Se lo comieron en el bosque mientras el lobo no estaba. En el mejor momento de Central llegó el mazazo tripero. Gimnasia encontró el gol a los 35 minutos en una jornada que pintaba para ser auriazul. En realidad, el dueño de casa se topó con un regalo como caído del cielo. Facturó casi sin proponérselo. De casualidad, en realidad. Leonardo Morales fue el autor material. El defensor supo capitalizar una acción casi de carambola mientras se encontraba visiblemente adelantado tras un tiro libre previamente inexistente. Sin embargo, el árbitro Ariel Penel lo convalidó a instancias de la asistente Gisela Trucco. El equipo canalla se pegó la vuelta de La Plata fundido.
Lo dejaron sin nada por una jugada en offside que los árbitros obviaron. Central quedó masticando impotencia por el gol tripero cuando la balanza del primer tiempo se inclinaba lentamente hacia el lado canalla. Error humano. Error que pagó muy caro el conjunto de Arroyito.
La jugada de la gran polémica vino como consecuencia de un fallo mal sancionado por Ariel Penel. El juez entendió que el pibe Luca Martínez Dupuy le cometió falta al defensor tripero Matías Melluso.
Era el mejor momento del equipo del Kily González. Manejaba la pelota pese a que le faltaba peso en los metros finales para poder realizar la diferencia. Esa misma que buscaba mediante la conducción del capitán Emiliano Vecchio.
Pero no. Desde ese tiro libre que no era llegó el grito sagrado del Lobo. Todo extraño porque se gestó de una acción que no fue. Es más, la televisión mostró el preciso instante en el que el entrenador canalla gritaba que no había sido falta. Trascartón llegó el gol del zaguero central Leonardo Morales. Marcó un tanto en claro offside en una jugada que tuvo como “cómplice” a Emmanuel Ojeda.
Es que la pelota le rebotó en el pie izquierdo al volante auriazul y le pegó Francisco Gerometta. La bocha se fue para adelante como caprichosa y encontró a un visiblemente adelantado Leonardo Morales, quien logró pescarla y entrarle antes que el 25 auriazul para vulnerar a Juan Pablo Romero.
Pese a que el zaguero central Facundo Almada pegó inmediatamente el grito pidiendo fuera de juego, lo concreto es que el juez Penel lo convalidó sin dudar a instancias de la asistente Gisela Trucco. La rafaelina ni se inmutó en ese flash.
Central se quedó vacío. Es verdad que le cobraron un tanto que debía haber sido inhabilitado. Pero no sucedió. Hubo falla humana. Por partida doble. De Penel y de la asistente Trucco. También es cierto que se presentó en el bosque platense muy livianito. Por momentos tuvo la pelota a su antojo. Aunque jamás mostró convicción el los metros finales.
Quizá fue por cansancio debido al arrastre de tres partidos en siete días. O, tal vez, fue porque no supo cómo hacerlo durante todo el encuentro. Sin embargo, en el imaginario colectivo auriazul quedó la bronca e impotencia del gol en offside del lateral derecho Morales. Todo lo demás pasó a segundo plano. Y tapó las falencias canallas, por cierto.
El Kily González lo predijo
Cuando Ariel Penel cobró tiro libre favorable a Gimnasia porque consideró falta de Luca Martínez Dupuy sobre un tripero, el DT canalla no dudó en clamar que no había sido infracción. Incluso, fue por más. Le reclamó al cuarto árbitro a modo de pregunta “y si viene el gol”. Y la conquista local llegó pese a que fue en offside.