John Brendan Kelly, además, fue atleta de remo, medallista olímpico y su nombre se encuentra en el US Olympic Hall of Fame. Todos en la familia hacían deporte, Grace por el simple hecho de participar, mientras que sus hermanos buscaban competir y, sobre todo, ganar. Su madre era entrenadora de gimnasia y crió a sus hijos con mucha disciplina.
Con gran prestigio, cursó su educación en la academia Revenhill y en Stevens School, una institución para señoritas donde sus ingresantes debían tener una carta de presentación intacta y sobresaliente. Allí, se destacó en Literatura e Historia del Arte y desde aquel momento, compañeras y directivos ya notaban que en algún momento se iba a transformar en la gran actriz que más tarde fue.
En el instituto había participado de varias obras teatrales y allí encontró una gran pasión, tal vez heredada por parte de su tío, George Kelly, dramaturgo que se hizo de un premio Pulitzer. Quiso anotarse en la Academia Americana de Arte Dramático, algo que sus padres le negaron, pero lo hizo igual. Al llegar al lugar, no había más cupos disponibles, pero con un llamado al tío George y la oportunidad de una audición quedaron fascinados. Ingresó, pero le advirtieron que debería cambiar su acento filadelfino, por lo que estudió mucho para lograr un tono más británico.
El nacimiento de una estrella de Hollywood
Su primer papel en Broadway lo consiguió en la obra “El padre”, de August Strindberg, mientras aún estaba estudiando. Al finalizar la carrera, encontró lugar en una residencia para señoritas en Nueva York, donde esperaba obtener sus primeros trabajos. Y así lo hizo, pues una agencia la contrató como modelo y comenzó a hacer anuncios publicitarios a la vez que audicionó para papeles en la televisión, a donde finalmente obtuvo una pequeña participación.
Tiempo después, el director y productor Henry Hathaway la llamó para un rol en la película "Catorce Horas" y, si bien la crítica no le dio demasiada importancia a su pequeño papel, el público vio en Grace Kelly la belleza y el talento, dando inicio a sus primeros club de fans.
Test de camara Grace Kelly para "Fourteen Hours"
Su objetivo estaba cada vez más cerca, ya que en 1951 fue contratada para participar del film “A la hora señalada”, de Fred Zinnemann, cuyos principales eran Gary Cooper y Katy Jurado. En el preestreno, al que asistieron reconocidos cineastas y figuras de la industria, encandiló a John Ford, quien la invitó a ser parte de su película “Mogambo”, la cual la llevaría definitivamente a la fama y le daría un Globo de Oro y una nominación al Oscar a la mejor actriz secundaria, estatuilla que en 1954 obtuvo por el film “Angustia de vivir”.
Kelly, la rompecorazones
La hermosura que derrochaba y que sabía llevar, sobre todo en los sets de grabación, hacía que sus compañeros de elenco le dedicasen todas sus miradas. Detrás de esa imagen de niña bien e inocente se escondía una “devora hombres”, según han dicho algunas personas que la conocían. Entre sus romances hollywoodenses se encuentran Clark Gable, con quien compartió elenco en el largometraje de Ford, Ray Milland o Gary Cooper, quien la definió diciendo que “aunque ella parecía fría y distante, en realidad era un volcán en erupción”. Generalmente, sus amantes la doblaban en edad.
Aunque muchos la han conocido por haberse casado con Rainiero Luis Enrique Majencio Beltrán Grimaldi, antes estuvo a punto de contraer matrimonio con Oleg Cassini, diseñador de modas e hijo de un conde ruso. Había llegado a Estados Unidos en soledad para probar suerte, se topó con personas que le dieron una oportunidad y se hizo su lugar vistiendo a figuras femeninas como Marilyn Monroe. Cuando conoció a Grace, dedicó su talento a convertirla en una referente de la moda y lo logró. Eran grandes compañeros y se enamoraron, sin embargo los padres de la joven actriz no aceptaron la unión en matrimonio.
La joya de Hitchcock
En cuanto a su carrera como actriz, sus más grandes proyectos fueron de la mano de Alfred Hitchcock, con quien trabajó por primera vez en 1954 en la película “Crimen perfecto” y luego se convirtieron en grandes amigos. Esta película fue uno de los mejores trabajos en conjunto que realizaron ya que los consolidó a ambos. Luego le seguirían “La ventana indiscreta” junto a James Stewart y “Atrapa a un ladrón”, acompañando a Cary Grant. Fue en este film que grabó una escena en la misma autopista de Mónaco en la que perdió la vida.
En el rodaje de aquel largometraje, en su primera visita a la pequeña monarquía conoció a Rainiero, a quien volvió a ver en el Festival de Cannes en 1955 y fue allí cuando se concretó la primera cita entre los tórtolos. Después del encuentro, el príncipe, que estaba en apuros por contraer matrimonio ya que si no tenía descendencia pronto, el principado pasaría a estar en manos del estado francés, quedó encantado con la actriz. Al terminar la película ella volvió a Estados Unidos y comenzaron así una relación a distancia hasta que Rainiero viajó a Filadelfia por negocios, conoció a la familia de su amada y le propuso matrimonio.
Sobre el hecho, Hitchcock expresó que "se casó con un príncipe con la facilidad de un trapecista, pero la plataforma de aterrizaje puede ser demasiado estrecha", ya que el mismo se estaba llevando a su joya más preciada.
Kelly, Rainiero y un matrimonio sin igual
No fueron tantas veces las que los novios se vieron antes de la boda, pero alcanzaron para que los jóvenes asegurasen su unión. Sin embargo, no todo fue color de rosa ya que para poder casarse, Kelly debió tener disponibles dos millones de dólares para que la familia real sepa quién estaba ingresando a la familia y, a su vez, debió aceptar pasar por un test de fertilidad para asegurar que la pareja tendría descendencia debido a que al príncipe no le interesaba casarse con alguien que no pudiera darle hijos.
Una vez pasados todas las pruebas, el 4 de abril de 1956, Grace se embarcó junto a su familia, sus damas de honor y su caniche Oliver en el transatlántico SS Constitution para finalmente contraer matrimonio con Rainiero el 18 de abril en una ceremonia en el Salón del Trono del palacio de Mónaco y un día después en la catedral del principado. Más de 700 personas se hicieron presente en la celebración, entre ellas compañeros de trabajo de Kelly, como Cary Grant. Por otra parte, el vestido que utilizó en la ceremonia religiosa fue la envidia de muchas mujeres y hasta diseñadores, y fue considerado como “una verdadera obra de arte”.
Boda de Grace Kelly y Rainiero de Mónaco (1956)
La boda atrajo la atención de los espectadores de todo el mundo, por lo que fue transmitida en directo por televisión. Además, este acontecimiento fue una gran estrategia publicitaria para que el turismo se activara en Mónaco, ya que luego del evento llegaban los turistas más adinerados a conocer la tierra que tendría a Grace Kelly como princesa, después conocida como Su Alteza Serenísima, princesa consorte de Mónaco, esposa de Rainiero III de la Casa Grimaldi.
La relaciones en la realeza
El matrimonio finalmente tuvo tres hijos, Carolina, Alberto y Estefanía, quien iba con ella cuando sufrieron el accidente. Según se ha podido ver en distintas oportunidades, la familia Grimaldi nunca tuvo un gran trato hacia la actriz, incluido su esposo, quien llegó a prohibir en el principado las películas que había grabado su mujer ya que “ser actriz no es digno de una princesa” y que, a su vez, le impidió continuar con su carrera después de casados, algo que más tarde permitiría. Sin embargo, Kelly nunca volvió a la pantalla. Su actividad predilecta había pasado a ser, entonces, la lectura y la poesía.
Foto rainiero, grace y flia.jpg
A pesar de que a otras princesas no les agradaba, Kelly nunca demostró falta de respeto hacia ellas y actuaba con mucha altura. La reina Victoria Eugenia de Battenberg era una de sus pocas amigas de la aristocracia, ya que gracias a la cercanía de Mónaco con Suiza solían pasar mucho tiempo juntas. Entre otras figuras de la realeza, Grace coincidió con Diana Spencer en el año que esta se casaría con Carlos de Gales. Fue una gran consejera para quien luego se conocería como Lady Di.
La gran pérdida de Mónaco
El 13 de septiembre de 1982 Grace de Mónaco se encontraba de paseo junto a su hija menor Estefanía, de 17 años. La princesa conducía un Rover P&B 3500 dorado por la carretera cuando una mala maniobra terminó en un trágico accidente. Si bien nunca estuvieron claros los motivos que hicieron que se produzca el siniestro, el auto en el que se encontraban cayó por un barranco.
Auto de Grace Kelly destrozado.jpg
Estefanía en un momento fue víctima de los rumores que decían que era ella quien manejaba el vehículo en el que se encontraban ambas mujeres, algo que luego se refutó. Kelly falleció de un infarto cerebral un día después, a los 52 años, en el hospital, mientras que la pequeña salió ilesa, quedando en estado de shock.
El funeral fue multitudinario y acudieron desde personalidades de Hollywood, hasta la entonces primera dama de Estados Unidos, Nancy Reagan y Lady Diana. Rainiero, por su parte, quedó consternado con lo sucedido y nunca más contrajo matrimonio. Fue en 2005 cuando él falleció y, a pesar de que no habían pasado demasiado tiempo juntos en vida por compromiso de ambos, en su testamento dejó específicamente pautado que su deseo era ser enterrado al lado de su esposa, porque el amor siempre es más fuerte.