La totalidad de los 781 obispos católicos africanos rechazaron la reciente aprobación por parte del Vaticano de las bendiciones a parejas del mismo sexo por considerarlas “inapropiadas” en el contexto cultural de ese continente.
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Cardenal Fridolin Among Besungu, de la República Democrática del Congo, presidente de la Conferencia Episcopal africana.
La totalidad de los 781 obispos católicos africanos rechazaron la reciente aprobación por parte del Vaticano de las bendiciones a parejas del mismo sexo por considerarlas “inapropiadas” en el contexto cultural de ese continente.
La homosexualidad sigue siendo ilegal en muchos países africanos, que la reprimen en muchos casos alentados por los sectores más conservadores del cristianismo y el islam.
Más allá de la opinión de los prelados africanos, se podría decir que la aprobación del documento papal “Fiducia Supplicans” en el Vaticano hizo estallar una crisis espectacular a nivel mundial en la Iglesia, agudizando el enfrentamiento entre tradicionalistas y progresistas.
Este viernes, como respuesta, el cardenal secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, defendió la decisión del Papa Francisco de aprobar la bendición a la parejas de homosexuales y aseguró que “la Iglesia está abierta a los signos de los tiempos, atenta a las necesidades que surgen”. Lo hizo en una conferencia convocada en la Santa Sede en la que aclaró ciertas consideraciones sobre “Fiducia Supplicans”, reciente documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que abre las bendiciones a las parejas en situación “irregular”, en las que se incluye también a las de divorciados además de homosexuales.
“Lo importante es que procedamos siempre según lo que se llama ‘progreso en la continuidad’. En la Iglesia siempre ha habido cambios: la Iglesia de hoy no es la Iglesia de hace 2.000 años”, expresó Parolin a los periodistas.
Lo de los obispos africanos fue un rechazo contundente ante el mundo. En nombre de los 781 obispos africanos, la Conferencia Episcopal de los países del continente consideró “no apropiada” e “inaceptable” la posibilidad de bendecir a parejas del mismo sexo en África, que habitan 253 millones de fieles católicos.
“Nosotros, los obispos africanos, no consideramos apropiado que África bendiga las uniones homosexuales o las parejas del mismo sexo, porque en nuestro contexto esto causaría confusión y estaría en directa contradicción con el espíritu cultural de las comunidades africanas”, estableció el mensaje firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal de África, cardenal Fridolin Ambongo Besungu.
Para los obispos africanos, la Biblia deja en claro que la homosexualidad “está explícitamente prohibida y es considerada una abominación antinatural y vergonzosa”.
Según trascendió, Ambongo Besungu, que forma parte de la comisión de nueve purpurados que asesoran al Papa, consultó el texto de la declaración con el mismo pontífice antes de hacerla pública.
Arzobispo de Kinsaha, la capital de la República Democrática del Congo, Ambongo Besungu recordó que según su interpretación de las Sagradas Escrituras “se consideran inaceptables los ritos y oraciones que podrían desdibujar la definición del matrimonio como unión exclusiva, estable e indisoluble entre un hombre y una mujer”.
El rechazo a nivel popular de la homosexualidad, debido al arraigo histórico y las culturas nacionales, no permiten que pueda realizarse en África las bendiciones e parejas homosexuales “sin exponerse a escándalos”, sostuvo.
El presidente de los obispos africanos señaló que “aún así, las conferencias episcopales del continente subrayan que las personas con tendencias homosexuales deben ser tratadas con respeto y dignidad, al tiempo que recuerdan que las uniones de personas del mismo sexo son contrarias a la voluntad de Dios y, por lo tanto, no pueden ser bendecidas por la Iglesia”.
Del total de los 72 países que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo en el mundo, son 32 las naciones africanas que los legislan como delitos castigados en algunos casos hasta con la pena de muerte o la condena a cadena perpetua.
“Tucho” Fernández
El documento aprobado por el Papa el 18 de diciembre fue elaborado por el Prefecto para la Doctrina de la Fe, el cardenal argentino Víctor Fernández, quien reveló que fue amenazado tres veces.
“Me llegaron tres veces mensajes de amenaza: ’Te destruiremos’”, afirmó Fernández en una entrevista con el diario italiano La Stampa.
“No hay elementos que justifiquen tal dureza”; agregó el ex arzobispo de La Plata sobre las amenazas, al punto que sostuvo que el documento “no causa las divisiones, sino que las hace emerger”.
Para el cardenal, “Fiducia Supplicans” busca “descubrir una forma distinta de ser sacerdote más allá de los ritos litúrgicos” a través de la introducción de las bendiciones “pastorales”.
“La Declaración dice que, además de las bendiciones litúrgicas, que siguen un rito formal y que requieren diversas condiciones para no ir en contra de la voluntad de Dios, existe también otro tipo de bendiciones que llamamos espontáneas o pastorales, que se dan sólo porque las personas que se acercan piden la fuerza de Dios para seguir adelante en la vida. Este tipo de bendiciones, en opinión del Papa, no requieren ninguna perfección”, enfatizó el purpurado Fernández.
El Vaticano se esforzó en aclarar estos días que el documento no suponía ningún cambio de doctrina y a destacar la necesidad de mantener la “prudencia” en algunos países.
Desde su elección en 2013, Francisco, de 87 años, trató de abrir las puertas de la Iglesia a todos los fieles, incluida la comunidad LGTBQ, sin vencer las resistencias de los católicos más conservadores.