Otra vez el cineasta Woody Allen está en el ojo de la tormenta. Su hijo Ronan Farrow lo acusó nuevmente por los supuestos abusos cometidos contra su hermana Dylan. Además, denunció el silencio de la prensa ante estos hechos.
Otra vez el cineasta Woody Allen está en el ojo de la tormenta. Su hijo Ronan Farrow lo acusó nuevmente por los supuestos abusos cometidos contra su hermana Dylan. Además, denunció el silencio de la prensa ante estos hechos.
Farrow publicó una extensa columna en la revista The Hollywood Reporter, titulada "Mi padre, Woody Allen, y el peligro de las preguntas no preguntadas". Era publicada mientras que el afamado director presentaba «Café Society» en Cannes, su último trabajo, que causó muy buena impresión entre la crítica.
Farrow comenzó su columna aludiendo al caso de Bill Cosby, puso un ejemplo del peligro de no preguntar lo que es necesario preguntar, y dejarlo pasar durante décadas. Recordó que él mismo lo entrevistó y dejó pasar las preguntas que no debió hacer. "Me avergüenzo de aquella entrevista", señaló.
El hijo de Woody Allen continúa con un relato toda la historia que le contó su hermana, cómo evolucionó y de qué manera se desarrolló el proceso hasta que la historia finalmente vio la luz en The New York Times. "Inicialmente, le rogué a mi hermana que no hiciera su historia pública y que evitara hablar con la prensa sobre eso. Me avergüenzo de eso. Incluso ahora, dudé antes de aceptar la invitación de The Hollywood Reporter para escribir esta columna, sabiendo que podría desencadenar otra ronda de difamación contra mi hermana, mi madre o contra mí mismo", contó.
Farrow remarcó que la impunidad de actos como los que sufrió su hermana está llegando, tanto a nivel legal como mediático, a su final, pero según él no es suficiente.
"Esta noche, el Festival de Cannes arranca con una nueva película de Woody Allen. Habrá conferencias de prensa y una alfombra roja por la que pasarán mi padre y su esposa (mi hermana). Pueden tener por seguro que la prensa no les va a hacer las preguntas difíciles. No es el momento, no es el lugar", aseguró en su columna.
Ese silencio, añadió, "no es simplemente incorrecto, es peligroso, porque se envía un mensaje a las víctimas de que no vale la pena la angustia de seguir adelante".
Tamnién señaló que hay más trabajo por hacer para que mujeres como su hermana no sean invisibles. "Es el momento de hacer preguntas difíciles", termina.