El centro de Rosario quedó vacío después del mediodía. La mayoría de los negocios bajaron sus persianas alrededor de las 14 y la peatonal Córdoba se transformó rápidamente en un desierto.

A diferencia del 24 de diciembre, la víspera de Año Nuevo transformó al centro rosarino en un desierto
El centro de Rosario quedó deshabitado después del mediodía
El centro de Rosario quedó vacío después del mediodía. La mayoría de los negocios bajaron sus persianas alrededor de las 14 y la peatonal Córdoba se transformó rápidamente en un desierto.
La postal de este martes contrastó con la que se vivió hace una semana, en la víspera a Nochebuena. El pasado 24 el centro mostró una gran cantidad de gente que recorrió de manera frenética los negocios céntricos buscando, a último momento, los regalos de Navidad. Con el paso de la tarde, y al cabo de varias horas, el movimiento comenzó lentamente a menguar.
Sin embargo, la imagen de este 31 fue totalmente distinta. Ya sin la obligación de los regalos navideños y con los bolsillos ajustados después de un mes de muchos gastos, los negocios cerraron sus puertas poco después del mediodía.
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En pocos minutos el escenario cambió y la peatonal poblada de gente dio paso a un paisaje deshabitado: la calle quedó totalmente vacía con sólo algunos peatones que no perdían la esperanza de encuentra algún local abierto.
A este panorama desolador se le sumó un calor agobiante: si bien la temperatura llegó a los 33º la sensación térmica es de 37º. El sol hizo que caminar por las calles céntricas, sin árboles, sea una operación francamente inviable.




