La disciplina conocida como parkour hizo un largo recorrido antes de llegar a las orillas del Paraná. Fue la descendiente directa del "método natural", un entrenamiento que en las primeras décadas del siglo XX era impartido a las milicias de élite francesas para atravesar entornos desconocidos en forma eficiente, utilizando el cuerpo como herramienta. A fines de los 80, un soldado enseñó estas destrezas a su hijo, que las aplicó en los barrios periféricos de París. Parkour significa "recorrido", y quienes lo practican son los "traceurs" —trazadores— que marcan ese camino. A partir de allí, el parkour atravesó fronteras y diversificó conceptos, incorporando el de la libertad: la libertad del movimiento. Desde el viernes último, después de que Jonathan S. cayera desde una altura de 15 metros en el parque España mientras practicaba una figura y murió el sábado en el Heca, se encendió la polémica en torno a la práctica del parkour. Desde la municipalidad no descartan reuniones para establecer criterios de seguridad.
"Yo empecé a practicar parkour en 2007, en el parque Yrigoyen. Eramos tres que empezamos a ver videos en Youtube y a copiar lo que hacían. Yo en ese momento hacía acrobacia, así que estaba entrenado", contó Darío, un artista local que estuvo ligado a los inicios de la disciplina en Rosario.
"Acá casi no se hacía. Uno de los chicos que lo practicaba conmigo era de Brasil y me contó lo desarrollada que estaba la disciplina allá", señaló. Por aquella época, el parkour recién hacía pie en Rosario.
En Brasil, la movida era más grande y había dos líneas diferenciadas: la de los gatos y la de los monos. Ambas emulaban el movimiento de esos animales. "Es una linda disciplina si uno sabe aplicarla", consideró Darío.
La definición formal del parkour, dice que es una disciplina que consiste en pasar de un obstáculo A a otro B, mediante diversos movimientos, de manera rápida y eficaz. En Rosario, hay dos agrupaciones que se lo enseñan. Pablo Pastinante pertenece MMSB ("Mirá mamá, soy Batman"), desde hace tres años, y que entrenan en el club Echesortu.
"Nosotros tenemos preparaciones físicas semanales puertas adentro. Ahí entrenamos. Pero el parkour es una disciplina urbana. Uno decide si ir a la calle o no", contó Pastinante. "Cuanto más entrenes, más preparado vas a estar para salir", agregó.
Cuando los traceurs salen a la calle, lo hacen en grupo. Porque si el entrenamiento es la principal medida de seguridad, ir acompañado es la segunda.
Uno de los lugares que más se utiliza en Rosario para estas salidas es la zona del parque España. Fue allí adonde Jonathan (18) cayó el viernes para morir el sábado a causa de las lesiones. Ese lugar, es punto de encuentro de distintas disciplinas urbanas: roller, skaters, bikers. "Estas disciplinas empezaron mucho antes y por eso están más insertas en la sociedad, pero no hay diferencia real de peligrosidad, nada más que están desestigmatizadas. Tienen hasta lugares para hacer las prácticas", consideró el traceur en referencia a las pistas para estas disciplinas que se han construido en distintas plazas y parque.
En este sentido, el subdirector de Deportes municipal, Adrián Ghiglione, dijo que esto se debe a que las personas que practican parkour no están nucleadas en ninguna asociación. "Además van cambiando de lugar, buscando nuevo desafíos. Tomar medidas de seguridad va en contra de la idioscincracia de ellos. Cuando se superan buscan desafíos más grandes y más riesgosos", consideró el funcionario, que se mostró interesado en reunirse con representantes de la disciplina pata "establecer un criterio para que la práctica sea más segura".