El gobierno italiano tuvo que modificar ayer sus planes para los funerales de las víctimas del terremoto, después de que los habitantes de Amatrice se quejaran porque no podían despedir a sus muertos en su comunidad, una de las más afectadas por el sismo de la semana pasada.
Las autoridades habían sugerido celebrar una misa el martes en la capital provincial, Rieti, donde fueron trasladados decenas de cuerpos. La ciudad se encuentra a al menos una hora de Amatrice.
"No iremos a Rieti, devuélvannos a nuestros muertos", señalaron enojados algunos de los sobrevivientes de la localidad a los representantes de la Agencia de Protección Civil en Amatrice, donde murieron 231 personas del total de 292.
El gobierno había sugerido celebrar el funeral en otro lado porque tras el sismo algunas rutas que conducen a Amatrice quedaron bloqueadas, lo que complicaba el acceso.
Además se hace difícil encontrar allí un lugar para alojar a las decenas de féretros ya que la localidad quedó devastada por el terremoto de magnitud 6,2.
El primer ministro, Matteo Renzi, que asistirá al funeral junto al presidente Sergio Mattarella, finalmente cedió a la presión.
"El funeral de las víctimas del terremoto se llevará a cabo en Amatrice, tal como demanda el alcalde y la comunidad local. ¡Y es lo correcto!", escribió en Twitter.
Por el momento se desconoce dónde se realizará la ceremonia, ya que la iglesia de la localidad está destruida. Según medios locales, unos 80 cadáveres fueron trasladados ayer de vuelta desde Rieti a Amatrice.
El sábado ya se celebró un funeral de Estado para algunas de las víctimas de Arquata del Tronto, unas de las tres municipalidades más afectadas por el desastre. En la misa de hoy se honrará además a los 11 muertos de Accumoli.
Renzi prometió ayer que el gobierno examinará cada céntimo que se destine a la reconstrucción de los pueblos devastados por el terremoto del 24 de agosto.
La reconstrucción debe llevarse a cabo "lo más inteligente y lo más rápido posible, aunque nada debe hacerse de forma precipitada", señaló el jefe del Ejecutivo italiano. "Las autoridades anticorrupción están interviniendo para impedir una mala gestión de los fondos", aseguró.
Renzi solicitó entre tanto asesoramiento para la reconstrucción al arquitecto estrella Renzo Piano. "Renzi quería que le diera un consejo, una visión, una ayuda para un gran proyecto", dijo Piano, de 78 años, al periódico La Repubblica, en su edición de ayer.
Dos generaciones. El arquitecto aseguró que "la reconstrucción llevará al menos dos generaciones". "Es necesario modernizar las casas en la región de los montes Apeninos, de alto riesgo sísmico, para que en el futuro puedan resistir los movimiento telúricos", subrayó Piano.
Piano es uno de los arquitectos más famosos del mundo. Entre sus trabajos está el centro Pompidou en París y el rascacielos Shard en Londres. Además contribuyó a la reconstrucción de L'Aquila, un pueblo italiano que fue devastado por un terremoto en 2009.
El terremoto del pasado miércoles costó la vida a al menos 292 personas y redujo a escombros pueblos enteros en las regiones de Lacio y Las Marcas. Todavía hay personas desaparecidas. La fiscalía italiana ya puso en marcha una investigación para detectar posibles violaciones de las normas de construcción. Este lunes fueron encontrados dos nuevos cadáveres de los escombros en Amatrice, por lo que la cifra de muertos subió a 292. Las autoridades creen que aún hay más cuerpos enterrados bajo los restos.