El telón bajó lento, como pidiendo permiso para aumentar en la definición la emoción que no tuvo en los primeros actos. El Top10 del Torneo Regional del Litoral llegó a su fin con la confirmación de que Gimnasia fue el mejor en varios aspectos. Con un plantel numeroso (algo siempre importante) jugó lindo y su efectividad lo puso bien arriba, ya que buscó los palos con la misma frecuencia que el ingoal. Cómo no hacerlo si tuvo en Rodrigo Picotto a un pateador formidable que, de hecho, terminó como el goleador del campeonato.
En las primeras consideraciones sobre el campeón es inevitable la mención del apertura. Porque sus aciertos en los penales redoblaron la confianza de los forwards y cerró el círculo que hicieron de GER un equipo diferente. Pero no sólo fue importante la función del goleador, sino lo que distinguió al mens sana fue su orden, algo que quedó muy claro a la hora de patear o cuando la gente le pidió más juego. Su clave, y quedó demostrado a lo largo de toda la definición, tanto en semifinales como en la misma final, fue saber aguantar las presiones para resolver como mejor le pareció. Como siempre fue sólido en la obtención, tuvo velocidad en las puntas, e ingenio y variantes para completar un trabajo demoledor que todavía no encontró su techo.
Para Gimnasia su mejor secreto fue el trabajo, el cambio de mentalidad. Después el rendimiento individual y colectivo, y sobre todo convencimiento y una tremenda ambición, empujaron a este plantel a buscar el escalón más alto del podio. Y, aunque sufrieron un poco, lo consiguieron.
Por debajo del campeón quedó Estudiantes, que estuvo a nada de coronar. Como le pasó a Gimnasia muchas veces, le faltó experiencia. El equipo paranaense tiene un juego muy parecido al de GER, que propone siempre vértigo y tries. Atrevido y con variantes, mostró que tiene mucho futuro.
Un poco más atrás quedó Santa Fe Rugby, el único de los equipos no rosarinos que alguna vez salió campeón (2008) y que se dio el gustazo de desplazar a Duendes del podio. Terminó tercero, pero bien podría haber jugado la final. Fue el último en ingresar al selecto grupo de los semifinalistas, pero en el tramo decisivo arremetió con un juego agresivo que tuvo a maltraer a Estudiantes y que superó a Duendes sin dejar dudas.
El verdinegro fue junto con Jockey Club una de las mayores decepciones del torneo. Se esperó mucho más de esos equipos, sobre todo en lo que tiene que ver con el juego. Independientemente del lugar que les tocó ocupar en la tabla, Duendes estuvo lejos de mostrar un juego atildado que lo ayudara a aspirar a más. Desde las sensaciones estuvo cerca de dar vuelta el partido ante Gimnasia en la semifinal, pero en la realidad eso era algo imposible con un equipo que cometió muchísimos penales y le faltó solidez en el scrum.
Quebrado anímicamente, ante Santa Fe Rugby aguantó hasta donde pudo, pero terminó cediendo ante un rival que no le importó tener enfrente un equipo con tanta historia, poniendo de manifiesto de que la era en la que “se ganaba con la camiseta” terminó hace rato.
Jockey Club, en tanto, se bajó tempranamente de la pelea por el título. Terminó 5º y puso todas sus energías en levantar su nivel de juego de cara al Torneo del Interior, la próxima competencia que se avecina.
Más atrás y muy lejos de los equipos de punta quedó el resto: Old Resian, Crai, Rowing, Universitario y Provincial.
Lo que quedó de la fiesta mens sana
Aguanten los trapos. Incondicional, la hinchada de Gimnasia dijo presente en el parque Urquiza. Miró la final de dientes apretados, pero no paró de alentar ni un minuto.
Un solo corazón. Santiago Gramajo celebra el título junto a su madre. Los mens sanas coparon Paraná como ante Duendes en la semifinal y fueron torazos en rodeo ajeno.
Sin consuelo. Ante Santa Fe Rugby, Estudiantes pudo dar vuelta el partido en el final. Ante GER no pudo hacerlo y Joaco Maiztegui no encontró consuelo,