Más de 200.000 feligreses se congregaron ayer en la localidad santiagueña de Villa Mailín dando un imponente marco a la Fiesta Grande del Señor de los Milagros de Mailín, que coincide con el día de la ascensión de Jesús.
Durante la peregrinación a la localidad ubicada a 150 kilómetros al sudeste de la capital de la provincia se venera una antigua imagen de madera con un Cristo crucificado, que fue hallado en el tronco de un algarrobo en la época colonial.
La misa central del encuentro fue presidida por el obispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic, quien durante la homilía expresó: "Hoy encontramos muchos males en nuestra sociedad. No podemos seguir proclamando con Jesús nuestro señor y servir al reino del mal, de los negociados oscuros".
La tradición oral sitúa el hallazgo de la reliquia en la última parte del siglo XVIII por parte de Juan Serrano, capataz del propietario de las tierras donde se emplaza actualmente el pueblo de Villa Mailín.
La atribución de milagros a esa cruz se extendió en la región y a lo largo de los años, por lo que se convirtió en uno de los centros de devoción religiosa popular más importante del norte del país.
Miles de peregrinos caminaron desde distintos puntos de Santiago del Estero y desde provincias vecinas hacia el pequeño pueblo, que tiene unos 1.000 habitantes estables para participar de la festividad. Más de un millar de puestos de comidas, entretenimientos y simbología religiosa se entremezclaron entre los visitantes.