Sportivo América (para la mayoría Club América) fue fundado hace 70 años en Roldán y está a punto de volver a brillar, como en las viejas épocas. El esfuerzo de los socios (encabezado por la comisión directiva) y el apoyo constante de la comunidad roldanense son los principales promotores de este cambio. También la ayuda que reciben del municipio y de algunos legisladores.
“Las personas que nos dan una mano y se comprometen advierten la importancia de tener un espacio como éste en el que todas las generaciones puedan encontrarse en un club social y deportivo, a la altura de lo que los socios merecen. Este es además el único club de bochas que queda en Roldán”. Así lo entienden Raúl Ibarra, presidente de la institución, Cristian Pigliacampo, vice, y Daniel Achával, secretario, quienes hablaron con La Capital sobre el camino que vienen recorriendo desde hace años para darle un nuevo impulso a este club que tiene a las bochas como actividad principal, pero donde hay un bufet protagonista (que es reconocido en toda la zona) donde la gente “come rico” y se junta a jugar a las cartas.
El truco y el mus son los juegos emblemáticos del América. Por diversión pero también en formato de torneos, las cartas son motivo de pasión y encuentro.
Se fundó en 1954 y ahora está en plena reconversión. La tarea no es nada fácil. En 70 años que lleva el club de presencia en Roldán, pasaron muchísimas cosa: momentos de esplendor y otros verdaderamente complicados que se fueron sobrellevando gracias al compromiso, el amor y el sentido de pertenencia de muchas familias que por generaciones han sido partícipes de la institución.
De a poco, también van llegando algunos socios más nuevos, de la mano del crecimiento poblaciones explosivo que se viene dando en Roldán. Ese es otro de los objetivos de esta reconversión: sumar asociados.
Sometido a los vaivenes de la economía nacional, como sucede con muchos clubes que se sustentan con el aporte de los socios y los malabares que hacen las comisiones directivas, pero también por cambios y procesos internos, el club América había perdido su brillo, por eso, quienes lo conducen actualmente vienen sorteando un montón de obstáculos para hacer posible un sueño que ya está cerca: inaugurar las obras de las nuevas canchas de bochas, un emblema de la entidad, lo que le dará una “nueva vida”.
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Ibarra repasa momentos clave de la historia de este lugar que es parte importante en la vida de muchos roldanenses: “La fundación es del 54 pero la personería jurídica llegó entre el 60 y el 61, de la mano de Sylvestre Begnis”.
“Fue un grupo de amigos, de familias de acá, los que arrancaron con el club. Victorio Ippoliti, Pedro Catadore, Belindo De Pasquale y Aurelio Ricota”, comenta.
“Antes de que estuviera el club se juntaban en la casa de Ippoliti. Los terrenos los donó él. Empezaron a hacer cosas para recaudar plata hasta que hicieron el salón grande del club”, agrega Cristian Pigliacampo. “Ahí ya instalaron las primeras canchas de bochas aunque la verdadera pasión de estos hombres era jugar a las cartas”, añade.
Daniel Achával menciona que “también tuvieron la intención de hacer cancha de básquet y ciclismo pero lo que lograron sostener fue lo de las bochas”.
“Incluso, aquellos primeros impulsores del América habían logrado comprar todo para techar las canchas de bochas y por más de 35 años no se pudo avanzar ni un poco”, cuentan los integrantes de la comisión, con cierta pena.
“El hecho de venir a jugar a las cartas fue algo que sostuvo mucho. El truco y el mus. Este es uno de los pocos lugares del país donde se sigue jugando al mus”, destacan.
Siempre fue un club con una impronta más masculina pero hubo décadas con comisiones de damas muy activas y hasta comisiones de festejos. “Diríamos que es un club familiar”, coinciden.
Un club de cercanía y afecto
Cristian Pigliacampo, que tiene a su cargo el bufet (famoso por sus vermuts y platos caseros), cuenta que vive a media cuadra y que su papá iba siempre. “Y sí, somos casi todos del barrio América los que venimos. Todos los pibes nos juntábamos a ver los partidos de fútbol, a jugar a las cartas, era sin dudas un punto de encuentro. Ibamos y veníamos porque siempre había un familiar, si no estaba un tío o estaba tu papá o algún vecino”, recuerda.
Pero el fuerte del club siempre fueron las bochas, y aunque lo más común es asociar ese juego a las personas de mayor edad, la realidad indica que las nuevas generaciones (tanto de hombres como de mujeres) también se enganchan con este deporte, y es eso, justamente, lo que esta comisión busca impulsar.
“Empezamos a hacer cosas nuevas para el club con esta comisión a la que me invitaron a participar porque estamos convencidos de que inaugurar las canchas sintéticas va a ser un paso enorme. Tengo que admitir que Raúl me dio un gran empujón para sumarme porque yo decía hay que hacer esto hay que hacer lo otro, y él me dijo: bueno, hacelo”, dice Daniel, dando cuenta de la importancia del compromiso real en esas acciones que permitieron que se haga realidad un sueño de décadas.
Polladas, rifas, cenas especiales, fiestas, se fueron organizando para juntar fondos. Y las propuestas siguen. En mayo se hizo una mega pollada súper exitosa y para el 17 de agosto está prevista una Fiesta Retro a la que invitan a sumarse a la gente de la zona. “Todo se realiza con el trabajo de socios que quieren ver crecer al América y el apoyo de los vecinos, que nunca nos fallan. Hay mucha gente que ha puesto horas y horas de esfuerzo y dedicación para hacerlo posible, pero es cierto que necesitamos que sean más”, reflexionan.