“Una noche soñada”, fue una de las frases del pibe Facundo Buonanotte frente a las cámaras, cuando el Gigante todavía atronaba por la victoria lograda ante Sarmiento. Y nadie mejor que él para hablar de esas gratísimas sensaciones que se vivieron en Arroyito porque fue justamente ese chico de apenas 17 años el encargado de convertir el tanto de la victoria. Ese gol fue lo que se complementó a la perfección con un gran rendimiento a lo largo del partido y de ahí esa historia perfecta que se escribió en nombre de Buonanotte.
En su primer partido como titular en el ciclo Tevez, Buonanotte no sólo no defraudó al DT, sino que hizo todo lo conveniente para decirle al Apache que la decisión de mandarlo a la cancha no había sido equivocada.
Por momentos cuesta creer que Buonanotte acuse apenas 17 años. Es que de a ratos se mueve como si la experiencia fuera su principal aliada. Y no sólo juega, sino que tampoco le escatima al esfuerzo. “No pienso que tengo 17 años, es mi trabajo y doy siempre el ciento por ciento”, dijo el pibe.
Anoche fue un gran ladero de Montoya, sin dudas la otra gran figura del triunfo canalla. Pero claro, ese cabezazo goleador fue lo que lo hizo dueño de los flashes más potentes. ¿Y si hubiera clavado ese zapatazo del final que se estrelló en el palo? Ya era demasiado.
Sin pretemporada (estuvo en el torneo Esperanzas de Toulón) buscó siempre un lugar en el equipo y sin escaparle a los compromisos. Basta recordar aquella imagen en la definición por penales ante Sol de Mayo, cuando Somoza lo puso como el quinto pateador. Es la primera vez en la historia que Central gana 1 a 0 con un gol de un futbolista menor de 18 años. Buonanotte lo hizo.
No fue el único de gran nivel porque el equipo entero mostró un buen rendimiento, y bien vale la pena hacer mención a lo que fueron los 90 minutos de Montoya, jugando siempre de 5, al principio con Malcorra y después solito. Pero lo de Buonanotte tuvo un relieve superior al resto porque ante el poder de fuego que le estaba faltando al equipo él se lo dio, yendo convencido al corazón del área, en busca del centro de Montoya. Y ese grito le permitió a Central cantar las 40, lo que lleva Buonanotte en su espalda.