¿Fueron los servicios secretos o sólo un loco? ¿Se trata de un drama familiar o el final sangriento de una disputa por una herencia? Tres días después del asesinato de una pareja británica y otras dos personas en los Alpes franceses, los investigadores siguen sin tener pistas claras. Algunos ya se preguntan si se llegará a encontrar al asesino, o a los asesinos.
Se trata de un crimen con muchas pistas pero sobre el que todavía no hay nada claro. La policía intenta indagar entre la familia de las víctimas, de origen iraquí, mientras dos parientes —un hombre y una mujer— se trasladaron a Francia para hacerse cargo de las dos hijas que sobrevivieron al asesinato.
Fue un ciclista el que descubrió el miércoles pasado por la tarde el automóvil de Saad Al Hilli, un ingeniero británico de 50 años. El coche estaba estacionado en un camino forestal cerca del pueblo de Chevaline, en las inmediaciones del lago de Annecy, en los Alpes franceses, donde Al Hilli estaba de vacaciones con su familia en un camping.
Dentro del vehículo se encontró su cadáver, el de su esposa Iqbal, originaria como él de Bagdad, y el de una mujer de más edad de nacionalidad sueca. Al lado había un ciclista francés, víctima colateral de lo que parece ser la ejecución de toda una familia.
Las dos hijas pequeñas de la pareja, de 4 y 7 años, sobrevivieron a la masacre, pero la mayor resultó gravemente herida.
Según el fiscal, la familia había "hecho un largo recorrido en Francia antes de llegar a Annecy". La más pequeña, de apenas cuatro años, se encuentra todavía conmocionada tras haber pasado ocho horas oculta entre las piernas del cuerpo sin vida de su madre. Su hermana, tres años mayor, se encuentra en coma, después de haber recibido disparos y golpes.
La familia de Saad al Hilli llevaba una vida tranquila en el idílico Claygate, unos 50 kilómetros al sur de Londres, en una casa valorada en millones de libras en la exclusiva zona.
Al Hilli era "un hombre amable", según sus vecinos. Ayudaba en las tareas de la casa y su familia era lo más importante para él. Algunos vecinos recuerdan incluso como tomaba en brazos a sus hijas cada vez que llegaba a casa.
Pesquisas en Inglaterra. En el marco de las investigaciones, la policía francesa envió ayer a cuatro agentes a Reino Unido, donde ayudaron a registrar minuciosamente la casa de las víctimas. Las pesquisas se ampliaron también a Suiza e Italia y la policía busca especialmente al conductor de un vehículo verde que fue visto por el ciclista británico que alertó a la policía de lo ocurrido.
Entretanto, son varias las teorías que circulan en los medios de comunicación. La prensa sensacionalista británica publica increíbles historias un día tras otro. Algunas apuntan a que Al Hilli estuvo involucrado en la guerra de Irak mientras otras le colocan en la lista de los servicios secretos, como ingeniero de la industria armamentística o enfrentado con figuras relevantes de la época de Saddam Hussein.
Ninguno de estos argumentos ha demostrado tener fundamento en los últimos días. Así, el viernes uno de los hermanos de Al Hilli se presentó voluntariamente ante la policía para asegurar que en la familia no había ninguna disputa por cuestiones hereditarias, después de que algunos medios especulasen que ambos estaban enfrentados por la herencia de bienes inmobiliarios en España e Irak.
El equipo de agentes franceses que viajó a Reino Unido interrogará al hermano de Al Hilli, Zaid, pero el fiscal Eric Maillaud advirtió que esto no convierte al hermano en sospechoso, asegurando que será interrogado "como el resto de los miembros de la familia Al Hilli (...) ni más, ni menos".
Las teorías sobre los asesinatos han conseguido incluso poner en un segundo plano la brutalidad del crimen cometido en los idílicos Alpes franceses.
El asesino, o los asesinos, dispararon varias veces contra cada una de las víctimas: el matrimonio Al Hilli, un ciclista francés de 45 años y padre de tres niños, y una mujer de origen iraquí de 77 años.