Las internas que vive hoy el seleccionado argentino, con Diego Maradona peleando con Carlos
Bilardo, con críticas por detrás de algunos jugadores para con el técnico, están alejando el
verdadero foco de atención, que pasa por el partido de sábado que viene ante Perú y la falta de
respuestas futbolistas del equipo.
Maradona tiene razón al enojarse con que haya llegada Pablo Zabaleta desgarrado. Tanto el
lateral como Carlos Tevez no tendrían que haber jugado el lunes.
Si Maradona, como se dice desde el cuerpo técnico argentino, le pidió a Bilardo que viaje a
Manchester para hacer todo lo posible para que no jueguen Tevez y Zabaleta y Bilardo no viajó,
tiene razón Diego en pedir su renuncia.
Si Maradona dice en Córdoba que Bilardo no hizo nada para que se junten los cuerpos técnicos de
las selecciones mayores y juveniles, cuál es la tarea de Bilardo. Nadie, ni el propio Bilardo la
pueden explicar.
Si Maradona y Bilardo no se hablan, pese a los deseos del presidente de la AFA, Julio Grondona,
para qué están juntos. Alguien está de más en esa sociedad, que está más cerca de ser la
“guerra de los Roses” que una historia de amor.
Lo cierto es que Bilardo está en el seleccionado para pegar el salto a la dirección técnico si
trastabilla Maradona, algo que reconoció el propio Diego públicamente: “lo pusieron por qué
no confiaban en mí”, disparó hace unos meses.
No hay otra razón que justifique la presencia de Bilardo, por más cargos de manager o director
de selecciones nacionales que se quiera inventar.
Pero el árbol no debe tapar el bosque, porque las internas entre Bilardo y Maradona, con
amenazas de renuncia sólo del técnico, son un eslabón más de este mal momento del seleccionado
argentino.
Los problemas van desde la forma de jugar, la ubicación en la tabla de posiciones de la
eliminatoria, el cambio de técnico en medio del camino al mundial y una serie de desatinos que
parecen no tener fin, como la conformación de un plantel para los dos partidos más importantes del
seleccionado argentino de los últimos tiempos.
La cuestión es que Zabaleta se pudo haber lesionado en un entrenamiento o caminando por la
calle, y su ausencia hubiera provocado el mismo caos, quizás sin las amenazas de renuncia, pero si
las modificaciones por doquier en el equipo titular.
Al no convocarse Javier Zanetti y lesionarse Fabricio Coloccini y ahora quedar fuera Zabaleta,
el cuerpo técnico argentino no convocó ningún otro jugador que pueda desempeñarse como lateral por
derecha.
Si Maradona pretendía jugar con una línea de cuatro contra Perú y Uruguay, por qué no hay un
jugador para reemplazar a Zabaleta.
¿Acaso Zabaleta no podría lesionarse con Perú o ser expulsado? Entonces, la lesión de Zabaleta
desnuda un grave error de Maradona.
No se sabe si Bilardo o el cuerpo técnico de Maradona apuntaron esta situación cuando se
confeccionó la lista.
Lo que queda claro, es que Maradona, para bien y para mal, decide todo y la obsecuencia que
tiene alrededor no lo ayuda en nada, ni a él ni al seleccionado argentino.
Pero tampoco es todo color de rosa entre el cuerpo técnico y los jugadores. Nadie saldrá a decir
nada públicamente, pero son varios los futbolistas que se quejan de entrenarse sólo por la tarde y
marcan silencios de Maradona en momentos clave.
Esto se sabe, flota en el aire del predio de Ezeiza, pero no hay mayores comentarios sobre este
tema, porque los protagonistas prefieren no contarlo públicamente.
Con este panorama se enfrentará a Perú, el equipo que menos puntos sumó en la eliminatoria, que
hace tiempo quedó fuera del mundial, pero los problemas de argentina lo transformaron en un
“cuco” y en un rival, por su actualidad, que debería ser un mero trámite para cualquier
seleccionado nacional.