Millones de venezolanos votaron ayer en un plebiscito no obligatorio pero de alto valor simbólico y político, organizado por las fuerzas opositoras para mostrar el creciente rechazo al régimen del presidente Nicolás Maduro y su proyecto de asamblea constituyente. La jornada fue mayormente pacífica y movilizó, estimativamente, unos 11,5millones de ciudadanos sobre un padrón de 19 millones. A ellos deben sumarse unos 400 mil venezolanos en el exterior, en unas 600 ciudades de al menos 80 países. También se votó en Rosario (ver aparte). Se redobla así la presión política sobre un gobierno deslegitimado por reprimir con extrema violencia casi cuatro meses de masivas protestas.
Ayer, la mano pesada del régimen no faltó: en un barrio popular de Caracas, Catia, donde la votación resultó masiva pese a la tradición chavista del lugar, los grupos parapoliciales asesinaron a tiros a una mujer e hirieron a otras tres personas. Secuestraron además temporalmente a un periodista, quien reapareció herido en el cuello.
Una medida del gobierno para tratar de contrarrestar la previsible masividad del referendo opositor, un ensayo del comicio del próximo 30 de julio para elegir constituyentes, resultó tan exiguo que casi pasó desaparecibido. Como el voto fue manual y sin contar con el apoyo del Estado, el escrutinio era anoche relativamente lento.
Los votantes, muchos vestidos de blanco o con prendas con los colores de la bandera nacional, desbordaron ordenadamente y de forma fluida las mesas, instaladas por la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en toda Venezuela. La MUD consultó a los venezolanos si rechazan la constituyente, si apoyan unas elecciones y la renovación de los poderes públicos, y si quieren exigirle a la Fuerza Armada que respete la Carta Magna. La iniciativa no tiene fuerza de ley. Los llamados "garantes electorales" a la cabeza del proceso son cinco rectores de las más importantes universidades del país. Miles de ciudadanos permanecían anoche en los centros de votación de todo el país, a la espera de que se conocieran los resultados de la consulta popular, mientras que otros se ubcaban en las afueras del centro de "totalización", en el municipio caraqueño de Chacao.
Mientras un panel anunciaba en ese sitio que el escrutinio alcanzaba al 62% de los votos recibidos, Benjamín Scharifker, rector de la Universidad Metropolitana, informó que a las 19 (una hora menos que en Argentina) había comenzado el escrutinio. Scharifker señaló que debido a la cantidad de personas en los denominados "puntos soberanos" (centros de votación) hubo necesidad de prorrogar el horario de cierre.
En las interminables filas, el ánimo durante el día fue calmo pero de ira contenida contra el chavismo. "No conseguimos medicinas, cada vez alcanza para menos comida en la casa, y ellos (los del gobierno) solo quieren seguir en el poder. Votamos para sacarlos", dijo a la AFP Tibisay Méndez, de 49 años, en el sureste capitalino.
Venezuela vive una fuerte ola de protestas que dejaron hasta ahora al menos 95 muertos desde el 1 de abril por obra de la represión de mano dura del régimen, que no duda en cometer abusos sistemáticos contra los manifestantes. Videos tomados por los ciudadanos han documentado reiteradamente estas violencias.
Sin el aval del poder electoral del Estado, el plebiscito de ayer no es vinculante, pero la oposición logróen hacer palpable el rechazo popular a la Constituyente. Los más de 11 millones de votos que recababa anoche según proyecciones de la MUD confirmaban ese rechazo. El Consejo Nacional Electoral (CNE), al servicio del gobierno, y militantes oficialistas realizaron ayer un simulacro de esa elección. Aunque las imágenes que transmitieron los medios oficiales se esforzaron en mostrar cantidades importantes de gente, los periodistas independientes reportaron mínimas cantidades de asistentes. El enviado del diario español El País, afirmó: "este diario pudo comprobar en un recorrido por Caracas la escasa afluencia a algunos colegios electorales que acogieron el ensayo convocado por el chavismo para la votación de la Asamblea Constituyente. Había locales que lucían vacíos, a pesar de los esfuerzos de los medios audiovisuales del Estado en mostrar una avalancha de participantes que no era tal. El contraste entre uno y otro proceso representa quizá la correlación de fuerzas que muestran las encuestas".
Además de número masivo de gente que es vio en las mesas, cuenta que tanto los sectores medios como los populares se sumaron en las filas. Venezolanos del este y del oeste de la ciudad salieron sin miedo, incluso en zonas que el gobierno aún reclama como oficialistas. Las calles desbordadas de ciudadanos evidencian un giro en la aceptación del gobierno de Nicolás Maduro.