La ex tenista Mónica Seles, que fue número uno del mundo en el ranking femenino, confesó que fue diagnosticada con miastenia gravis, una enfermedad autoinmune neuromuscular crónica que provoca debilidad y fatiga muscular y para la que no existe cura.
La noticia se conoció a días del inicio del US Open y causó conmoción en el mundo del tenis.
Seles, de 51 años y ganadora de nueve títulos de Grand Slam, contó que los primeros síntomas aparecieron hace tres años mientras jugaba con niños y familiares: empezó a fallar pelotas, veía doble y sentía debilidad en brazos y piernas.
"Me costó mucho aceptarlo y hablarlo. Afecta mi vida diaria de manera significativa", admitió Seles.
Qué es la miastenia gravis
La miastenia gravis puede dificultar actividades básicas como vestirse, secarse el pelo o tragar, y en casos graves comprometer la respiración. Aunque no tiene cura, existen tratamientos para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
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Conocida por su espíritu combativo, la extenista estadounidense de origen serbio decidió asociarse con la empresa de inmunología Argenx en la campaña Go for Greater, para dar visibilidad a la enfermedad y alentar a otros pacientes a buscar diagnóstico y tratamiento.
Apuñalada por un fanático
La vida de Seles estuvo marcada por triunfos y adversidades. A los 19 años ya sumaba ocho títulos de Grand Slam y lideraba el ranking mundial, hasta que en 1993 un fanático la apuñaló en pleno partido en Hamburgo.
Estuvo más de dos años fuera del circuito y volvió para ganar el Abierto de Australia en 1996. Se retiró en 2008 con 53 títulos en singles y seis en dobles y una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos, dejando una historia marcada por el talento y la resiliencia.
"Ahora enfrento a una nueva oponente, pero como en todas mis batallas en la cancha, no me rendiré", afirmó la extenista.