Con el inicio de la liga francesa y el choque entre Lille y Nantes, en realidad entre Marcelo Bielsa y Claudio Ranieri, se reflotó la famosa y mediática disputa de los estilos que ya atrasa porque no responde a parámetros reales. Ninguna comparación puede considerarse seria si no se tienen en cuenta los agregados que cambiaron los paradigmas del fútbol. Para seguir con la misma liga, el hoy groseramente poderoso PSG no es el equipo más ganador de aquel país, sino que marcha sexto en el historial a la par de Girondins Bordeaux. La historia marca que el más ganador de la Ligue 1 es Saint Etienne con 10 títulos, pero eso, justamente, es historia.
No se pueden ya comparar estilos sin hacer un alto en la economía de las instituciones. Lille tiene la mitad de títulos que Nantes (4 contra 8), pero eso también forma parte de la historia.
Lille no integra la élite del fútbol galo a la que sí pertenece Nantes, pero el presente de ambos es diametralmente opuesto al punto que intentar una comparación de estilos es cuanto menos un despropósito. Y la principal explicación está en la economía de ambas instituciones. Mientras la entidad en la que alguna vez brillaron Mauro Cetto, Néstor Fabbri y Jorge Burruchaga no llega a los 5 millones de euros en contrataciones, Lille superó los 63 millones de la misma moneda. La contratación para Lille del juvenil brasileño de Santos Thiago Maia (20 años), por ejemplo, supera en más de 3 veces lo gastado por Nantes en todas sus incorporaciones. Antes de que Barcelona se decida a provocar la estampida pos Neymar, Lille es el décimo equipo que más gastó en toda Europa.
El fútbol francés tiene candidatos, equipos con historia, instituciones prestigiosas y entidades que se obligaron a ser protagonistas a partir de lo que invirtieron para la presente temporada. Y eso excede cualquier análisis minucioso y criterioso que se pueda hacer sobre las bondades estratégicas y el convencimiento de plasmar los estilos.
El gran obligado es PSG, que también se puso presión para la Champions League con la contratación de Neymar. Pero Lille (63 millones), el campeón Mónaco (61), Olympique Marsella (42) y Lyon (40) son los que más responsabilidades tienen en una liga cuyo crecimiento económico es exponencial pero todavía no se refleja en los resultados.
En "La Liga" (España), las diferencias de Real Madrid y Barcelona con el resto son tan groseras como las que establece PSG en Francia.
El campeón español y de Europa, y seguramente del Mundial de Clubes a fin de año, ya gastó 87 millones y medio en tres contrataciones. El Barsa ya erogó 42 millones en apenas dos futbolistas. El tercero en discordia, Atlético de Madrid, todavía no compró, pero seguramente romperá el chanchito para consumar el regreso de Diego Costa.
A propósito, ¿sobre qué se apoyan los proyectos de inferiores tan promocionados a nivel mundial como La Masía (Barcelona)? No hay política de inferiores que promueva jugadores de élite al fútbol profesional. Por eso el jugador más importante de la historia del club catalán es Lionel Messi y de los merengues Alfredo Di Stéfano; dos argentinos.
En Italia, Juventus, campeón de la serie A y subcampeón de Europa, ya gastó 100 millones de euros en refuerzos.
Napoli, uno de sus rivales directos, sólo erogó hasta aquí 43 millones.
Roma-Lazio es uno de los clásicos más tradicionales de la península, pero desde qué lugar se puede evaluar su competitividad. Desde lo económico seguro que no: Roma lleva gastados 82 millones, mientras su acérrimo adversario sólo pudo incorporar por 16.
Los gastos en la Premier League son escalofriantes. Hasta ahora Manchester City ya puso 234.400.000 euros, el campeón Chelsea 155 millones, Manchester United 120, Everton 98, Arsenal 53 y Liverpool 42.
¿Qué le pueden pedir a Pep Guardiola que no sea ser campeón, como mínimo, de la liga inglesa?
En Alemania, Bayern Munich ya utilizó 90 millones y si se queda con James Rodríguez, dentro de dos años cuando venza el préstamo, deberá desembolsar 40 millones más de la moneda europea.
Su archirrival de estos tiempos, Borussia Dortmund, gastó hasta aquí 44 millones.
Hamburgo, el gigante del fútbol germano que hace un par de años pelea por no caer a segunda por primera vez en su historia, sólo desembolsó 17 millones.
¿Cuál es la equivalencia con Bayern y Dortmund? Absolutamente ninguna.
En la década del 70, Rubén Ayala, el verdadero Ratón Ayala, bicampeón con San Lorenzo en 1972 y titular en la selección que disputó el Mundial 74, grabó una publicidad dirigida por Eliseo Subiela sobre las bondades de los botines "Interminable".
El melenudo vestido íntegramente de Atlético de Madrid, donde jugaba, bajó a Buenos Aires exclusivamente para filmar el comercial en el Monumental. Le pegaba un par de veces a la pelota de media volea, después la pisaba y con la cámara haciendo un primerísimo plano del calzado decía con su voz finita: "En Europa no se consiguen".
Ojalá ese sea el eslogan de la superliga argentina que arrancará el próximo viernes 25. Que la competitividad genética del futbolista "de acá" disimule las diferencias económicas.
Será una pelea muy dura.