El Papa Francisco criticó ayer la pedofilia dentro de la Iglesia católica y cuestionó su encubrimiento, en una conversación con la prensa durante el vuelo de regreso a Roma tras su visita a Cuba y Estados Unidos, en la que también se refirió al proceso de paz en Colombia y la crisis de refugiados en Europa.
Abusar de niños es "casi un sacrilegio para un sacerdote y una traición a su vocación", afirmó Francisco, "y aquellos que cubrieron estas cosas también son culpables". El domingo, el Papa se había reunido con personas que fueron abusadas durante su juventud por miembros de la Iglesia.
"Por fin una autoridad de la Iglesia católica admite que «los príncipes de la Iglesia» encubrieron crímenes atroces", dijo la presidenta de la Red de Sobrevivientes Abusados por Sacerdotes, Barbara Blaine. "Pero se quedó corto en admitir algo todavía peor: que esos encubrimientos continúan incluso hoy", agregó. Durante el vuelo, el Papa recordó que en otro encuentro con víctimas de abuso una mujer le contó que su madre "maldijo a Dios y murió atea" luego de descubrir lo que le habían hecho. "Yo comprendo a esa mujer y Dios, que es más bondadoso que yo, también", dijo Francisco.
En los últimos años se revelaron numerosos casos de pedofilia por parte de sacerdotes de la Iglesia católica en todo el mundo, que incluyeron acusaciones contra la jerarquía por encubrimiento.
Sobre la base de la posición de "tolerancia cero" de su predecesor Benedicto XVI, Francisco reforzó las leyes contra la pedofilia, estableció un tribunal para juzgar a los obispos que encubren estos crímenes y nombró a un grupo de asesores para iniciar reformas.
Durante la charla con la prensa en el avión, el Papa también saludó los últimos avances en las negociaciones entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que el miércoles anunciaron un acuerdo en materia de justicia transicional y se pusieron un plazo de seis meses para firmar la paz definitiva.
"Faltan algunas pequeñas cosas, pero la voluntad de las dos partes está ahí. Ahora necesitamos el acuerdo definitivo", dijo el Papa. "He hablado dos veces con el presidente (colombiano Juan Manuel) Santos y la Santa Sede ayudó como pudo", añadió.
Puentes, no muros. Además, llamó a superar la crisis de los refugiados en Europa con puentes y no con muros. "No es fácil encontrar soluciones. Pero los muros nunca son la solución, en cambio los puentes siempre lo son", dijo. "Las causas de la situación actual son los largos años de guerra y de explotación y hambre en muchos países de Africa", destacó.
Por otro lado, Francisco se refirió al sínodo de la familia que comenzará la semana próxima. Respecto de los divorciados vueltos a casar, opinó que la solución no puede ser "que estas personas vuelvan a participar en la comunión".
A su vez, aclaró que su decisión de acelerar los trámites para la nulidad matrimonial no es un "divorcio católico". "Lo que he hecho es cerrar la puerta al divorcio que podía entrar por la vía administrativa. Este documento, este motu proprio, facilita los procesos en el tiempo, pero no es un divorcio, porque el matrimonio es indisoluble cuando es sacramento, y esto la Iglesia no lo puede cambiar", explicó. Respecto al matrimonio homosexual, el Papa consideró que no se debería obligar a funcionarios del gobierno a implementar leyes que vayan contra sus creencias religiosas. "Es un derecho humano. Si los funcionarios públicos son seres humanos, tienen derecho", dijo. La cuestión es controvertida en Estados Unidos, después de que una funcionaria que se negara por motivos religiosos a emitir licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo en el estado de Kentucky, en el sur del país, fuera detenida por desacato durante seis días.
El Papa evitó hacer referencias directas al caso pero insistió en que el derecho de ser "objetores de conciencia" debe ser garantizado "en todas las estructuras judiciales".
Durante el vuelo dijo que espera visitar China. "China es una gran nación que aporta en el mundo una gran cultura y muchas cosas buenas (...) Para mí tener un país amigo como China, que tiene tanta cultura y tantas posibilidades de hacer bien, sería una alegría", dijo.
Además, en respuesta a las consultas de la prensa, dijo que no se siente ni quiere ser una estrella pese a haber atraído a multitudes durante su viaje en Estados Unidos. "Las estrellas son lindas para verlas. A mí me gusta mirar cuando el cielo está sereno, en verano...", señaló el Papa. "¿Tú sabes cuál era el título que usaban los Papas y que se debe usar? Siervo de los siervos de Dios. Es un poco diferente a una estrella", respondió. "Es verdad que en los medios se habla del Papa como una estrella, pero ¿cuántas estrellas hemos visto que después se apagan y caen. Es una cosa pasajera. En cambio, ser el siervo de los siervos de Dios es bueno; eso no pasa", señaló. También dijo que no se siente "poderoso sino débil", y que "el poder es algo pasajero".