Este martes 30 de noviembre se conmemora en Argentina el Día Nacional del Mate en homenaje a Andrés Guacurarí, hijo adoptivo de José Gervasio de Artigas, primer gobernador indígena del país y uno de los impulsores de la producción de yerba mate en la región.
El Comandante Andresito, como se lo conoce popularmente, nació un 30 de noviembre de 1778 en lo que hoy es la localidad correntina de Santo Tomé y murió alrededor de 1821 en una cárcel de Río de Janeiro, luego de ser capturada por las fuerzas del imperio brasileño.
Andresito y el general Artigas impulsaron el aparato productivo de la Provincia Grande de las Misiones al establecer una especie de monopolio de la explotación de los yerbales naturales por parte de los guaraníes y de la comercialización, prohibiendo su ingreso desde Paraguay, de forma tal de garantizar a Misiones un acceso a recursos económicos a través de este producto.
Según el historiador Pablo Camogli, "Artigas prohibió el comercio de yerba mate proveniente de Paraguay, o sea, que la yerba comercializada tenía que ser la misionera y lo que uno puede inferir, porque no hay documentación específica y abundante sobre el comercio en esos años, es que probablemente mandaran algunos cargamentos de yerba a Uruguay y, como contraprestación, Artigas les mandara ganado, armas, ropa y otros recursos que se necesitaban".
"Hubo una intensión de establecer un mercado y un circuito comercial para la yerba mate, donde la explotación y la comercialización estuvieran en manos de los guaraníes que habitaban la provincia de Misiones. Ese ideario fue incipiente, nunca se logró desarrollar y consolidar debido a la situación de guerra que se vivió en forma permanente, por las invasiones luso brasileña y paraguaya, más el conflicto con Corrientes, en 1818, y, finalmente, por la captura de Andresito, en 1819", agregó Camogli.
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Tanto Andresito como Artigas eran muy aficionados al mate, una infusión que con el paso del tiempo se convirtió en un símbolo de amistad y camaradería y que pasó a formar parte de la identidad de los argentinos.
El mate es la bebida social más emblemática del país por su simpleza: agua caliente (no hervida), un pequeño cuenco, una bombilla y yerba. Y si bien la pandemia cambió la forma de compartirlo, ya que se recomienda que cada persona use su mate propio, sigue estando presente en cada juntada familiar o entre amigos.
La palabra mate nació del vocablo quechua matí, que significa calabaza, ya que este fue el recipiente y material donde más se tomaba cuando los españoles llegaron a América del Sur. La bombilla se denominaba tacuarí y era simplemente una cañita ahuecada.