A principios del 2010, Nélida Gauto supo que su hermano menor, al que siempre creyó muerto al nacer, había sido entregado por su abuela a la partera que asistió a su madre para que fuera entregado a otra familia. "Vivíamos una situación extrema, mi madre se había separado de mi padre, que era un hombre alcohólico, teníamos muchos problemas y fuimos a vivir con mi abuela", dice la mujer que busca a su "hermanito" y que señala que desde que supo la verdad tardó cuatro años en poder hablarlo con su mamá. En Argentina se estima que son 3 millones de personas las que vieron vulnerado su derecho a la identidad y solo desde 2016 en adelante, en Santa Fe, 400 hombres y mujeres se presentaron en la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia en busca de su origen.
La búsqueda de Nélida, de su propia historia familiar y del destino de su "hermanito" es la de miles que están detrás de las huellas de su propio origen, de una madre, un padre, un hermano o una hermana. Ahora además su relato, junto a otras tres historias reunidas por la Secretaría de Género y Derechos Humanos de la Municipalidad también conforma "Mi historia, mi derecho", la campaña lanzada en los últimos días en busca de visibilizar la vulneración de este derecho humano en diferentes momentos históricos del país y dar voz a quienes muchas veces emprenden la búsqueda en soledad.
Junto a su relato, está el de Graciela Amaduri, que también busca a un hermano o hermana melliza y el de Marcelo Fernández, un hombre que pese a que siempre sintió que no pertenecía a su familia de crianza, recién confirmó que esa sensación era un hecho en su origen cuando fue adulto. Y junto a ellos el de Liliana Leiva, una mujer que como muchas, fue separada de su hija tras el nacimiento. A Liliana le dijeron en la maternidad donde se atendió, en 1988, que su bebé había nacido muerto, pero años más tarde pudo comprobar en los registros del efector de salud y del cementerio que era mentira y desde entonces no para de buscar.
Visibilizar un derecho fundamental
"Mi historia, mi derecho" es una acción que busca justamente visibilizar y difundir esta búsqueda que miles de personas para conocer su identidad de origen o biológica, así como la de madres y padres que desean encontrar a sus hijas e hijos separados de ellos al nacer.
Los testimonios de Nélida, Graciela, Liliana y Marcelo son acompañados en redes sociales con ilustraciones y textos donde se explica qué es el derecho a la identidad biológica o de origen, la legislación vigente que lo garantiza y los espacios estatales que asisten y acompañan a quienes emprenden la búsqueda.
La propuesta Dirección Derechos Humanos y Memoria se hizo posible a través del trabajo conjunto con las "organizaciones de buscadores", como se denomina a quienes han comenzado un proceso de indagación sobre su origen y de reconstrucción de su historia a partir muchas veces de datos faltantes.
La campaña pone el eje en el derecho a la identidad biológica o de origen, que es el derecho de las personas a conocer su herencia genética y cultural, a sus progenitores, las circunstancias de nacimiento, entre otras cosas. Y está conformada por una serie de cuatro videos, donde los entrevistados cuentan el duro proceso vivido desde que descubrieron la verdad sobre su pasado, ya sea saber de su apropiación o de la existencia de hermanos desconocidos.
"En muchos casos se trata de bebés que fueron anotados como hijos biológicos por sus familias de crianza y que han vivido sin saberlo durante años. La apropiación de niñas y niños es una práctica muy extendida en todo el país, sobre todo en épocas pasadas en las que la sociedad avalaba y naturalizaba estos hechos, manteniendo el pacto de silencio", señalan desde la Dirección de Derechos Humanos y apuntan que fueron recién "los cambios en la legislación nacional e internacional los que modificaron en parte esta situación", aunque "aún continúa vigente".
Los testimonios de Nélida, Graciela, Liliana y Marcelo son acompañados en redes sociales con ilustraciones y textos donde se explica qué es el derecho a la identidad biológica o de origen, la legislación vigente que lo garantiza y los espacios estatales que asisten y acompañan a quienes emprenden la búsqueda.
“Nosotros no queremos juzgar a nadie, lo que queremos y deseamos es conocer nuestra historia, entender un poco qué fue lo que pasó, para poder sanar algunas heridas y responder a un montón de interrogantes que nos surgen”, explicaron los protagonistas de los relatos.
Quienes sospechan que su identidad ha sido suprimida o alterada, o buscan a un integrante de su familia biológica, pueden acercarse a la oficina de la Secretaría de Derechos Humanos, en Balcarce 1145, o bien escribir al teléfono 342-5-502604.
Con la Conadi pueden contarse a los teléfonos 11-5-300-4140 y 11-2756-8330, o bien por correo electrónico [email protected].