En las últimas horas, un cliente del bar y vinoteca Abarrote del centro de Rosario sufrió el impacto de una baldosa que fue arrojada contra el local y resultó herido. Este incidente cuenta con un serio antecedente que data de 2016, cuando en la noche del 27 de octubre Daiana Travesani recibió un botellazo que le provocó la fractura y hundimiento del cráneo y secuelas en su movilidad.
El ataque se registró frente al bar cultural La Chamuyera, que estaba ubicado en Corrientes al 1300. Desde uno de los edificios linderos arrojaron una botella de vino -la cual todavía contenía líquido- que golpeó la joven y le provocó graves lesiones. Pese a que pasaron siete años del incidente, el culpable sigue impune, no sólo eso, no fue identificado.
La víctima tenía 24 años al momento del hecho y había ido a pasar una noche tranquila en el bar junto a sus amigos, para ver el show de una de las integrantes del grupo. Mientras tomaban una cerveza en la calle, de un momento a otro, desde uno de los edificios ubicados frente al bar salió una botella que golpeó a Daiana “como una flecha arrojada hacia un tiro al blanco”.
Después de ser trasladada al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), fue sometida a una intervención quirúrgica tiempo después y debió atravesar un largo período de rehabilitación para volver a aprender los movimientos básicos, como caminar, comer, ir al baño, vestirse, escribir y leer.
chamuyera.jpg
El bar cultural donde atacaron con un botellazo a la joven Daiana.
La propia Daiana, en diálogo con LT8, contó: “Siempre intenté saber la identidad del que hizo esto. No para que vaya preso o por bronca, sino por el hecho de saber quién fue. El avance más importante en la causa fue el examen de ADN de mi sangre con el de la botella para conectarla al caso”.
>> Leer más: Arrojan una baldosa contra la ventana de un bar céntrico: un cliente resultó herido de gravedad
En tanto, señaló que “la policía actuó mal esa noche”, y explicó: “No resguardó a la prueba principal que era la botella. Después no pasó nada. Siempre me decían que la botella era lo fundamental, que si la botella estaba dentro de la causa se avanzaría más fácil”.
“Se logró incorporar la botella en la causa, pero después se estancó todo. Quedar viva yo, hizo que esta causa dejara de importar”, añadió. A pesar de los intentos de avanzar y las investigaciones del hecho, no hubo otros avances para descubrir al autor de la agresión.
El relato de Daiana sobre la agresión
Daiana pudo contar su propia versión de los hechos, del cual también aportaron sus amigos presentes en el momento, y detalló: “Yo subía y bajaba un pie a la calle, donde estaba la bicisenda, así que uno de mis amigos me dijo que tuviera cuidado, que si llegaba a pasar alguien por ahí me iba a llevar puesta. Entonces me corrí y me fui a parar contra la pared del bar”.
“Habrán pasado dos segundos más o menos, esta parte la reconstruyo por el relato de mis amigas y amigos, y me impacta una botella de vidrio en la cabeza. Era una botella de vino blanco, estaba casi llena”, aseguró durante una entrevista con Infobae.
lachamuyera.jpg
La Chamuyera es un espacio cultural ubicado en Corrientes al 1300, que fue denunciado por ruidos molestos.
A pesar del fuerte impacto, no se desplomó en el piso, sino que “se me doblaron apenas las rodillas, me fui hacia adelante y uno de mis amigos me abrazó”. De inmediato, entre dos de ellos la bajaron de a poco, mientras el resto apilaba las mochilas y las camperas sobre las baldosas para improvisar una almohada.
El particular detalle fue que Daiana siguió hablando con sus amigos, por lo que ninguno de ellos logró comprender la gravedad del golpe “hasta que uno de ellos sacó la mano con la que sostenía la cabeza y vio que brotaba sangre”. No obstante, sí lograron ver que la botella estaba ahí, cachada pero no rota, y decidieron buscar una bolsa limpia para resguardar las pruebas para las posteriores investigaciones.
El relato de los testigos
Apenas unas horas después del fatídico hecho, el relato de lo que pasó en La Chamuyera por parte de los testigos circuló junto a la indignación y la bronca por las redes sociales. “Entra Joaco: ‘¡Ambulancia, que alguien llame una ambulancia! ¡Tiraron una botella, le pegó en la cabeza!’ Silencio, la música (que sonaba en volumen bajito y de fondo) se corta. La gente se levanta formando un semicírculo en torno a la puerta corrediza. El silencio es total. Varios sacamos los celulares, empezamos a llamar”, escribió Mauricio P., en su muro de Facebook.
En primera instancia, llegaron policías y, más tarde, algunos testigos indicaron que la espera fue de 40 minutos. Una ambulancia trasladó a la joven al Heca, donde ingresó con “un traumatismo de cráneo con fractura por hundimiento de los dos parietales”, según explicó el director, Néstor Marchetti, y horas más tarde fue sometida a una cirugía.
Las reiteradas denuncias en la zona
Por aquel entonces, el titular del bar La Chamuyera, Juan Manuel Gatti, recordó que las agresiones contra clientes del local llevaban varios meses repitiéndose, y aseguró que ya había ocho denuncias, tanto en la Justicia como en la Municipalidad.
“Ya hubo heridos. Una chica no caminó por una semana por el golpe de una botella, otra terminó con dos puntos en la cabeza por una baldosa y otro chico también con corte en la cabeza”, enumeró Gatti, y señaló que tanto él como las víctimas hicieron las denuncias, pero “nunca” fueron convocados por la Justicia previo al incidente de Daiana.
En todos los casos, los objetos arrojados habían sido potenciales armas letales. “Tiraron hasta una botella con agua congelada, el que arroja de esa altura algo así, quiere lastimar y hacer daño”, insistió, y añadió que incluso las denuncias también fueron hechas en las áreas de control de la Municipalidad.
Desde el municipio habían confirmado luego del hecho que “no había denuncias de ruidos de los vecinos”, e incluso desde la Secretaría de Control ampliaron que “hubo tres inspecciones y no se registraron faltas ni música fuera del horario”.