Al menos tres delincuentes robaron ayer un cartucho con alrededor de 100 mil pesos de un cajero automático al que primero inyectaron con gas e hicieron estallar dentro de un banco del partido bonaerense de Berazategui, informaron fuentes policiales y judiciales.
El hecho se registró cerca de las 4, en la sucursal del Banco Santander Río ubicada en la esquina de Rigolleau (avenida 14) y 144, en la zona céntrica y más comercial de dicho partido del sur del conurbano, la cual cuenta con un hall delantero con cuatro cajeros a la vista.
Según las fuentes, las cámaras de seguridad de la entidad bancaria registraron la llegada al lugar de un auto color blanco, que se detuvo junto al cordón de la vereda de la avenida y del que descendieron tres hombres, dos de ellos encapuchados.
De acuerdo a los investigadores, estas personas llevaban un cochecito de bebé, dentro del cual cargaban una garrafa de diez kilos, una batería de auto, cables, mangueras y una maza, con los que ingresaron al sector de cajeros.
Las fuentes señalaron que para entrar a ese hall los delincuentes no necesitaron pasar una tarjeta de débito por el lector de la puerta ya que ésta no se encontraba con la traba electrónica ni tampoco cuenta con vigilancia privada a esa hora del día.
En una rápida maniobra, los ladrones rompieron la pared de durlock que separa los cajeros del resto del banco e introdujeron una manguera por una rendija de la máquina más próxima a la pared que da a la calle 144 para inyectarle el gas. Luego, con la batería de autos y los cables generaron la chispa necesaria para provocar la explosión de dicho fluido. "Al parecer, se les fue la mano con la cantidad de gas", describió una fuente con acceso al expediente, ya que el estallido provocó daños tan severos en el cajero violentado que este quedó prácticamente destruido y sus seis cartuchos trabados, por lo que los asaltantes sólo pudieron llevarse uno solo. Y como la rotura de la pared de durlock, seguida de la detonación, hicieron sonar la alarma del banco, los ladrones escaparon rápidamente en el mismo auto en el que habían llegado y abandonaron dentro de la sucursal el cochecito de bebé y el resto de elementos utilizados.
"Nos sentó en la cama"
A su vez, el estallido conmocionó a los vecinos de las viviendas linderas a la entidad atacada. "Estábamos durmiendo y la explosión nos sentó en la cama, de verdad", contó ayer a la prensa un vecino de nombre Claudio, quien se levantó y se asomó por la ventana de su domicilio para ver qué pasaba.
"Primero pensé que era la bicicletería (ubicada sobre 144 a metros de la sucursal asaltada), no el banco, pero enseguida sonó la alarma. Y a los cinco, diez minutos llegaron los patrulleros y recién ahí nos quedamos tranquilos", indicó el hombre que aclaró que no llegó ver a los delincuentes.
"Nos sorprendió la explosión, el ruido, que se notó que fue una garrafa y no el choque de dos autos, como suele ocurrir en esta esquina", describió Claudio y agregó que cuando luego salió a la calle, la policía ya había acordonado todo el perímetro del lugar.
Ayer a la tarde, los ventanales del hall seguían con sus cristales visiblemente resquebrajados y cubiertos con cartones, y la sucursal cerrada al público, mientras las autoridades concluían el arqueo para precisar el monto del botín, el cual se estimó en unos 100 mil pesos.
Los voceros consultados señalaron que se pudo determinar que uno de los asaltantes no llevaba guantes, por lo que apuntan a poder hallar alguna huella que permita identificarlo.
El hecho es investigado por el fiscal Daniel Ichazo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada 1 de Berazategui, quien pidió informes a las dependencias de Quilmes y Florencio Varela para determinar si existe algún antecedente reciente de este tipo de robo ya que en su jurisdicción no había ocurrido nada semejante en al menos diez años.
"Nunca había visto una forma tan ingeniosa de robar un cajero", concluyó el investigador consultado, que reconoció que son más comunes los asaltos en los que los ladrones rompen los blindex con una maza y se apoderan de los cartuchos en momentos en que los empleados recargan los cajeros.
En Rosario no pudieron
En marzo del año pasado ocurrió un caso similar al de esta madrugada cuando un grupo de asaltantes hizo detonar con gas acetileno un cajero de una sucursal del Banco Francés en la ciudad de Rosario, aunque en esa oportunidad no se llevaron el dinero. Este ataque ocurrió en la esquina de las avenidas Eva Perón y Circunvalación, cuando varios hombres descendieron de una camioneta con dos tubos de gas y otras herramientas e ingresaron al sector de cajeros. Allí hicieron estallar una de las máquinas, la cual quedó destruida, al tiempo que la onda expansiva hizo desprender parte del cielo raso de la sucursal.