Más de 60 mil personas visitaron ayer la iglesia porteña de Nuestra Señora de
Balvanera para venerar a San Expedito, patrono de las causas justas y urgentes. Las puertas de la
iglesia se abrieron para conmemorar los 1.075 años de la muerte del santo y a partir de una salva
de estruendos, fuegos artificiales y campanadas, los feligreses dieron comienzo a las
celebraciones.
Miles de fieles se habían congregado en las calles adyacentes al templo, ubicado
en Mitre y Azcuénaga, para la celebración. El sacerdote Fabrizio Maranzana, responsable del
santuario, recordó que "los fieles vienen a pedirle a Dios, por intermedio del santo, solución o
respuesta inmediata a los problemas que los acucian" aunque aclaró que "esto no es un síntoma de la
inmediatez que caracteriza a la sociedad de consumo, sino que resulta de una manifestación del
ritmo al que se vive en las grandes ciudades".
Maranzana dijo que según datos de la policía, más de 60 mil personas habían
visitado el templo hasta el mediodía de ayer. En la puerta de la iglesia de Balvanera estaba la
imagen del santo que encabezó la procesión que se realizó por la tarde, pero los fieles preferían
ingresar al templo para orar frente a la imagen principal que se encuentra en su interior.
Camino a la santidad. El 19 de abril de 303, por orden del emperador Diocleciano,
san Expedito fue sacrificado en Melitene (una de las provincias romanas de Armenia, hoy Turquía)
junto con sus compañeros Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico y Rufo, bajo el cargo de "ser
cristianos".
Expedito es reconocido por la Iglesia y su imagen (con una espada en la mano y
su pie aplastando al cuervo) es venerada por muchísimos católicos.
Contemporáneo de San Jorge y de Santa Filomena, llegó a ser comandante de una
legión de soldados romanos.
Se cuenta que en medio de una batalla ya perdida frente a los bárbaros, fue
tocado por la gracia de Dios y que esto hizo que el enemigo se retirase y la matanza acabara.
También se dice que al momento de su conversión, un cuervo, símbolo de Satanás,
intentó que dilatara su decisión diciéndole "cras", que en latín significa "mañana"; a lo que
Expedito reaccionó enérgicamente, aplastándolo con su pie y exclamando "hodie", que en latín
significa "hoy".
De ahí que se lo tenga por un santo que atiende los casos urgentes, en los que
cualquier demora produciría un gran perjuicio.
Así como él no demoró un solo día en hacerse cristiano, tampoco demorará en
interceder ante Dios por lo que se le pida.
También se lo tiene por patrono de los jóvenes, socorro de los estudiantes,
mediador en procesos y juicios, y protector de la familia y de los enfermos.
A 1.705 años de su muerte, la devoción por San Expedito no para de crecer: en la
ciudad de Buenos Aires, está presente en unas quince iglesias o parroquias, entre las que se
cuentan la de Balvanera (donde está el mayor santuario argentino en su honor), la Candelaria y del
Carmelo.
En la provincia de Buenos Aires también se lo encuentra en unos veinte templos,
incluidos las basílicas de San Ponciano, en La Plata, y del Luján.
En el interior se lo venera en varias provincias, como Córdoba, Tucumán y Salta;
en Paraná, su imagen está en la iglesia de Luján; en Santa Fe, en la Iglesia del Corazón de Jesús,
y en Bermejo, San Juan, tiene templo propio: la iglesia San Expedito.
En todas ellas, los 19 de cada mes, y en especial los 19 de abril, los fieles
concurren en masa y hacen largas filas para prenderle velas, comprar y repartir sus estampitas y
rogarle que interceda por sus necesidades más "urgentes y justas".