Cada torneo es una historia aparte. Cada clásico, ni hablar. De igual forma trazar paralelos con previas anteriores no tiene nada de malo. Se trata de una mirada ciento por ciento objetiva, con particularidades por cierto respecto a cuestiones que tienen que ver con las sensaciones. Y en esta ocasión lo marcan las sensaciones, pero también los números. La previa de este clásico encuentra a un Central que está bastante más lejos en cuanto a protagonismo que en los cuatro anteriores en los que estuvo el Chacho como entrenador.
Lo expuesto refiere, por supuesto, a las diferencias futbolísticas sustanciales que se pueden marcar entre equipos anteriores y el de ahora, lo que no quiere decir que el Central del próximo domingo sea inferior ni más vulnerable en relación con otros.
Aquellos buenos resultados y el tinte de equipo indomable fueron algunos de los elementos más consistentes, las piolas con las que el Chacho hacía mover la piezas a su antojo mientras seguía moldeando y afianzando ideas.
En el primero de los cuatro clásicos dirigidos por Coudet, Central arribó a cinco unidades del líder Boca (37) y con cuatro equipos más en el medio (San Lorenzo 36, River 34, Racing y Belgrano 33). El tema es que la solidez era otra. Al menos parecía. Es que en esas 17 fechas previas el conjunto auriazul había sufrido una sola derrota. El resultado en el clásico fue un guiño enorme: triunfo por 1 a 0 en el Coloso del Parque con gol de Marco Ruben.
Apenas seis fechas pasaron de un derby a otro. Y el paso firme de Central no sólo no se detuvo, sino que estuvo un par de escalones por encima de quienes por esos días peleaban en la parte de arriba de la tabla. La distancia con el puntero San Lorenzo (50) también fue de 5 unidades, pero en esta ocasión ya estaba en el tercer escalón, sólo detrás del Ciclón y el escolta Boca (49). Apenas una derrota más sobre el lomo (2 en 23 partidos), pero fundamentalmente la llegada fue de una los mejores, con tres victorias seguidas (Belgrano, Unión y Arsenal). Buen nivel futbolístico, momento inmejorable y protagonismo a la orden del día. Pero como el fútbol es fútbol, el favoritismo (Newell's llegó 19 puntos por debajo, aunque la idea lejos está de entablar comparaciones) no pesó: 0 a 0 y en el Gigante. Un par de meses después, con la tercera posición en el torneo (detrás de Boca y San Lorenzo), pero básicamente con el mazazo que significó la polémica final de la Copa Argentina ante el xeneize, Central recargó pilas en el verano porque el próximo clásico se venía ahí nomás, en el inicio del torneo de transición 2016, casi sin preparación.
Es difícil analizar esa previa con los parámetros con lo que se examinan las otras. Antes del choque Central-Newell's en el Gigante hubo un solo partido, en la primera fecha, contra Godoy Cruz, que fue victoria, ajustada por cierto, pero victoria al fin. Ese equipo mantenía los buenos vicios de aquel primer año calendario con Coudet al frente del equipo. Lo demostró en la contundencia que exhibió en el 2 a 0 que significó la renuncia de Lucas Bernardi como DT de la Lepra.
El correr de las fechas fue encontrando fundamentos de aquellos buenos rendimientos de 2015. Encumbrado. Así llegó el Canalla en lo que fue el segundo clásico, que formaba parte del interzonal, por los dos grupos de 15 que se habían armado. En 11 partidos había perdido apenas dos, lo que le permitió desandar los días previos en el lote de los privilegiados. Tres puntos por debajo de Godoy Cruz y San Lorenzo (21) y apenas un escalón por debajo de Arsenal (20) e Independiente (19). Es cierto, era una de las últimas fichas que se jugaba Central para aspirar al primer puesto y jugar la final con el ganador de la zona 2. Tampoco es lo primordial en el análisis. Lo mismo corre para ese andar que también incluía Copa Libertadores, aunque ese ítem fortalezca la imagen de equipo sólido. El resultado (otra de las cosas a las que se intenta sacar del foco de atención): 0-0.
Lo de esta vez es distinto. El protagonismo no es tal, por más que falte mucho (demasiado). El juego asoma con menos consistencia. La imagen de equipo arrollador o, cuanto menos, bravo a la hora de tener que ganarle es más difusa. Esto no determina de antemano lo que pueda ocurrir en el clásico del domingo. Se trata apenas de un ensayo para ver qué tan sólido y protagonista llegó el Central de Coudet a cada clásico. A este lo hace con menos protagonismo.
Buenos números
Con Eduardo Coudet como director técnico, Rosario Central disputó cuatro clásicos. El Canalla ganó 2 y empató los 2 restantes. Hizo 3 goles y no le marcaron.