Cirujanos del hospital Saint Vincents de Sidney anunciaron ayer que han logrado trasplantar corazones que previamente habían dejado de latir, un avance que podría revolucionar el mundo de la donación de órganos.
Cirujanos del hospital Saint Vincents de Sidney anunciaron ayer que han logrado trasplantar corazones que previamente habían dejado de latir, un avance que podría revolucionar el mundo de la donación de órganos.
Hasta ahora, los médicos solo utilizaban corazones que seguían latiendo, procedentes de donantes en muerte cerebral, pero varios cirujanos australianos han desarrollado una técnica para "resucitar" órganos que llevaban inertes hasta 20 minutos.
"Sabíamos que durante un cierto tiempo el corazón puede ser reanimado al igual que otros órganos, y ahora hemos sido capaces de reactivarlo con una máquina para después realizar el trasplante", explicó a la AFP el cirujano Kumud Dhital, profesor asociado de la Universidad de New South Wales de Sidney.
La nueva técnica consiste en trasferir el corazón del donante a una máquina portátil en la que el órgano se conserva en una solución de conservación, es resucitado y mantenido caliente hasta el trasplante.
El director médico de la Unidad de trasplantes de corazón del Saint Vicents, Peter MacDonald, explicó que "el uso de corazones donados tras la muerte circulatoria del paciente aumentará considerablemente la disponibilidad de estos órganos" para realizar trasplantes.
"Se trata de un gran avance para reducir la escasez de órganos donados", afirmó.
Dijo que el procedimiento llevó 20 años de investigaciones, con trabajo intensivo los últimos cuatro.
Por el momento, tres personas han recibido este tipo de trasplante, de las cuales dos están recuperándose con normalidad y una tercera continúa en cuidados intensivos.
Dhital se mostró optimista respecto a esta técnica: "Me atrevería a decir que en los próximos cinco años veremos más y más trasplantes que utilicen este nuevo método", afirmó. El especialista recordó que en la primera ola de trasplantes de corazón en la década de 1960 se habían utilizado órganos inertes, con el donante y el receptor en los quirófanos adyacentes.
Michelle Gribilas (57 años) y Jan Damen (40), son los dos primeros pacientes sometidos a la técnica.
Gribilas sufría de insuficiencia cardíaca congénita y fue operada hace unos dos meses. "Yo estaba muy enferma antes. Ahora soy una persona completamente diferente. Siento que tengo 40 años de edad. Soy muy afortunada", aseguró.
Damen también sufría de insuficiencia cardíaca congénita y fue operado hace dos semanas. El hombre, un ex carpintero, tiene tres hijos, aún se está recuperando en el hospital.
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