No hay dudas de que el negocio de los libros infantiles, ya sea el de su edición como el de su venta al público, se ve afectado como cualquier otro sector en un contexto de inflación récord e incertidumbre económica. Referentes del rubro aseguran que los costos del papel se encarecieron más de un 100% en un año y que la remarcación de precios por parte de los proveedores es constante. Pero tanto librerías como editoriales se las ingenian para mantener la oferta sin resignar calidad y dilatando las subas lo máximo que sus ingresos lo permiten.
Ambos sectores, libreros y editores, coinciden en que se percibe una baja en la venta desde, por lo menos, diciembre del año pasado, mientras que algunos hablan de un tiempo más prolongado. Ligia Rossi, ilustradora, escritora y una de las creadoras de la editorial rosarina Listo Calisto cuenta que “en Rosario no suele haber compra, las librerías te toman los libros a consignación, vos se lo llevás, ellos se lo quedan y vas porcentaje. Con relación al costo de un juguete sigue siendo accesible comprar libros, pero frente a la crisis que hay no es tan fácil su circulación”.
Por su parte, Miriam Vrancich, de la librería digital Veo Leo, indicó a Negocios que hubo una caída importante en su comercialización desde mediados del año pasado, acompañada por una tendencia donde los libros vienen sufriendo aumentos mes a mes. “En nuestro caso ofrecimos cuotas sin interés hasta diciembre y este año ya las sacamos porque no nos conviene como financiación, aunque todavía seguimos con Billetera Santa Fe que es una ayuda", aseguró.
Con inventiva y mucha pasión
De familia de tradición librera, fue a finales del 2020 que Martina Mainelli decidió abrir las puertas de El Cuco No Existe, una librería en la zona céntrica de Rosario y enfocada en infancias, adolescencias y juventudes. Trabaja una amplia oferta, entre los que se destacan ejemplares con ilustraciones, cuentos, novelas cortas y sagas basadas en películas y series de moda en las plataformas de streaming. “La idea en un primer momento fue hacer una editorial, pero después surgió la posibilidad de vender libros y nos cerró más”, confesó Mainelli, quien trabaja junto a su marido y con la colaboración de su cuñado, Pablo.
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Martina Mainelli, dueña de la librería de calle Dorrego al 800.
Contó con la posibilidad de adaptar una parte de la casa antigua de su abuela para convertirla en el negocio que hoy alberga más de seis mil libros y que incluye una pequeña mesa con sillas para que los más pequeños puedan hojearlos acompañados de sus padres. Al haber inaugurado en plena pandemia y con la modalidad de compra online en auge, dar a conocer el espacio no fue fácil, pero haber participado en ferias y apoyándose en las redes sociales, donde ya tienen 10 mil seguidores, le sirvió para que más personas lo conozcan. “Pasé de vender diez ejemplares en una semana a vender el mismo número en un día, el avance fue notable", indicó.
Mainelli tejió redes con otras marcas para potenciar la librería y aprovechó su experiencia en el sector a la hora de hacer lazo con editoriales, tanto locales como con aquellas que distribuyen títulos del exterior. La idea siempre fue trabajar con un amplio catálogo de libros y aunque son muchos los factores que inciden en su valor al público (el grosor de la hoja, el material de la tapa, el pago por derecho de autor), señaló que el precio promedio para un título infantil se ubica entre los $2000 y los $5000, con excepciones por debajo y por encima de ese rango.
La pasión por la literatura también llevó a Miriam Vrancich a emprender un negocio junto a su pareja, Carlos Pagliarini. Según explicó, ambos estaban de acuerdo en que la oferta para niños era limitada en cuanto a las historias y querían abordar temáticas de la actualidad como feminismos, igualdad de oportunidades y otros temas desde un enfoque apto para infancias. Así fue como se comunicaron con las editoriales Sudestada y Chirimbote con las cuales comenzaron a trabajar.
“Hicimos una primera compra, se vendió todo y en 2018 arrancamos a probar en este sector del que no teníamos mucha idea porque no venimos de carreras ligadas a la literatura ni involucrados en este rubro", indicó Vrancich. Así fue como en 2019 se presentaron a la convocatoria del programa Espacio Santafesino para obtener financiamiento y poner a funcionar su página web. A principios del 2020 inauguraron la tienda digital Veo Leo, que hoy cuenta con un catálogo de 1500 libros de 75 editoriales.
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De Listo Calisto, los emprendedores Miriam Vrancich y Carlos Pagliarini.
"La gente se acostumbró a comprar por internet porque es una práctica que quedó muy instalada luego de la pandemia y el libro siempre es un buen regalo y alno tener local, nosotros lo que ahorramos en costos lo abaratamos, por ejemplo, en envíos”, señaló la emprendedora.
Buscarle la vuelta
Este año, la Cámara Argentina del Libro publicó un comunicado donde alerta sobre la situación compleja que atraviesa la industria, donde “la materia prima cuesta más que el trabajo de autores, editores, diseñadores, imprentas y encuadernadores". Esa participación, que solía estar entre el 30 y el 35%, ahora es del 50%. El problema al que se enfrentan las editoriales es al de definir un precio que no quede atado solamente al aumento de componentes como el papel y la impresión.
“Se habla de aumentos del 30% en el papel en tres meses, lo que equivale a decir un 10% mensual. Hay un monopolio que el Estado está analizando cómo regular y con proveedores que también aumentan de forma constante, pero los otros servicios no suben en la misma medida, por eso a las editoriales chicas nos cuesta tanto hacer una fórmula que tome en cuenta todas las variables a la hora de incrementar los valores”, señaló Rossi y agregó que desde Listo Calisto venían realizando aumentos trimestrales y que ahora evalúan pasar a hacerlos cada dos meses.
La marca se convirtió en cooperativa hace poco tiempo, lo que significó la incorporación de dos personas nuevas a su staff. Hoy son cinco quienes trabajan en la editorial que prioriza a autores locales y de la zona a la hora de realizar sus tiradas. Venían editando seis títulos por año, aunque el encarecimiento en los costos de edición harían más difícil la tarea de llegar a este número en el 2023.
“En lo que va del año nosotros ya aumentamos un 45% y los libros los estamos vendiendo un 30% por debajo de la inflación”, señaló Regina Cellino, al frente del sello independiente Le Peccore Nere y destacó que el segmento infantil es el que más venta se lleva, con entre 100 y 120 unidades en el primer trimestre del 2023 y un valor promedio de entre $3000 y $4000 por ejemplar.
Cellino fundó Le Pecore Nere junto a su socia María Pia Iannuzzi, quien vive en Italia y desde donde también realiza el trabajo de edición y publicación. Justamente, el nuevo título que lanzará la marca en abril es “Lara pestañas largas”, un libro para niños de la escritora Rosana Guardalá e ilustrado por Pilar Moreno. Para este año tienen pensado publicar dos más dentro del segmento infancias.