San Francisco- A vista de pájaro el nuevo edificio del museo que ha diseñado
el arquitecto estrella italiano Renzo Piano es difícil de distinguir. Así fluye la California
Academy of Sciences con su enorme “techo viviente” en forma de colinas dentro del
Golden Park en San Francisco.
Tres años después de que se pusiera la primera piedra de este edificio de 488 millones de euros
(712 millones de dólares), hoy se inaugura oficialmente.
Es la única construcción en el mundo con acuario, planetario, museo de ciencias naturales e
instalaciones para investigar, todo bajo un mismo techo.
“Sencillamente quise levantar un trozo de este parque, meter un museo debajo y luego
cubrirlo con el paisaje”, explicó Renzo, según el biólogo Frank Almeda, que trabajó con el
arquitecto en el techo de formas onduladas de más de 10.000 metros cuadrados con 1,7 millones de
plantas, todas especies autóctonas. El césped, que siempre resulta delicado, ni siquiera tiene que
ser regado, sino que sirve para frenar el agua tras las lluvias, haciendo más fluida la
canalización.
Este edificio de Piano recibirá antes de fin de año la distinción “LEED Platinum”
por perseguir la mejor eficiencia medioambiental. Según los calificadores de Leadership in Energy
and Enviromental Design (LEED) se trata del edificio público más grande con este sello de
calidad.
Una suerte de marquesina con 60.000 placas solares que, a su vez, reparten sombra, acordona este
edifico alargado.
Un diez por ciento de toda la energía que consume provendrá del sol. Con material reciclado se
han hecho los soportes de los cables y así una larga lista de superlativos técnicos que se ha visto
coronada con el elegante diseño que lleva la inconfundible firma de Piano en esa ligereza, euforia
y apertura.
El viejo museo de Ciencias Naturales de 1916 quedó muy dañado por el grave terremoto que vivió
San Francisco en 1989 y en 2004 fue demolido. En el mismo lugar Piano ha levantado un palacio de
cristal de dos plantas. El propio arquitecto dijo que no quería un “reino de la
oscuridad” en referencia a los convencionales edificios que albergan museos con vitrinas en
oscuras salas.
Distinguido con el premio Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura, Piano es el autor
del Centro Pompidou en París y ha diseñado la Potsdamer Platz en Berlín. El artista de 71 años ha
ideado en esta ocasión algo totalmente diferente, un espectáculo de la naturaleza en el que fluye
la luz, donde la mirada se puede perder contemplando el parque Golden Gate Park, hacia las claras
cúpulas arriba o en las profundidades del acuario, si se mira abajo.
Una plaza de cristal con paredes transparentes de doce metros es la “piazza” de
Piano, franqueada a derecha e izquierda por dos grandes cúpulas.
En una de estas “campanas” con un diámetro de 30 metros se encuentra el planetario y
la otra alberga un bosque tropical. Sobre la gigantesca escalera de caracol se siente el bochorno
húmedo de los trópicos. Cientos de pájaros y mariposas revolotean debajo del revestimiento de
cristal. La mirada queda inconfundiblemente atrapada por un enorme esqueleto de ballena que cuelga
en la sala, donde se pueden ver la especies animales amenazadas por el cambio climático.
En un ascensor de cristal el público se adentra en las profundidades el mundo marino. El
arrecife de coral filipino con miles de animales de colores y corales es el mayor arrecife
construido en cautividad del mundo.
Las escotillas en el “techo viviente” dejan pasar los rayos de luz que pueden llegar
hasta el fondo de las piscinas. Los visitantes en el acuario atraviesan un túnel de cristal y sobre
sus cabezas pueden ver tiburones o peces raya. En las esferas más altas se puede llegar a ver el
bosque tropical.
“La integración de estos grandes exponentes con el edificio, de modo que muchas cosas
puedan verse desde muchos puntos es lo que hace único el museo”, afirma Tom Hennes, director
del neoyorquino Studios Thinc Design, con el que Piano trabajó la concepción del acuario.
Los más de cien científicos del museo han destacado además la protección medioambiental del
museo, un edificio ecológico. Y aseguran que el propio complejo es una obra de arte con la que se
quiere animar los visitantes a ser más conscientes de los recursos, según el director de la
Academia de las Ciencias de California, Gregory Farrington. El lugar de aire acondicionado se han
instalado una ventanas que regulan el calor y unos fotosensores reguladores de la iluminación. En
total, el edificio empleará un tercio menos de energía que este tipo de construcciones
convencionales.
Renzo Piano ha unido de forma magistral la forma con la función, al parecer sin limitar sus
ambiciones artísticas. “Crear edificios verdes es útil” dijo el arquitecto a la revista
Newsweek“. ”Pero - continuó- la arquitectura gira en torno a deseos. Se trata de
sueños“. (DPA)