El rompehielos Almirante Irízar, incendiado el 10 de abril del 2007 mientras regresaba de abastecer a las bases argentinas en la Antártida, ya comenzó a probar sus nuevos motores y sistemas para volver a enfrentar al Atlántico Sur y los hielos polares el próximo verano, en el que aspira estrenar sus ampliadas capacidades de investigación científica.
El comandante del Irízar, capitán de fragata Diego Sánchez, explicó que el Irízar fue sometido a un proceso general de reparación y modernización “que, en realidad, ya estaba previsto antes del incendio de 2007, puesto que para ese entonces se proyectaba realizarle una actualización de media vida. Así se aprovecharon sus satisfactorias condiciones generales y el remanente de vida útil que tenía por delante, lo que justificaba la inversión”.
“A partir del contratiempo del incendio, que prácticamente destruyó el sistema de propulsión, y como ya por entonces se preveía cambiarle radares y otros equipos electrónicos, se tomó la decisión de planificar una modernización integral de la planta propulsora, los sistemas de navegación, y casi todos los sistemas auxiliares”, añadió.
En este sentido, destacó que “al Irízar se le modificó su función general: antes del siniestro era mayormente logística, pero cuando se establecieron los requerimientos para la actualización del buque se le dio especial preponderancia al incremento de sus capacidades de investigación científica”.
En el rediseño del rompehielos “se multiplicó exponencialmente el espacio y las facilidades para el trabajo de los científicos. Sumamos más laboratorios y más camas, que implicará la posibilidad de realizar muchas más tareas científicas”, destacó.
Con estas modificaciones “el rompehielos va a recibir a bordo a más científicos, que van a trabajar más cómodos, contando con mayor cantidad de laboratorios, más grandes y mejor equipados”, además de seguir cumpliendo su “rol de sostén logístico, pero con nuevas capacidades” que lo convertirán en una moderna plataforma de investigación, explicó, y detalló que se incrementó de 256 a 313 las camas para los tripulantes.
El marino señaló que “el astillero Tandanor sigue avanzando en la puesta en servicio de cada uno de los sistemas y equipos instalados, un proceso necesario que permitirá certificar que el rompehielos cumple con la totalidad de requisitos y especificaciones previstos”.
“En breve deberían comenzar las pruebas de puerto, las que una vez finalizadas darán lugar a las posteriores pruebas en el mar. Y si todo sale bien podría hallarse en condiciones de participar en la Campaña Antártica de Verano 2016-2017”, afirmó.
El Irízar mide 121 metros de largo y 25 de ancho; desplaza 14.900 toneladas.
Los trabajos de reparación y modernización del Irízar permitieron ampliar más de 400 la superficie destinada a laboratorios, de 76 a 83 la cantidad de camarotes y de 350 toneladas a 650 toneladas la capacidad de trasladar combustible antártico.