“No puedo jugar con la ilusión de la gente. No puedo decir «Di María y Lavezzi vienen mañana»”, dijo el Kily.
“No puedo jugar con la ilusión de la gente. No puedo decir «Di María y Lavezzi vienen mañana»”, dijo el Kily.
¿Pero con Lavezzi hablaste?
Con el Pocho hablo de muchas cosas y sé que le encantaría pero está el tema de lo físico. Sé la repercusión que puede tener un tema así porque son jugadores de muchísima experiencia.
Si el fútbol vuelve en noviembre, ¿cuánto tiempo te vas a tener que mantener en el cargo para dirigir a Di María?
(Risas) Va a ir todo bien y ojalá podamos ir viendo de qué manera se pueden resolver esos casos. Lo que me llena de orgullo es el sentimiento de querer estar. Está bueno que se hable de jugadores de esta jerarquía pero no podemos dejar de apuntalar el proyecto.
¿Algún jugador te llamó y te dijo si va fulano o mengano yo también voy?
Ja, es una cadena, pero los jugadores que te dicen eso es porque me conocen. Puede ser que alguno haya abierto la chance y cuando pienso que algo de eso puede pasar me vuelvo loco.
Con la llegada del Kily González se habló mucho de las posibilidades que tendrán de ahora en más los pibes de las divisiones inferiores. Pero el técnico fue medido en sus declaraciones y dijo que "no podemos pensar que vamos a jugar con 11 pibes".
¿No se les fue de la mano la idea de que ahora es el momento de los pibes?
No, porque no podemos pensar que vamos a jugar con 11 pibes. Tenemos que tener gente con experiencia y los pibes tienen que acompañar. Queremos algo similar a aquel equipo del 94, en el que éramos varios chicos de abajo con cuatro grandes. Después tenés que ver cómo está el chico, de qué manera te llega, cómo se lo prepara. Para eso necesitás gente que les haga entender a esos chicos que cuando firmás tu primer contrato empieza tu carrera deportiva y ese pibe tiene que saber lo que representa ser jugador profesional y que el club ya te está pagando.
Más allá de los procesos lógicos de maduración, ¿hay chicos que vos ya sepas que se pueden bancar jugar en primera?
Sí, hay.
¿Pocos, muchos?
Varios.
O sea que podés jugar con varios pibes.
Jaja, no. Tengo la surte de que los conozco pero sé que la reserva no es lo mismo que la primera y la ventaja que tienen ellos es que saben qué tipo de mensajes les voy a bajar. Puede pasar también que un pibe diga “a ver qué dice este ahora en primera”, pero mi mensaje va a ser siempre el mismo. Para mí el compromiso, la actitud y venir con alegría es fundamental. Ojalá mi carrera de entrenador sea larga porque es algo que voy a hacer en todos lados. Sé que cuento con ese compromiso pero veremos si están para jugar en primera, incluso en un entrenamiento con el primer equipo. A mí siempre me gustaba jugar con 40 mil personas y hoy no vamos a tener hinchas, por eso hay que ver cómo reacciona cada uno.
En los últimos años no hubo chicos que se hayan asentado en primera, mucho menos que les hayan dado un rédito económico al club. ¿Se trabajó mal en inferiores?
Pasaron muchas cosas de las que todos debemos hacernos cargo. Al jugador de fútbol se lo forma y tenés que enseñar distintas situaciones de juego, hay que darle herramientas. El error más grande es que al jugador que se destaca ya lo llevés a primera y después lo volvés a reserva.