La gobernadora de Dakota del Sur Kristi Noem es una férrea defensora de la libertad personal y una ardiente enemiga del uso obligatorio de los barbijos. El año pasado organizó un gran homenaje sin mascarillas para el entonces presidente Donald Trump. Pero las razones por las que este Estado es visto como un refugio de dinero global de origen nada claro son sencillas, escribe The Washington Post, uno de los miembros del consorcio de periodistas que dio a conocer los “Pandora papers”. Dakota del Sur es la cara estadounidense del mecanismo de evasión fiscal descubierto por esta investigación de un consorcio internacional de periodistas.
Dakota del Sur se menciona a lo largo de los Pandora papers porque muchos ricos utilizan el estado como paraíso fiscal. De los 206 fideicomisos con sede en Estados Unidos identificados en los Pandora Papers, que en conjunto poseen activos por valor de más de mil millones de dólares, 81 tienen sede en Dakota del Sur, reseña The Conversation.
Dakota del Sur es un paraíso fiscal especialmente bueno por varias razones. Por un lado, cuenta con una fuerte protección del secreto gracias a sus leyes sobre fideicomisos, lo que facilita la ocultación de la verdadera titularidad de los bienes. La legislación de Dakota del Sur ha hecho que los activos en fideicomisos se cuadrupliquen en este Estado durante la última década, hasta alcanzar los 360.000 millones de dólares.
Pero Dakota del Sur también se beneficia de otros bienes públicos que tienen todos los Estados Unidos: un estado de derecho fuerte, una moneda estable y buenas infraestructuras, especialmente si se la compara con otros paraísos fiscales por fuera de Europa. Una persona acaudalada puede volar fácilmente a Estados Unidos, comprar una propiedad en el país, colocar sus activos en bancos estadounidenses y sentirse segura sabiendo que sus contratos serán respetados y protegidos por un sistema jurídico estable y transparente, explica The Conversation. De allí a constituir un fideicomiso en Dakota del Sur, hay solo un paso.
Para The Washington Post, Dakota del Sur es un “estado clásico de bajos impuestos” gobernado por los republicanos. No tiene impuesto sobre la renta, ni sobre las herencias, ni sobre las ganancias de capital. Así, las tasas pagadas al Estado por los fideicomisos o “trusts” se acumulan. Cuantos más fideicomisos mejor. Estos “trusts” están en el centro de la estrategia de la evasión fiscal offshore detectada tanto con los Pandora papers.
Cómo empezó
Bajo el liderazgo del legendario gobernador “Wild Bill” Janklow, elegido por primera vez en 1979, la recesión económica de EEUU hizo que el Estado estuviera especialmente ávido de dinero. Espoleado por la necesidad de cubrir las finanzas, el Estado de Dakota del Sur se convirtió en líder en la abolición de la regla contra las “perpetuidades”, la antigua doctrina que limita la vida de un fideicomiso. La norma dice que un fideicomiso debe distribuir sus activos en un plazo determinado. Pero no es así en Dakota del Sur, donde un fideicomiso puede durar para siempre.
El Estado combina este régimen permisivo con un estricto secreto fiscal. A diferencia de los registros de estados como Nueva York, los documentos judiciales relativos a los fideicomisos de Dakota del Sur son permanentemente privados, secretos: la existencia de un fideicomiso no es pública. Como resultado, es prácticamente imposible descubrir quién ha constituido un fideicomiso en Dakota del Sur, quién se beneficia de él o si se han presentado impugnaciones legales contra su conformación.
Además, la Legislatura de Dakota del Sur aprobó una ley, entonces muy inusual, que permite que el otorgante de un fideicomiso sea también su beneficiario. Es decir, “John Doe” (figura equivalente a decir "Juan Pérez" en Argentina) puede establecer un fideicomiso en beneficio de “John Doe”. Otros estados parecen tener cierta vergüenza residual de tal práctica. En Dakota del Sur, después de un par de años, los activos del fideicomiso están a salvo de los acreedores de cualquier tipo. La mayoría de los estados de los EEUU, incluso los que son favorables a los fideicomisos, no protegen los activos del fideicomiso hasta este punto.
Con el paso de los años, otros Estados han imitado algunas de las normas de Dakota del Sur. Pero Pierre, la capital de Dakota del Sur, tiene un grupo de especialistas dedicado a tiempo completo para asegurarse de que Dakota del Sur se mantenga por delante de la competencia. Tras las medidas tomadas por Estados Unidos contra los paraísos fiscales tradicionales, como Suiza, y la crisis financiera mundial de 2008, una serie de países, incluidos algunos célebres refugios fiscales, decidieron adoptar un sistema de información compartida. Ahora los países están obligados a informarse mutuamente de todos los activos que poseen.
Los agentes federales de EEUU quieren saber si alguien envía fondos a Suiza. “Pero no tienen tanto interés en lo que se guarda en casa”, comenta con sorna el Washington Post. Estados Unidos no forma parte del nuevo sistema de información internacional, al igual que no participa en otras instituciones internacionales. Washington tiene sus propios requisitos de información, pero éstos se aplican a los países extranjeros, no a los estados de Estados Unidos.
Por esto Dakota del Sur tiene un papel protagonista en los “Papeles de Pandora”, o Pandora papers. ¿Ha aportado un tesoro a su población con su política favorable a los ricos? El presupuesto del Estado se beneficia ciertamente, pero, por diversas razones, incluida la presencia de reservas indias, algunos de los condados más pobres de Estados Unidos están en Dakota del Sur.
Para el diario de Washington, “es demasiado tarde para revertir las políticas de paraísos fiscales de Dakota del Sur, porque otros estados han imitado su modelo”. También habría que deshacer las leyes de Alaska, Delaware, Nevada y todos los demás Estados que han seguido el modelo de Dakota del Sur sobre los fideicomisos. “Quienes quieran cambiar el impacto del sistema de fideicomisos de Dakota del Sur tendrán que ajustar sus expectativas. Va a ser un largo camino”, sentencia el Washington Post.