La planta trabaja de corrido las 24 horas del día en tres turnos durante seis días a la semana. Sólo cierra una jornada, desde el sábado a la noche hasta el domingo a las 22 horas cuando el ritmo vuelve a comenzar. Allí trabajan 75 de las 2500 personas que viven en la localidad cordobesa de Guatimozín, es decir, son la empresa que más personas emplea allí. Y ahora están esperando el desembarco de un equipo italiano que les permitirá aumentar su capacidad instalada dando velocidad a sus procesos. Nutribon es la fábrica de alimento para mascotas del Grupo Bongiovanni que produce nada menos que 7000 toneladas de alimento mensual y que cumple este año diez años en el mercado.
La historia de esta empresa comenzó en el agro y, en diálogo con el suplemento Negocios de La Capital, la recuerda Silvana Bongiovanni, gerenta general de la planta: “Mi papá, en ese momento junto a dos socios, compró un acopio de cereales a fines de los ochenta, yo estaba estudiando en Rosario y en el año 95 me recibí de contadora y mi esposo, Jorge Dianda, se recibía de veterinario, fue ahí cuando mi papá nos dijo que si decidíamos vivir en Guatimozín compraba la totalidad del acopio para seguir creciendo y evolucionado”. Así fue, ellos volvieron a su tierra natal y empezaron a pensar en el crecimiento del Grupo Bongiovanni. “Esta empresa que tiene varias décadas de trayectoria en el negocio agropecuario tradicional y encaró un cambio de perspectiva profundo en su visión del negocio. A partir de 2010 se ha convertido en una empresa dedicada a los agronegocios, aportando valor en origen a la materia prima de primera calidad del área núcleo”, explica Silvana.
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Silvana Bongiovanni estudió en Rosario pero luego volvió a Guatimozín para tomar las riendas del Grupo Bongiovanni.
Foto gentileza Nutribon
Desarrollaron la parte de agro de la empresa, con marcas como Agrobon o Criabon, hasta que años después decidieron sumarle valor agregado al acopio y desarrollar una planta propia. Al principio estaban más orientados a dedicarse a producir alimento para la ganadería, fundamentalmente para la cría de cerdos y vacuna, pero luego un consultor que los escuchó les recomendó ir por otro camino. En palabras de Silvana: “Me acuerdo de que en aquel momento llamamos a Roberto Altamiranda y él nos vio el perfil emprendedor, es decir, no nos veía como clásicos productores agropecuarios, sino que nos recomendó hacer alimento para mascotas. Ahí fue cuando junto a Jorge empezamos a investigar todo este rubro”. Un tiempo después nació Nutribon.
El cambio fue fuerte para el grupo, porque ella explica que “de pasar a vender un camión de soja y cobrar a los cinco días pasamos a pensar en todos los pasos de una industria”. Empezaban un camino complejo de producción en un mercado altamente competitivo donde los jugadores internacionales, como Royal Canin o Pedigree, tienen una buena porción del mercado y los fabricantes argentinos tienen que salir a ganar terreno. Paso a paso fueron creciendo, sumando productos diversificándose e invirtiendo para tener hoy una planta modelo en el sector.
Mayor capacidad instalada
El Grupo Bongiovanni finalizó una inversión para ampliar la capacidad instalada de Nutribon, pasaron de una nave de 2000 metros cuadrados a una de 8000. “La planta ha sido ampliada y está en condiciones de duplicar su producción, es hoy la fábrica más moderna del país, con tecnología danesa, holandesa e italiana que la ubican a la vanguardia. Este nivel tecnológico, sumado a la materia prima de calidad hacen que podamos producir alimentos de excelente alta calidad”, detalla Silvana. Justamente están ahora a la espera de que llegue una máquina embolsadora italiana para el final de la línea de producción que les va a permitir mucha más agilidad para trabajar al 100% de la capacidad de la fábrica.
Para financiarse, lograron un crédito del Banco de Córdoba más otro del Banco Nación que utilizaron tanto para equiparse como para invertir en la planta de Guatimozín.
Una política para pisar fuerte el Gran Buenos Aires
Cuando diseñaron la estrategia de penetración en el mercado en Nutribon decidieron comenzar a pisar fuerte el interior del país y, una vez que estaban consolidados, empezar a vender en el Gran Buenos Aires y Capital Federal. El momento llegó y para el 2024 están armando su desembarco. “Tenemos un proyecto para llegar más agresivamente, si bien ya estamos vendiendo, lo hacemos con una participación pequeña”, añade Silvana. Ya tienen proyectado una ampliación significativa de distribuidores en esa zona para llegar a veterinarias, forrajerías, petshops y almacenes. En ese camino, es que también están buscando un depósito propio de mil metros cuadrados para operar con agilidad en ese mercado.
Además, ya comenzaron a vender en grandes superficies como el Carrefour e iniciarán la venta directa con el cliente final a través de una tienda en Mercado Libre.
Otro dato importante, es que ya comenzaron a exportar, Silvana explica que “hoy los productos de Nutribon se comercializan en todo el territorio nacional a través de unos cien distribuidores, a lo que se suma el proceso de internacionalización paulatina de la marca”. Hoy exportan a Uruguay y Paraguay, pero la idea es seguir creciendo en Latinoamérica.
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La planta de Nutribon pasó de tener 2000 metros cuadrados a 8000.
Foto gentileza Nutribon
En las crisis, oportunidades
Competir en este mercado es un buen desafío, en Nutribon lo que se propusieron desarrollar productos estándar y premium para dar respuesta a la demanda de ambos sectores. La crisis actual de la economía argentina les da una oportunidad en las ventas, porque a raíz de la suba del dólar muchos consumidores buscan reemplazar productos importados que hoy se volvieron inaccesibles para algunos. Ese es un buen segmento para Nutribon, porque su línea premium está a la altura para tomar esa porción de mercado.
Al cierre de esta entrevista, Silvana concluye que “para nosotros fue un verdadero desafío el cambio de visión desde la perspectiva tradicional de productos a poder pararnos como empresarios de agronegocios dedicados a la nutrición con agregado de valor en origen. Esto requirió cambios organizativos, desarrollo de nuevas habilidades, incorporación de tecnología y, fundamentalmente, el ampliar la mirada para entender al consumidor y comprender las reglas de juego de un mercado hiper competitivo como lo es el de consumo masivo ya que les disputamos espacios a marcas líderes y a multinacionales. Y nos hemos demostrado a nosotros mismos que podemos hacerlo con excelencia”.