Cuando Jaminton Campaz hizo pie en Rosario, Miguel Angel Russo lo recibió con los brazos abiertos y jamás dudó de que en lo inmediato iba a formar parte del equipo titular (llegó un día antes del partido con Arsenal y no concentró pero al próximo ya fue al banco), aunque fue con una premisa clara: la necesidad de hallar la forma de que el colombiano encuentre los socios necesarios para dialogar futbolísticamente. Por el momento esas sociedades están en pleno proceso de edificación, aunque en lo que tiene que ver con el rendimiento individual, Campaz demostró que cuenta con el potencial como para convertirse en una pieza clave dentro del equipo. Lo hizo a cuentagotas, pero con intervenciones que, cuanto menos, le abren crédito.
Está claro que Campaz está aún atravesando su período de adaptación, no sólo a Central sino al fútbol argentino en general, pero ese proceso encontrará aceleración en la medida que Russo le dé continuidad, lo que parece un hecho, siempre y cuando no surja un imponderable.
Hoy la necesidad es mutua, Central necesita el máximo de Campaz y el colombiano necesita que el equipo lo ayude para que su presencia sea cada vez más importante. Por lo pronto, ya tuvo movimientos y acciones muy puntuales que entusiasmaron al hincha.
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El colombiano Campaz lleva tres partidos con la camiseta de Central, uno ingresando desde el banco y en los otros dos fue titular.
Marcelo Bustamante / La Capital
El día que hizo su presentación oficial (en conferencia de prensa) Campaz habló de que se siente cómodo jugando por el centro del campo o bien recostado sobre la izquierda y Russo le da la libertad necesaria para que se mueva por todo el frente de ataque.
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Es cierto, cuando ingresó en cancha de Lanús (por el lesionado Jhonatan Candia) lo hizo para jugar como delantero y la misma función cumplió en los dos partidos posteriores, en los que le tocó ya ser titular. No obstante, el técnico pretende que no se estacione allá arriba, al lado de Alejo Veliz, a la espera de que la pelota “le llegue”. Por eso, siempre se lo vio con cierta movilidad, retrasándose algunos metros e incluso tirándoles hacia las bandas, con la intención de abrir espacios y aprovecharlos.
Se recuerda, por ejemplo, aquel desborde por derecha en el partido contra Godoy Cruz, que terminó con un remate potente al primer palo (desde un ángulo bastante cerrado), que el arquero del Tomba logró contener. En ese mismo partido fue quien tiró la individual (en posición de 9) en un movimiento para desairar al defensor, a quien no le quedó otra que derribarlo
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En Central confían mucho en el potencia de Jaminton Campaz, quien de a poco se va adaptando al fútbol argentino.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Otras de sus cualidades, de las que él mismo habló y muchos imaginaban, es el remate de media distancia (por esa vía hizo muchos goles tanto en Deportes Tolima como en Gremio) y de ello intentó sacar provecho siempre que pudo. Entre algunos remates desde afuera del área que metió, sobresale el del pasado viernes, en Junín, en el que la pelota se fue a centímetros del ángulo superior izquierdo de Meza.
Lo que hasta aquí quizá le haya jugado un poco en contra es que nunca pudo jugar un partido completo. En el primero como titular, Russo debió sacarlo porque había comenzado a sentir el trajín del encuentro y en el segundo (ante Sarmiento) fue el apuntado para salir tras la expulsión de Kevin Ortiz y el consiguiente intento de Russo de reacomodar el mediocampo.
Para que Campaz conforme las sociedades que pretende el entrenador es necesario que se den varias cuestiones: que el colombiano se entienda mucho más con sus compañeros; también que Malcorra, Infantino, Montoya o el que sea converse el mismo idioma futbolístico. En definitiva, que el equipo comience a adquirir otro tipo de volumen de juego (de eso habló Russo no hace mucho) para que todos crezcan.
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En los pocos partidos que disputó, Campaz probó con remates de media distancia, una de sus virtudes, pero no pudo convertir.
Héctor Rio / La Capital
Hoy es difícil de establecer si Campaz va a seguir jugando en esa posición, si en algún momento se calzará el traje de enganche (para ellos será necesario el ingreso de otro punta) o si se recostará sobre una de las bandas, pero sí está más o menos claro que hay mucha confianza de parte del cuerpo técnico hacia su juego.
En apenas dos partidos como titular tuvo la chance de demostrar que tiene el talento suficiente y la capacidad de desequilibrio necesaria como para no ser uno más dentro del equipo, pero necesita afianzarse para colaborar con el equipo y que el equipo también lo ayude a él.