En Sudamérica no suele haber trenes que superen los 160 km/h, y en particular en Argentina la realidad es más decepcionante, con muy pocos servicios y una infraestructura cada vez más castigada y descuidada. Frente a ese panorama, Brasil hizo un anuncio que pretende romper el estigma ferroviario de la región: el gobierno federal anunció la futura construcción de un tren de alta velocidad que permitirá unir las ciudades de Río de Janeiro y San Pablo en una hora con 45 minutos.
El corredor entre ambas megaciudades brasileñas es uno de los más activos de Sudamérica, con millones de personas desplazándose cada año entre ambas urbes. Para sumar una alternativa viable al tráfico aéreo, Brasil lanzó el proyecto Tren de Alta Velocidade (TAV) que iría de Río de Janeiro a Campinas pasando por San Pablo, diseñado para alcanzar una velocidad máxima de 350 km/h.
El costo estimado de la obra oscila entre 10.000 y 20.000 millones de dólares, con fondos públicos y privados. Las obras comenzarían en 2027 y el servicio podría empezar a operar en 2032.
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El trazado total del TAV cubrirá aproximadamente 510 kilómetros, incluyendo el tramo que llega hasta Campinas. Este recorrido estará apoyado por una infraestructura de túneles y viaductos diseñada para mantener la estabilidad del tren incluso en los terrenos más complejos del sudeste brasileño.
El proyecto no solamente piensa en la velocidad sino que además pretende convertirse en una megaobra sostenible, con trenes eléctricos de bajo consumo, estaciones con eficiencia energética y materiales reciclables.
El TAV generaría empleo durante la construcción, revitalizaría zonas intermedias, promovería el desarrollo urbano alrededor de las estaciones y representaría un cambio cultural que podría redefinir la forma en que los sudamericanos perciben el transporte público.