Perú registró este viernes dos ceremonias institucionales, ya en el tramo final para que asuma el nuevo presidente, Pedro Castillo, el próximo miércoles 28 de julio. Se constituyó el nuevo Congreso, el que será sin dudas el mayor escollo en la gestión de Castillo, dado que no tiene mayoría, y al contrario, está en estrecha minoría con su partido de izquierda Perú Libre.
Algo que le ocurrió a casi todos los presidentes peruanos que lo precedieron. Además, Castillo recibió sus credenciales de mandatario electo de parte del Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Este organismo es el que el lunes pasado lo consagró ganador y presidente designado, luego de las elecciones de segunda vuelta del 6 de junio pasado. Castillo se impuso a la derechista Keiko Fujimori por poco más de 40 mil votos, y este estrecho margen dio lugar a que la derrotada presentara numerosos recursos de invalidación de mesas y luego de toda las elecciones. El JNE finalmente rechazó todos los recursos de Fujimori y consagró a Castillo.
Horas después de ser reconocido oficialmente como presidente electo, Pedro Castillo entró por primera vez en ese carácter al Palacio de Gobierno el pasado miércoles, donde fue recibido por el presidente interino Francisco Sagasti, con quien mantuvo una reunión de más de dos horas en compañía de la vicepresidenta electa Dina Boluarte y de la primera ministra Violeta Bermúdez. Pero aún se mantiene el silencio del presidente electo respecto de la conformación de su gabinete, algo que interesa no solo a los empresarios, que temen la impronta de izquierda radical de Castillo, sino a esa mitad del país que optó por Fujimori en rechazo al radicalismo mostrado por Castillo en sus discursos de campaña.
Sagasti señaló que solo abordaron temas de la transferencia de mando de forma general. Indicó que Castillo le consultó su opinión sobre la conveniencia de la convocatoria de una asamblea constituyente, una promesa de campaña del presidente electo y que también es otra gran incógnita para muchos peruanos. La respuesta de Sagasti fue que era un tema muy complejo y que lo mejor sería realizar reformas parciales.
Puja por el Ministerio de Economía
Sobre el futuro gabinete, medios limeños señalaban que el economista Alonso Segura es mencionado como jefe del Ministerio de Economía. Sin embargo, este economista y exministro no goza de la simpatía de ninguno de los sectores de Perú Libre. El ala más radical, cercana al presidente de Perú Libre, Vladimir Cerrón, prefiere a Juan Pari. Este economista es más afín a la izquierda radical de Perú Posible que el hasta ahora dado por casi seguro ministro de Economía, Pedro Francke. El temor con este último, según fuentes de Perú Libre, no solo es que es moderado, sino que el equipo de Francke se apodere de otras áreas del gobierno. Aun así, Francke mantiene una relación cercana con Castillo. En caso que sea elegido, los “cerronistas” propondrán que Pari sea viceministro para “hacer contrapeso”. Esto augura una vida difícil para el futuro ministro de Economía, en caso de resultar finalmente Francke.
Problemas en el Congreso
En tanto, la Mesa Directiva del Congreso será una pieza clave. Para algunas fuentes, quedaría para la centroderecha. La coalición estaría conformada por los partidos Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País, que suman 43 votos. El Congreso peruano es unicameral, se elige completo en cada turno y cuenta con 130 escaños. El número mágico para lograr mayoría es por tanto 66. La extrema fragmentación de las elecciones de primera vuelta en abril, cuando se eligieron congresistas, hará muy difícil la convivencia entre el nuevo gobierno y el nuevo Congreso.
Históricamente, el Congreso ha sido un escollo imposible para varios presidentes, e incluso varios terminaron antes su mandato por acción del Congreso. Es el caso de Pedro Pablo Kuczynski, quien renunció antes de ser destituido por el Congreso en marzo de 2018. De este episodio deriva la actual situación y la sorpresiva fortuna política de Castillo, quien era hasta marzo-abril un desconocido para la mayoría de los peruanos. Destacó en la campaña de primera vuelta y logró el primer puesto, con apenas 19% de votos.
“Este periodo presidencial puede ser muy inestable y muy corto”, advirtió al diario La República una experta en el Congreso peruano, la abogada Rosa María Palacios. Sostuvo que la izquierda posee 56 votos entre Perú Libre (37), Juntos por el Perú (5), Podemos Perú (5), Somos Perú (5), el Partido Morado (3) y el congresista independiente Héctor Valer. “Para llegar a los 66, que es la mayoría más uno, necesitan que 10 de Acción Popular (centrista, uno de los partidos histórico del Perú) se vayan con ellos. Parece que la Mesa Directiva está perdida para el Gobierno”, analizó. La abogada recordó que el Congreso debe otorgar el voto de confianza al gabinete de ministros que designe el presidente Castillo. Y en ese trámite podrían surgir vetos y rechazos.
Castillo no renuncia a su promesa de campaña de buscar una nueva Constitución que dé al Estado un mayor rol en la economía, un plan que ha sacudido a la elite política y empresarial. En su primer mensaje tras su proclamación como presidente, Castillo dijo ante cientos de sus seguidores que la Constitución estará vigente “hasta que el pueblo lo decida”.
El antecedente de fin de año
Perú vivió una de las peores crisis políticas de su historia a fines del año pasado, con tres jefes de Estado, en una semana tras fuertes protestas que dejaron dos muertos, luego de un duro enfrentamiento entre el Congreso y el Ejecutivo. De ese traumático proceso surgió Sagasti como presidente interino.
La relación de Castillo con el nuevo Congreso -otra vez fragmentado- será clave para plasmar sus reformas. El partido marxista Perú Libre que postuló a Castillo tendrá 37 legisladores de los 130 miembros de parlamento unicameral. El segundo bloque más fuerte en el Congreso será el partido Fuerza Popular de Fujimori con 24 asientos. Castillo tiene que negociar con las demás agrupaciones políticas de diversas ideologías, desde el centro, independientes y hasta la derecha conservadora.