Las cinco estrategias más audaces de las mujeres para retener a su amor
En la Argentina hay más mujeres que hombres, una realidad que aviva el temor femenino de quedarse sola, o como decían las abuelas, "para vestir santos". Por eso, cuando consiguen establecer una relación amorosa son capaces de todo y más con tal de lograr retener a su pareja. Sus recursos son numerosos y sorprendentes, aquí LaCapital.com.ar reseña los más frecuentes. Para saber y disfrutar.
16 de enero 2012 · 12:37hs
Los números del último censo son contundentes: en la Argentina hay 899.487 más mujeres que hombres. Por eso, cuando una joven —o no tanto— inicia una relación amorosa sabe que hay que cuidar al compañero para que no se escape. ¿Hechiceras, especuladoras o locas de amor? En esta nota, toda la verdad sobre “ las cosas” de las que son capaces las chicas ¿por el hombre de su vida?
1- Mostrar el lado más amable: en realidad es una fiera enjaulada. En la familia abundan las anécdotas de esa chiquilina que le contestaba mal a todo el mundo, se encaprichaba día por medio y no era capaz de levantar un plato de la mesa. Pero un extraño pacto de silencio comienza a funcionar cuando la nena consigue novio (el objetivo , está claro, es que alguien se la lleve). Entonces, la malhumorada se convierte rápidamente en esa joyita que “por suerte te tocó a vos”. Y ella, ni lerda ni perezosa, asume el rol. Es atenta con todos, trata bien a la suegra, dice que ama ir al supermercado, que le encanta cocinar y que siempre se levanta con una sonrisa. Con estos artilugios, el muchacho cae rendido a sus pies y hasta se anima a poner fecha de casamiento. El hechizo dura lo que la calabaza de Cenicienta, pero eso, ya es argumento de otra historia.
2-Sexy y atrevida: mientras dura el affaire, el romance clandestino o el noviazgo, ella es fuego. Se compra ropa de encaje, está siempre dispuesta, deja mensajes seductores y hasta lo pasa a buscar inesperadamente por el trabajo para decirle que reservó una habitación en el hotel que tanto les gusta, o un viajecito a Brasil. El cree haber encontrado a la mujer perfecta: cariñosa, enamorada y feroz a la hora del amor. Pero ya se sabe, el tiempo es eso que dura entre un cambio y otro, y acá, no falla. Cuando él se avivó es tarde. El baby doll ya le dio paso al pijama a lunares, el colaless al culote color piel y las noches desenfrenadas al “no sabés el día agotador que tuve…”. Es que nada dura para siempre.
3- Independencia virtual: cansado de ver cómo la madre exprimió al padre toda la vida, él está encantado con esa chica independiente, que estudió, trabajó y no necesita “ nada de nadie” para mantenerse. Es de las que dicen “pagamos a medias” y hasta se atreve cada tanto a invitar la cena en ese restaurante de moda. Se la pasa defendiendo la libertad de las mujeres, critica a la amiga que vive en el country y a la que el marido le paga hasta las bombachas. Eso sí, el día que el susodicho pone el gancho, la autosuficiencia entra en franco declive. Cuando le llega la extensión de la tarjeta la misión está cumplida. Lo tuyo es mio y lo mío, también.
4- “Tus hijos son un encanto”: en los últimos años son cada vez más las mujeres solteras que hacen pareja con hombres separados, que ya tienen hijos. Aceptar a un señor en estas condiciones tiene sus bemoles. Nadie puede negar que el desafío es grande y que hay que tener una enorme corazón para amar a un divorciado … y sus pequeños vástagos. Las primeras salidas con los chicos son pura tensión, pero ellas se las ingenian para bancar a los mocosos, como sea. Nada como mostrar ese lado maternal (¿que todas tienen?) para que él se convenza de que está con la mujer ideal. No importa si el pibe es insoportable, rebelde y mal educado o si la nena se pasa toda la cena con la cara por el piso. “Son cosas de chicos, ya se les va a pasar…”, dice ella con ternura, y la frase no falla. El la mirará fascinado, convencido de que la ex era abominable. La caza se completa cuando ella dice con firmeza “¡son divinos! Pero a mi, a esta atura a mi no me interesa tener hijos”. ¿Cuánto creen que durará esa revelación?
5-“Yo soy la mujer”: después de años de casados la relación se enfrió. Los mejores momentos quedaron en el álbum de fotos y la memoria apenas los retiene. Los días son un alivio porque no se ven, y las noches un espectáculo de televisión a todo volumen, chicos revoloteando y “a la cama temprano porque mañana tenemos un día largo”. A él, hace un tiempo que se le hace tarde en el trabajo, que el jefe lo llama a cualquier hora para pedirle las cosas más disparatadas o que los mensajes del celular llegan a cada rato (siempre es ese tal Hugo al que jamás había nombrado antes). La idea de que tiene otra empieza a rondar. Y aunque más de una vez ella juró que “mejor que se consiga una mina antes de que me siga jodiendo a mi”, el amor propio le estalla como una bomba, y se pudre todo. Pero no habrá gritos ni despecho inmediato, no habrá explosiones de furia, al menos por hora. Es el momento de pensar bien antes de actuar, porque después de todo, como dijo una vez una reconocida dramaturga “no seré feliz, pero tengo marido”. Y eso, es lo único que importa.