La variante Covid-19 que se identificó por primera vez en el Reino Unido “puede ser 30 por ciento más mortal que el virus original”, advirtió el primer ministro Boris Johnson. Es decir que además de ser mucho más contagiosa, tendría un índice de mortalidad superior a la convencional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en cambio, atribuyó ese efecto alarmante a una sobrecarga del sistema sanitario.
“Ahora también parece haber algunos indicios de que la nueva variante, la que se identificó por primera vez en Londres y el sudeste de Inglaterra, puede estar asociada a una mayor mortalidad”, dijo el premier este viernes en rueda de prensa.
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Johnson puntualizó que, según la evidencia científica disponible actualmente, las dos vacunas aprobadas en Reino Unido, la de Pfizer-BioNTech y la de AstraZeneca-Oxford, son eficaces contra esta nueva cepa.
Sir Patrick Vallance, el principal asesor científico del gobierno, alertó también sobre las consecuencias que tendrá la variante local. “Con la variante del Reino Unido, los datos disponibles sugieren que se esperaría que murieran 13 o 14 personas de cada 1.000”, apuntó. El especialista también advirtió que las variantes sudafricana y la brasileña hay preocupaciones de que sean menos susceptible a las vacunas.
Por su lado, la OMS cree que la mayor mortalidad podría deberse a la sobrecarga del sistema sanitario, según reportó la agencia de noticias Europa Press.
“Si la variante es más contagiosa, hay más casos y entonces hay más personas hospitalizadas. Si hay más hospitalizados y los sistemas están sobrecargados se producen más muertes porque los médicos están sobrepasados”, argumentó en rueda de prensa Maria Van Kerkhove, epidemióloga de la OMS encargada de la gestión de la pandemia.
La especialista agregó que si bien no está probado científicamente que la variante sea más grave, “sí infecta a más gente, que llega a estar grave y muere”.
País más castigado de Europa por la pandemia, con casi 96.000 muertos, el Reino Unido se enfrenta a una nueva ola de contagios desde el descubrimiento en diciembre de una mutación del coronavirus entre 50% y 70% más contagiosa según científicos británicos.
Hasta ahora, las autoridades sanitarias habían dicho que la nueva variante no parecía más mortífera.
Johnson, muy criticado desde el principio de la pandemia por sus políticas erráticas en materia sanitaria, ha puesto ahora todas sus esperanzas en la vacunación para poder levantar, a partir de marzo, el tercer confinamiento.
En paralelo, la Policía interrumpió una boda para 400 personas que se realizaba en Londres, después de que el Gobierno anunciara que sería más duro con las personas que infrinjan el confinamiento.
La fiesta se celebraba anoche en un salón de la escuela judía ortodoxa Yesodey Hatorah, en el norte de la capital, informó Scotland Yard en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP.
Ese mismo día, el Gobierno había anunciado un endurecimiento de las sanciones contra los participantes en reuniones de más de 15 personas.
El gran rabino del Reino Unido, Ephraim Mirvis, aseguró en Twitter que “la inmensa mayoría de la comunidad judía condena este tipo de comportamiento ilegal”.
El alcalde del distrito londinense de Hackney, Philip Glanville, explicó que la escuela Yesodey Hatorah ya había sido sancionada por otras infracciones de las restricciones vigentes.
Unión Europea en alerta
Los países de Europa están divididos entre los que quieren cerrarlo todo y aislarse y los que creen que “hay que adelantarse o tomar estrictas medidas preventivas”, incluidas el cambio de máscaras actuales por otras más seguras.
La UE ha aceptado que cada país puede adoptar las medidas que crea necesarias ante la emergencia, especialmente en torno a sus fronteras.
En una reunión de urgencia el jueves a la noche, los 27 miembros de la UE discutieron “la escalada rápida del rigor de medidas por el virus en las semanas que vienen para preservar las capacidades hospitalarias, acelerar las campañas de vacunación y disminuir los movimientos transfronterizos”.
En Francia los epidemiólogos y especialistas del gobierno instan al primer ministro Emmanuel Macron a “un confinamiento nacional severo” porque el virus continúa circulando a “un alto nivel” y “hay una tensa situación con un personal hospitalario exhausto”.
Ni el poder ejecutivo ni sus científicos lo esconden: Francia no podrá escapar a un tercer confinamiento. La discusión es si lo hacen ahora y lo llevan adelante por más tiempo pero lo hacen o lo hacen más adelante, en pocas semanas . Esta fue la recomendación pública del profesor Renaud Piarroux, epidemiólogo y jefe del servicio de Parasitología del Hospital Pitié Salpetriêtriere, en Paris.