Hasta ayer no había indicio cierto de qué pudo haber causado la masiva intoxicación que dejó "de cama" a 106 personas tras la cena con que la Universidad Nacional de Rosario (UNR) celebró su 48º aniversario en el espacio cultural (ECU) de San Martín 750. Todos los resultados de los análisis bioquímicos dieron "negativo, pese a que habrá que esperar otros posibles crecimientos de gérmenes", sostuvo ayer el titular de Salud municipal, Leonardo Caruana. Y aunque las inspecciones del Instituto del Alimento no hallaron "remanentes" de la comida servida a 550 comensales para someter a estudio, su titular, Susana Dueñas, dijo a LaCapital que sí se verificó que el lugar elegido "no era el adecuado" para una cena de esa magnitud y que la empresa encargada del catering no cumplió con la notificación que debió haber elevado antes de un megaevento. Ese incumplimiento podría terminar en el Tribunal de Faltas para determinar si amerita o no una sanción.
Esta vez, explicó la funcionaria, "no existió" la comunicación al instituto que deben elevar las firmas a cargo de un servicio para casi 600 personas para informar "dónde, cuándo, con cuánta gente y con qué menú servirán una fiesta". Tampoco existió "ninguna notificación de la UNR", pero en ese caso no se trata de un trámite obligatorio, detalló.
El subsecretario de Control y Convivencia del municipio, Guillermo Turrín, confirmó que por tratarse de una "fiesta privada", la cena de la UNR no requería ningún permiso especial. "Es como cualquier festejo que organiza, por ejemplo, una empresa para sus empleados", graficó.
Sí es indispensable que el espacio que albergará el festejo esté "acondicionado y habilitado, y que cuente con las reglamentarias normas de seguridad", explicó, requisitos que en el caso del ECU se cumplían.
El funcionario también recordó que requieren igualmente de habilitación las empresas que brindan servicios de alimentación y fiesta, y en este caso efectivamente la firma —CEC Fisherton SA/Aires Eventos Catering— la tenía.
De los 106 casos de intoxicación notificados —aproximadamente el 20 por ciento de los comensales del festejo en el ECU—, con síntomas como dolor abdominal, vómitos y diarrea, ninguno revistió gravedad.
Aun así, desde Salud Pública se tomaron muestras de materia fecal para realizar "coprocultivos", un tipo de diagnóstico microbiológico que permite identificar organismos que causan enfermedades gastrointestinales.
Y eso lleva su tiempo. "Hasta ahora no hay crecimiento de otros gérmenes", aseguró Caruana. "Igual, eso no cambia el proceso" y "hay que esperar", dijo. Los cuadros siguen catalogados como "enfermedad transmitida por alimentos".
La titular del Instituto del Alimento, en tanto, admitió ayer que el organismo "nunca tomó conocimiento" de que la UNR haría una cena en el ECU, pese a que por una "resolución interna" las empresas de catering deben comunicar si servirán en grandes eventos. Y esta vez no ocurrió, aun cuando participarían de la anunciada cena más de 550 invitados.
"Nos tienen que informan cuánta gente va a ir, dónde y cuándo se va a hacer, y qué menú se va a ofrecer", graficó Dueñas. Así, desde el organismo pueden realizar sugerencias si detectan algún "riesgo".
De todos modos, en la inspección realizada por el Instituto nunca llegaron a tomar una muestra de lo servido durante la cena. "No se encontró ningún remanente", aseguró. El acta de los inspectores sí ratificó que el lugar era inadecuado para un servicio de tal magnitud.
Un especialista en bromatología que pidió reserva de identidad aseguró a La Capital que el ECU sólo podría ofrecer un "vernissage" en una exposición, por ejemplo, pero es un lugar muy poco adecuado por su falta de espacio de cocina.
Máxime en una noche de intenso calor, como fue la del sábado pasado. Según las fuentes, ni siquiera existía un sector climatizado para el emplatado. "Muchas variables que pudieron desencadenar esto", afirmaron.
salón colmado. Al acontecimiento en el centro cultural de la peatonal San Martín asistieron 550 comensales.