Medusa triunfa hoy en la ciudad de Nueva York, pero lo hace dándole una vuelta de tuerca al mito griego: sostiene en alto la cabeza de su asesino, Perseo, en una estatua de bronce de dos metros de altura emplazada frente al Tribunal Penal del Condado de Nueva York en el Bajo Manhattan, donde Harvey Weinstein fue condenado a 23 años de prisión por violación y agresión sexual.
“Medusa con la cabeza de Perseo” es obra del artista plástico argentino Luciano Garbati, quien se inspiró en la historia de Medusa, tal como la contó el poeta romano Ovidio en su “Metamorfosis”. Poseidón violó a Medusa, quien luego fue culpada y castigada por Atenea: la convirtió en un monstruo con serpientes en vez de cabello que mataba a quien la mirara. En la historia original, Perseo derrotó a Medusa decapitándola.
Garbati actualizó la historia. Humanizó a la mujer detrás del mito y cuestionó su identidad como monstruo. Se basó para su escultura, creada originalmente en 2008, en la obra maestra del Renacimiento “Perseo con la cabeza de Medusa”, de Benvenuto Cellini, situada en la Piazza della Signoria en Florencia, Italia. Invirtió la imagen. en su escultura es Medusa quien sostiene victoriosa la cabeza de Perseo.
Medusa Statue On Display At Manhattan's Collect Pond Park
Garbati publicó una versión en resina en Instagram en junio de 2018. Con el movimiento #MeToo en pleno apogeo, tras las acusaciones de abuso sexual contra Weinstein, la Medusa de Garbati fue adoptada por algunos como un símbolo feminista de igualdad y justicia. Algunos se han ofendido por la falta de vello púbico de la estatua, que dicen refleja las convenciones de belleza idealizada.
“Creo en la necesidad de la igualdad de género y es un honor para mí ser parte de la discusión”, explicó Garbati a Artnet News. “La falta de vello corporal fue una elección artística hecha en la tradición de la escultura clásica. Lo mismo ocurre con las representaciones masculinas”.
Garbati comenzó su formación artística en su Buenos Aires natal y la continuó en Roma. Es el autor del busto de Raúl Alfonsín que está en su mausoleo. El artista dice que con su obra no reivindica la venganza, como han criticado algunos: “Medusa no es otra cosa más que una víctima, de una violación, de una maldición, del exilio y, finalmente, de este hombre que fue a matarla para lucirse”.