo nipón en diciembre próximo.
El encuentro se vivió con gran intensidad. Entre infracciones, protestas y tarjetas amarillas, el árbitro uruguayo Darío Ubriaco recibió reclamos de los locales por un supuesto penal por una mano de José Rivas no sancionada. En tanto, los aztecas se quejaron por una fuerte falta de Alario y pidieron su expulsión, aunque sólo fue amonestado.
Eso sí, las situaciones de riesgo no abundaron en la etapa inicial. A los 23' Jürgen Damm desbordó por la izquierda de la defensa de River y cuando parecía que podía definir ante la salida de Marcelo Barovero eligió dar un pase atrás que no encontró a ningún compañero. Los minutos pasaban en medio de la lluvia, cánticos y poco juego. Y sobre el final del primer acto, cuando parecía que se cerraría sin goles, apareció Vangioni para desequilibrar por el sector izquierdo y lanzar un centro al corazón del área. Allí, Lucas Alario se ocupó de convertir el 1-0 con un cabezazo.
La segunda etapa ofreció un campo de juego mojado que generó acciones rápidas, encontronazos y forcejeos. Ninguno quería resignar lo que estaba en juego. Eso sí, el Monumental se silenció a los 67' cuando Damm llegó al fondo y envió un centro al segundo palo y Aquino cabeceó mal.
No obstante, a los 72' llegó el gran quiebre. Sánchez encaró hacia al área y cayó. El árbitro cobró penal y el arquero rosarino Nahuel Guzmán, con una sonrisa y aplaudiendo irónicamente, manifestó su desaprobación. Fue el propio Sánchez quien anotó el 2-0.
La visita se fue del partido y River aprovechó. A los 78', tras un córner, Funes Mori decretó de cabeza el 3 a 0 para el delirio de los hinchas locales, que confundían el agua de la lluvia con las lágrimas de la emoción.
Y así River, el peor clasificado en la fase de grupos, el que había descendido a mediados de 2011 ante Belgrano en este mismo escenario, coronó su resurrección a nivel internacional. Ganó la Sudamericana, la Recopa Sudamericana y anoche levantó su 3ª Libertadores, como en el 86 y 96.
“Dios me premió con esto y ahora vamos por más”
Lo vivió y sufrió de afuera. Marcelo Gallardo siguió la final de la Copa Libertadores desde un palco, ya que estaba suspendido justo para el partido que lo llevó a la gloria máxima como riverplatense, porque se consagró campeón como técnico después de haberlo hecho hace 19 años como jugador, y se lo agradeció “a Dios”, al tiempo que anunció que ahora van “por más”.
El Muñeco sigue dándole títulos y alegría al Millonario. En un año dirigió al equipo en 3 torneos internacionales. Y los ganó a todos: Copa Sudamericana, Recopa Sudamericana y Copa Libertadores.
“Esto es una alegría tremenda, porque si un año atrás uno debía imaginar lo que ahora disfrutamos, era muy difícil”, destacó el DT.
“No nos olvidamos de los jugadores que no están”, sentenció. En diciembre River deberá retornar a Japón para enfrentarse, posiblemente, al Barcelona de Leo Messi por el Mundial de Clubes. “La idea era ir a Japón como campeones y lo conseguimos. Ahora hay que disfrutar”, concluyó Gallardo.
Dio la charla antes
Marcelo Gallardo dio la charla técnica antes de que sus jugadores bajaran a los vestuarios, recinto por el que el DT se vio privado de ir (como al banco) por estar suspendido. El Muñeco dio indicaciones luego vía handy a sus ayudantes.