Un estudio realizado por el Centro de Estudios Rufinenses Scalabrini Ortiz (Cerso) detectó la presencia de elementos contaminantes en el agua de red que se consume en esa ciudad ubicada en el extremo sur de la bota santafesina. Los plaguicidas detectados en las muestras analizadas son: acetoclor, atrazina, epoxiconazol, imidacloprid, metolacloro y tebuconazol. Los integrantes de Cerso pidieron una urgente reunión con el intendente de la ciudad, Natalio Lattanzi (Cambiemos), para realizar estudios más profundos acerca del agua de red que utilizan los vecinos rufinenses.
La toma de muestras de la red de agua potable de Rufino se llevó a cabo en octubre de 2021. Se realizaron en dos lugares de concurrencia masiva como la Escuela Nº 669 y el Club Social y Deportivo Belgrano. La metodología utilizada fue la que indica el Protocolo del CIMA-UNLP (Centro Investigación de Medio Ambiente - Universidad Nacional de la Plata).
La ciudad de Rufino está ubicada a 270 kilómetros de Rosario y a 100 de Venado Tuerto, pertenece al departamento General López y disputa el segundo lugar entre las cuatro ciudades de ese departamento. Venado Tuerto es la principal con alrededor de cien mil habitantes, Rufino y Firmat están igualados en alrededor de 20 mil habitantes y Villa Cañás por encima de los diez mil.
En esta localidad de la región central del país, se detectó en los últimos tiempos la contaminación del agua con agroquímicos.
“Distintos estudios científicos constataron esta situación, y por ello consideramos importante analizar el agua de red que la empresa Aguas Santafesinas S.A. (ASSA) distribuye en Rufino, atento a la relevancia que este dato tiene en relación a la calidad de vida y la salud de sus habitantes”, afirmaron desde Cerso.
Aseguran desde el centro de estudios que “en nuestra zona la provisión de agua potable para las áreas urbanas proviene de napas subterráneas, y por lo general los pozos de extracción son de escasa profundidad. Los suelos en la región son altamente permeables y pobres en materia orgánica, por lo que los contaminantes derivados de la pulverización de agroquímicos no encuentran obstáculos para filtrar hacia las napas inferiores”.
Por esto, consideraron importante realizar un estudio ante la posibilidad de que el agua que se utiliza en la ciudad también presente contaminación con este tipo de productos.
El año pasado el Cerso se propuso promover la realización de un análisis exploratorio sobre la calidad del agua de red que se consume en Rufino, entendiendo que la fiscalización de los servicios públicos es un derecho que asiste a los ciudadanos.
Lo curioso es que desde Cerso sostienen que “en una primera instancia nos reunimos con el Concejo Deliberante para trasladar esta inquietud, solicitando al legislativo local que encabezara la iniciativa haciéndose cargo de la gestión y los costos económicos que el estudio implicaba. Esto finalmente no ocurrió. Y por ello el Cerso decidió llevar adelante los estudios como una iniciativa propia. Al Concejo de Rufino no pareció importarles el estudio sobre el agua que consumían sus habitantes”.
La toma de muestras fue efectuada por un bromatólogo matriculado (Sebastián Sola) y fiscalizada por un escribano público (Gustavo Dimo). Es importante destacar que las muestras se tomaron por duplicado, en envases específicos y de primer uso para evitar cualquier tipo de riesgo.
Muestras
Las muestras fueron analizadas en el Centro de Investigación de Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata, a cargo del profesional, Damián José Marino, investigador independiente del Conicet-UNLP.
Al haberse confirmado la sospecha de presencia agroquímicos en el agua de red de Rufino, desde Cerso indicaron: “Creemos que es imprescindible que se realice un estudio más riguroso, que incluya muestreos de los pozos de origen, muestreos en diferentes sectores de la ciudad y, al menos, un seguimiento bimestral que muestre la fluctuación a lo largo del año.
Esto último porque la presencia de agroquímicos en el agua de red, puede verse afectada por el régimen de lluvias y por los períodos de fumigaciones más concentradas.
Este estudio debería incluir los principios activos utilizados actualmente en la agricultura.
“En definitiva, proponemos un seguimiento estricto, que garantice una adecuada fiscalización y represente los intereses de los consumidores, en este caso el derecho de acceder a un agua segura”, culminaron desde el Centro de Estudios Rufinenses Scalabrini Ortiz.
Los plaguicidas
Los plaguicidas encontrados tienen las siguientes características:
Acetoclor: herbicida selectivo para el control en preemergencia de gramíneas y algunas malezas de hoja ancha para los cultivos de soja, maíz, girasol, maní, algodón y caña de azúcar.
Atrazina: herbicida ampliamente usado, principalmente en fincas. Es un polvo blanco, sin olor, no muy volátil. No es reactiva ni inflamable y se disuelve en agua. Es un plaguicida de uso restringido, lo que significa que solamente personas certificadas pueden adquirir o usar.
Epoxiconazol: ingrediente activo fungicida de la clase de los azoles desarrollado para proteger cultivos. La substancia inhibe el metabolismo de las células de los hongos que pueden infestar plantas útiles, previniendo así el crecimiento del micelio (células micóticas).
Imidacloprid: Insecticida de amplios periodos y espectros de control, cuenta con dos modos y mecanismos de acción diferentes por contacto e ingestión, con actividad sistémica (vía raíz) y translaminar (vía follaje). Lo que permite buen control de ninfas e insectos adulto.
Metolacloro: Herbicida sistémico y residual, familia de las cloroacetamidas. Selectivo para control de malezas de hoja angosta (gramíneas principalmente) y algunas de hoja ancha. Aplicación al suelo, preemergente de la maleza principalmente, con cierto control vía foliar en malezas emergidas.
Tebuconazol: Fungicida sistémico, de acción preventiva, curativa y erradicante. Inhibe la biosíntesis del ergosterol del hongo. Posee un amplio espectro de acción destacándose en el control de enfermedades en trigo y otros cereales, como fusariosis, septoriosis, royas y oidios, aumentando el rendimiento y calidad de la cosecha.