María Eugenia Curutchet es una de las emprendedoras que mejor conoce el mercado de la danza en Rosario. Incluso antes de abrir Fusión Arte Tienda de Baile en el año 2010, su propio negocio de venta de artículos en este rubro se dedicó ella misma a formarse como bailarina en distintos tipos de ritmo y fue docente durante cinco años, habiendo pasado por espacios de renombre como el Instituto de danzas "Isabel Taboga". Esto le permitió palpar de primera mano el sector, conociendo las necesidades en materia de productos para ejercer la actividad, ya sea en indumentaria particular de algún tipo de estilo, como en calzados para deslizarse sobre diferentes superficies.
La variedad que puede encontrarse en su interior y la trayectoria que construyó a lo largo de estos casi quince años hicieron que Eugenia fuera convocada a abrir un segundo local en Buenos Aires. Según explicó a Negocios, hace tres meses uno de sus mayores proveedores le propuso abrir FusiónArte en un salón dentro de una amplia casona en barrio Palermo, ubicada en calle Aráoz 1973.
“Está todo servido en bandeja para que yo viaje y empiece a armar la nueva tienda. Estoy muy contenta, la idea es conseguir una empleada con tres o cuatro años de experiencia en ventas para que se haga cargo del espacio en Rosario, jornada completa, así puedo ocuparme de este nuevo proyecto”, indicó Curutchet, quien también es técnica en Administración de Empresas.
Visión estratégica
Algo que la emprendedora tuvo en claro desde un comienzo es que en Rosario no había locales especializados en artículos de danza y que ocupar ese lugar podía darle visibilidad y una oportunidad de crecimiento. En ese entonces había poca oferta y concentrada en negocios que no abarcaban la diversidad del sector, como Olimpia Deportes en Mendoza y San Martín o Bottier sobre Avenida Pellegrini, este último especializado en calzados y en vestimenta para bailar tango.
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Distintos calzados exhibidos en el local de FusiónArte Tienda de Baile.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital.
“Este local empezó por un requerimiento propio. Yo quería las zapatillas de baile que en ese entonces se vendía en Buenos Aires así que viajé y me contacté con una persona que comercializaba este modelo. Invertí mucho dinero para traerme doce pares a Rosario y los vendí entre mis alumnas, sentía que era una oportunidad abrirme camino en este mercado. Primero comencé a vender a través de redes sociales hasta que di el salto a un showroom propio en calle Presidente Roca y Salta donde estuve diez años, hasta que me mudé al local actual en Maipú 1228”, contó Curutchet.
De a poco fue forjando un vínculo con distintos proveedores y viajando a Buenos Aires para conseguir productos y vestimentas para cada disciplina, ya sea danza clásica, flamenco, contemporáneo, folklore, salsa, jazz o bachata. Su fuerte, según aseguró, siguen siendo las zapatillas de baile de la marca 2x4 Al Pie, con las cuales arrancó, pero pudo ampliarse a distintos modelos de calzado que le dieron prestigio por ser de las pocas que los vende, por ejemplo, los zapatos Bertie para bailar flamenco que cuestan alrededor de $300 mil el par. También las puntas de ballet, que buscan los profesionales para bailar clásico, son otro de los objetos más costosos de la tienda al ser importadas, costando cerca de $290 mil.
“Hay productos a los que les puedo sacar un 100% de rentabilidad porque son accesibles como la media punta, que son las que compran las nenas que recién inician en comedias musicales o danza clásica. A otros les recargo un 30% o un 40%, a la indumentaria cerca de un 80%, depende la marca, el tipo de artículo. No siempre podés recargar demasiado, pero el hecho de tener variedad o vender ciertos modelos de zapatos me da prestigio, así que por más que no gane mucho me importa tenerlos”, indicó Curutchet.
Otra estrella del local son las mallas o los tutús de bailarina y los vestidos para practicar flamenco, exhibiendo variedad de diseños y estampados. Incluso, la emprendedora llegó a tener convenio con academias de baile para proveerlas con atuendos y objetos, pero, la pandemia primero, y la situación económica después, hicieron que estos arreglos se terminaran. Ahora, retomó contacto directo con docentes de baile que confían en ella para enviarle a sus estudiantes y que puedan recibir asesoramiento de su parte.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital.
“La danza es un circuito que creció mucho en Rosario, tengo señoras de 60 o 70 años que están bailando y vienen a comprar a mi local. Ahora agregué ropa para bailar tango, pero me siguen pidiendo cosas, por ejemplo, blusas de flamenco. Los clientes cada vez más necesitan conseguir todo en un mismo lugar, por eso el concepto de mi negocio es ser una tienda de baile, la gente no quiere ir más a las modistas a diseñarse sus trajes. Incluso tenía ropa deportiva y los modelos que me quedan los estoy liquidando porque quiero que sea exclusivo para bailarines”, aseguró la emprendedora.
Si bien la mayor parte de sus clientes son mujeres, un proyecto para el año que viene es agregar más zapatos para hombres, ya que la oferta masculina en su local es poca. En la actualidad trabaja con cerca de diez proveedores y destacó que los precios en los últimos meses se estabilizaron, lo que da una mejor proyección de crecimiento para este 2025 y la motiva a llegar a Buenos Aires y dar el salto con su marca. A su vez, agregó que quienes quieran aplicar al puesto de vendedora de su local en Rosario pueden hacerlo al mail: [email protected].