Los carriles exclusivos debutaron ayer sin mayores inconvenientes en las 46 cuadras donde se puso en marcha la primera etapa del sistema y sólo cuatro vehículos terminaron en el corralón por estar obstruyendo la senda de los colectivos sin conductor abordo. El balance positivo que trazaron las autoridades apenas dos horas después de que arrancara la medida apuntó al hecho de que hubo mucho respeto a la nueva norma y que mejoró el tiempo de viaje en el transporte público. Quizás la clave fue la que advirtió la mayoría de los inspectores apostados por cuadra: que muy pocos vehículos particulares se animaron a ingresar al centro. Para el Plan de Movilidad Urbana, un gol por partida doble. De todos modos, habrá que ver si la disuasión dura.
Desde el amanecer hubo inspectores identificados con pecheras anaranjadas en las 46 cuadras donde a las 8 en punto se estrenarían los carriles exclusivos. Los funcionarios de primer y segundo nivel, igualmente pertrechados, también caminaron esas calles.
A partir de las 7, a los contadísimos vehículos aún ubicados sobre esa senda se les empezaron a labrar actas por mal estacionamiento. Ese fue el caso, por ejemplo, del Volkswagen IEH 120 aparcado frente al bar El Cairo, por Santa Fe.
La inspectora dejó la multa bajo el limpiaparabrisas y a las 8 clavadas dos motos de Tránsito flanquearon el auto y empezaron a hacer sonar sus bocinas para que apareciera su conductor, como una última chance que lo salvara del corralón municipal. Cinco minutos después, llegó el dueño, que adujo no ser de la ciudad y desconocer la medida. Finalmente, zafó del acarreo.
Menos suerte, contó un rato después el titular de Servicios Públicos municipal, Pablo Seghezzo, tuvieron otros cuatro autos: dos por Laprida entre Mendoza y 3 de Febrero y dos por Santa Fe entre Oroño y Balcarce. A todos los remitió la grúa al corralón por estar obstruyendo el carril exclusivo.
A lo largo de la mañana, inspectores identificados con pecheras anaranjadas se encargaron de orientar a conductores y peatones. Respondieron consultas ("¿Puedo doblar a la derecha?", "¿dónde puedo tomar un taxi?", "¿dónde está ahora la parada del 130?"), tocaron el silbato para señalar malas maniobras y controlaron que la nueva medida se cumpliera lo mejor posible.
Provisional. Lo cierto es que el sistema debutó sin complicaciones y con muchísimos menos autos particulares que lo usual en el centro, lo que de hecho facilitó el tránsito.
"Pero hay que ver qué pasa después y, sobre todo, cuando larguen las clases", advirtió Carla, una inspectora parada en Sarmiento y San Lorenzo.
Lo insólito se registró en Laprida y Rioja (con carril), donde a las 16.30 chocaron dos taxis. Uno de los vehículos terminó sobre la vereda. Los dos autos venían con pasajeros pero no hubo heridos.
En San Lorenzo al 900, otra agente municipal, Josefina, se encargaba de que en la dársena del hotel República no pararan taxis si no era para levantar o permitir el descenso de huéspedes del establecimiento. No le era fácil, habida cuenta de que enfrente está la Delegación IX del Pami, por definición un lugar al que asisten ancianos.
Pero además de la circulación, el sistema trajo más cambios. Por ejemplo, ahora la mercadería se carga y descarga en las calles transversales, donde el cordón está pintado de verde, de medianoche a las 9 para vehículos de hasta 11 toneladas y de 9 a 21 para los de hasta tres. Donde hay carriles exclusivos, de cero a 7.
Y las paradas de ómnibus se espaciaron cada 300 metros, por lo que hasta mudaron algunos refugios.
El escrito. Como habían prometido, un grupo de vecinos y comerciantes directamente afectados por la implementación de los carriles se juntó a las 8 en Maipú y Santa Fe con el objetivo de elevar un petitorio a la intendenta Mónica Fein (previamente presentado en el Distrito Centro y luego al Concejo Municipal).
Las quejas y reclamos (genéricos y puntuales) también llegaron a oídos de Seghezzo, quien junto a la gerenta del Ente del Transporte de Rosario (ETR), Mónica Alvarado, fue a brindar un informe preliminar a la comisión de Servicios Públicos, que estaba sesionando en el anexo del cuerpo. "La verdad, arrancamos con mucho cumplimiento", aseguró el funcionario.
Algunos vecinos insistieron con que la medida se dejara en suspenso, otros plantearon que sólo la pusieran a prueba para después decidir en firme y pidieron modificaciones específicas (respecto de la carga y descarga, la situación de los ancianos y personas con necesidades especiales). Otros tantos sólo expresaron su rechazo general a la medida.
Seghezzo los escuchó y los citó para la tarde a una "primera reunión" con el objetivo de "ir analizando situación por situación".
A tres cuadras del lugar, sobre la plaza 25 de Mayo, el director de Tránsito municipal, Henry Fabro, era otro que lucía la pechera naranja y recorría la zona. "Por ahora, nada conflictivo. Pero si aparecen problemas habrá que analizarlos. Esto será dinámico...", sentenció.
De hecho, la propia ordenanza 8.864 estipula que Servicios Públicos deberá informar trimestralmente al Concejo cómo funcionan los carriles. Otra oportunidad para corregir lo que la experiencia demuestre que debe mejorarse.